«Si se pudieran embotellar lágrimas
Habría piscinas llenas de mis modelos»
Idontwannabeyouanymore– Billie EilishEl fin de semana por fin había llegado; sin embargo, mis nervios por ir a la casa de Holden, fueron muy evidentes desde que abrí mis ojos hoy por la mañana.
En la tarde iría a su casa y esto fue razón suficiente para pasar toda la mañana frente a mi armario, intentando buscar algo que ponerme, y con cada minuto que pasaba y no encontraba nada para usar, mis ganas de ir iban en declive.
Extensos minutos tardé buscando algo que vestir y cuando finalmente, lo hallé, la inseguridad me quiso jugar una mala broma, pero quise hacer caso omiso a esta pequeña sensación de no querer ponerme eso.
Entré al baño y me quité mi ropa casual para reemplazarla por una simple blusa en color gris, una falda de cuadros grisáceos y negros, y un abrigo camel en color negro. Además, quise cubrir mis piernas y pies con unas altas botas.
Miré mi reflejo en el espejo y a pesar de que no me veía del todo mal, había algo que no encajaba y eso era mi gran contextura. Pero, una vez más, quise ignorar esos negativos pensamientos, ya que sé que, si continúo, acabaré llorando y no deseo hacerlo, al menos no ahora.
Coloco mi ondulado cabello oscuro a los costados de mi cabeza y tiendo a poner algo de maquillaje, ya que mi padre siempre insiste en esto y después de escucharlo por años, las frases se suelen quedar impregnadas en la mente de las personas.
Tomo mi celular y lentes redondos, y salgo del departamento. Camino hasta llegar al elevador, en donde presiono el botón que me llevará a la primera planta del edificio y una vez en ella, me dirijo a la carretera para poder tomar algún taxi. Por suerte, esta búsqueda no tarda mucho, ya que a los pocos minutos uno de estos transportes se estaciona frente a mí.
—Avenida Bluebell, edificio 24 —indico al conductor del taxi, él solo asiente y comienza a conducir, mientras que yo decido tan solo observar por la ventana del vehículo, contemplando el cómo el mundo transcurre diariamente.
Pasamos por algunas calles y avenidas de la ciudad de Winnipeg, hasta que después de un rato, el auto se detiene y yo salgo de él para ser recibida por una linda sonrisa de aquel chico alegre.
—No te voy a mentir, pensé que escaparías de esto —dice con una sutil risa.
—Créeme, pensé hacerlo —respondo riendo.
—Te ves linda —exclama con una pequeña sonrisa—. ¡Vamos, mis padres te esperan! —indica y me guía hasta la entrada del edificio y posteriormente, al elevador.
—¿Cómo sigues con las heridas? —pregunto cuando las puertas del ascensor se cierran frente a nosotros.
—Bien, las sigo curando —responde mostrándome las palmas de sus manos—. Intenté que mis padres se quitaran esta loca idea de agradecerte, pero perdí. Eran dos contra uno —comenta.
—No te preocupes, es un lindo gesto por parte de ellos —contesto con una pequeña sonrisa.
—Por cierto, creo que amarás a mi padre —dice él haciéndose el intrigante, pero al ver mi rostro de curiosidad, decide continuar su frase—. Mejor dicho, amarás la biblioteca de mi padre —añade y una sonrisa instantánea se posa en mis labios.
Las puertas platinadas se abren y ambos salimos del elevador, Holden me dice cuál es su departamento y nos dirigimos hacia la puerta 12. Pero, al acercarnos a esta, los nervios se hacen presentes una vez más. Sin embargo, una pequeña sonrisa del chico frente a mi logra calmar mis pensamientos negativos.
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Mi Cuerpo, Mi Maldición | Terminada
Teen FictionMuchos creen que cuando bajas de peso tu vida cambia por completo. Todo lo que antes era oscuridad, cambia a radiar con intensidad. Pues Chloe, no pensaba distinto. Creía que su vida daría un giro drástico al lograr su objetivo de cambiar su físico...