Capitulo 25 "Hierro y sal"

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¡Podría decir que esto es incesto de otro nivel! Aunque yo realmente no soy la hija de Valentine de sangre, pero el hecho de tener parte de su alma me hace sentir tal grado de repulsión que me dan ganas de vomitar. Dado que “otra yo” está controlando mi cuerpo, no puedo evitar ese beso. Debo de aceptar que me tomó desprevenida, pero para la próxima lucharé para que este tipo de eventos no vuelvan a suceder.

-Será mejor que me vaya a preparar, pronto todo esto terminará. –Le dije a Valentine.

El solo asintió con la cabeza y sonrió. Después se fue de la habitación.

-¿Celeste, que te ha sucedido? –Escucho preguntar a Leticia detrás de mí.

Me gustaría explicarle que no sé qué diablos está sucediendo conmigo, ni porque estoy diciendo y haciendo todas estas cosas. Intento articular palabra, pero nada sale de mi boca; en cambio, escucho una voz diciendo “Ya cállate”. Seguramente fue “ella”. Entonces puede comunicarse conmigo, puede escuchar todos mis pensamientos.

-Oh Leticia, la antigua Celeste ya no existe, en cambio la he remplazado yo, una versión superior a ella. –Dije volteándome hacia ella.

-Se que estás ahí adentro. –Comenzó a decir Leticia. -Y espero que me escuches Celeste. Por favor lucha contra ella, con todas tus fuerzas. Acuérdate de todos los libros que hemos leído juntas, el protagonista siempre logra superar las adversidades, logra sobrevivir a su propio holocausto.

La mirada de Leticia era de preocupación. Sé que lo que dijo ella es verdad, pero lo que me ha pedido no es tan simple, esto es la vida real, no un libro.

Mi cuerpo camina fuera de la habitación y cierra la puerta de golpe. Me empiezo mover entre los pasillos. Esta casa es muy grande para solo una persona. Me pregunto si será una de las tantas casas que Valentine tiene a su disposición para vivir cómodamente sin ser detectado. ¿Casas para él, Jocelyn y Clary? ¿Será que el propósito de él es ese? No… Jocelyn a estas alturas debe estar muerta, porque conforme a lo que Jace me contó, han pasado décadas desde lo ocurrido con Sebastian.

Después de haber caminado por un rato y subir unas escaleras, llegué frente a una puerta grande. Entré en la habitación que era mucho más bonita y lujosa que la anterior; pero ya no me importaban las cosas bonitas y lujosas en este momento, solo quería encontrar una forma de salir de esta situación.

-No hay forma de salir de esto. –Me dijo ella.

-¿De qué estás hablando?

-Quieres volver a controlar este cuerpo ¿No? Déjame decirte que eso será imposible. Ya me he acomodado lo suficiente y lo domino casi a la perfección. No hay vuelta atrás. Ni siquiera con magia podrías revertir esto. –Ella se comenzó a reír. –También tengo en mis manos a Valentine, cuando sea la hora lo mataré. –Dijo en tono despreocupado. –Solo necesito hacer el ritual final con el Espejo y todo estará sellado.

Ella empezó a prepararse para tomar una ducha. Llenó la bañera de agua caliente y le agregó unas fragancias. Luego caminó hacia el closet y empezó a sacar varios vestidos, muy provocativos para mi gusto, eran bonitos, pero jamás se me ocurriría vestir algo así. Pero por lo visto a ella sí.

-¿Buscas un vestido rojo para el ritual? –Le pregunté.

-No, prefiero uno blanco. –En ese instante sacó un vestido blanco corto y entallado al cuerpo, con un escote demasiado pronunciado y una espalda demasiado descubierta.

-No por favor, no te pongas eso, me harás ver vulgar. –Le dije preocupada.

Ella rió y luego saco otro vestido blanco, largo y de tela delicada. Ajustado a la cintura. Parecía más el estilo de un vestido griego. Debo aceptar que era un vestido bellísimo. Era cruzado en la parte de adelante y cada extremo se amarraba al cuello; lo cual dejaba ver la parte alta de mi espalda y mis brazos.

-Quedaremos deslumbrantes con este vestido ¿No te parece? –Me dijo ella sosteniendo el vestido contra ella y girando como si fuera una niña pequeña a la que le acaban de dar un regalo.

Ella dejó el vestido colgado en un gancho junto a la bañera. En esos instantes yo si tenía tantas ganas de bañarme, me sentía toda pegajosa y mi cabello estaba grasoso.

Cuando ya estaba desnuda, me metí a la bañera y suspiré de alivio al sentir la cálida agua y el aroma a flores. Pero luego de un momento me percaté que olía a otra cosa, algo salado y a hierro. Sentí escalofríos, pero “ella” estaba tan tranquila mojándose los brazos. En el momento que ella estaba mojándose los brazos, vi como el agua se tornaba a un rosado claro, hasta que poco a poco llego al rojo, un rojo muy oscuro. El agua se comenzó a hacer espesa. Estaba… estaba bañándome en ¿Sangre? Ella empezó a sumergirse en la sangre poco a poco, hasta que mi cuerpo quedo sumergido totalmente.

Cazadores de Sombras, más allá de los libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora