A la japonesa se le partía el corazón escuchar llorar a tzuyu, ella seguía acariciando el sedoso cabello negro de la alta.
Tzuyu: yo tenía un hermano, se llamaba CheolYong, murió cuando tenía seis años, estábamos jugando a la pelota y yo la tire haciendo que vaya lejos.- se detuvo por un momento trago saliva sonoramente pero el nudo seguía en su garganta, por segunda vez en su vida le contrata a alguien sobre su hermano.- el cruzó la calle corriendo pero un carro a gran velocidad lo alcanzo.- sana quería girarse para abrazarla pero la taiwanesa no la dejaba.
Tzuyu: desde lo seis año empecé a ir al psicólogo y psiquiatra, siento mucha culpa por la muerte de mi hermano mis padres también fueron pero se recuperaron más rápido que yo eso creo, me quería morir intente matarme creo que si lo hacía podía verlo y pedirle perdón y abrazarlo, empeze a cortarme cuando me forzaba a tomar las pastillas para dormir y la de depresión, hacia que sea otra persona y la que era para dormir lo hacía pero no me quitaba las pesadillas, por eso nos la quería, Lucas una vez me forzó a tomar la pastilla ya que Maria no estaba para sujetar me.
Sana: por eso decías, solo me muestro como soy?
Tzuyu: si, mamá era la que le decía a María que me de las pastillas, yo rogaba yo decía que no, pero ellas no me escuchaban, tenia pesadilla, mi hermano estaba tirado en la calle con sangre en su cabeza y cuerpo, me acerqué corriendo y lo sostuve entre mis brazos, fue la ultima vez que lo vi, se lo llevaron al hospital y el día de su funeral no me dejaron ir me hicieron quedar con Maria, esa imagen se repite una y otra vez cuando cierro mis ojos.- la pelinegra comenzó a temblar, quería borrar esa imagen, quería olvidar todo, quería verlo y abrazarlo con todas sus fuerzas aunque sea sólo unos segundo.
Una vez más la japonesa intento girarse pero no podía.
Sana: lo siento por decirte amargada.
Tzuyu: no tienes que disculparte lo soy, pero a veces contigo cambio eso, puedo sonreír y sin tomar las pastilla puedo sentir un poco de alegría.- una vez más empezó a llorar.
Sana: tzuyu quiero abrazarte.
Tzuyu: así está bien, no quiero que me mires.
Sana: por qué?
Tzuyu: tengo miedo, cuando te veo a los ojos y cuando estas cerca.
Sana: por qué?
Tzuyu: esos hermosos ojos marrones me hipnotizan, en tus abrazos me siento tan cómoda, tu aroma me relaja mucho, tu calidez me envuelve y me agrada mucho, todo de ti causa algo en mi, tengo tanto miedo porque son cosas que nunca he sentido antes.
Sana: yo estoy igual, pero quiero estar contigo .- tzuyu dejo de abrazarla con fuerza.- quiero hacer desaparecer todo ese miedo, quiero que confíes en mí.- por fin la soltó y la peligris pudo girar y mirar el rostro de tzuyu, esos ojos llenos de tristesa y miedo, sentía que tenia que protegerla, sana envolvió a la alta en sus brazos y esta escondio su rostro en el cuello de la japonesa.
Se aferro a sana tan fuerte sentía que si la soltaba se iría y caer en un vacía completamente oscuro.
Sana: yo no te haré daño.
Tzuyu: tengo miedo sana.
Sana: tranquila yo me quedare contigo, no temas más tzuyu yo estoy aquí.
Tzuyu: estarás conmigo?
Sana: si, tzuyu aunque no me lo pidas lo estaré contigo.- depósito un beso en la cabeza de la taiwanesa, esta levantó su mirada hasta que sus ojos se encontraron con los marrones de sana, se acerco hasta rozar sus labios con los de la contraria ambas sintieron un cosquilleo en su estómago, sana no espero más y junto sus labios con los suaves de tzuyu, ambas estaban sumergidas en el tierno beso, que no se dieron cuenta de que las estaban viendo, hasta que escucharon unos aplausos.
Nako: tzuyu unnie va hace mi cuñada.- dijo con una gran sonrisa.
Tzuyu: n-no.
Sana: l-lo siento.
Tzuyu: m-me iré a mi habitación.
Sana: buenas noches.
Tzuyu: buenas noches sana y nako.
Antes de que se vaya agarro una mandarina, el corazón de ambas estaban latiendo rápido, sana paso sus dedos por sus labios y sonrió.