Epílogo

1.2K 91 20
                                    

Cerré lentamente el libro. Mi primera reacción fue abrazarlo fuertemente contra mi pecho y reflexionar sobre toda la historia que acababa de leer.

Era el sexto y último libro de Cazadores de Sombras, por Cassandra Clare. La imaginación de ella es inmensa e impresionante. Logra narrarte todas esas historias, todos los sentimientos de cada uno de los personajes. En primer lugar, quedé encantada con la trasformación del Hermano Zacariah, ¡Nuevamente teníamos a nuestro Jem de vuelta! Luego, el sacrificio de Simon… ¡la escena final fue tan genial y emotiva! Después, Jace en la cueva, con Clary… Contuve la respiración al momento de leer esa parte. Malec me hizo sentir tan feliz. Julian y Emma, ¿Qué será de ellos? ¿Qué nueva historia destrozadora de corazones nos narrará Cassandra Clare en el futuro? Pero sobre todo, ¿Qué habrá sido de Sebastian?
Después de terminar de leer todo lo relacionado a Sebastián, quedé con un nudo en la garganta, ¡¿Cómo es posible que Sebastián haya muerto!? ¡Eso es imposible! Él tenía que vivir, por más que lo odiáramos, tenía que vivir.

Entonces recuerdo que Sebastián está vivo y recuerdo aquel día en que me encontré frente a él, junto con Laila y Henrrieta, y Sebastián estaba tocando el piano.

Inhalo y exhalo, al mismo tiempo que suspiro ruidosamente. La melodía de las hojas rozándose unas con otras, el canto lejano de los pájaros, una ardilla lanzándose de una rama a otra, los destellos de sol que caían sobre mi piel, el silencio de una tarde tranquila y fresca, la grama, verde y frondosa; Una combinación perfecta para una exquisita lectura. Una combinación perfecta para terminar la saga de Cazadores de Sombras.

-¡Celeste! 

Grita alguien detrás de mí. Me volteo bruscamente y me coloco en posición de defensa, saco la navaja que está en mi bota y la afianzo en mi mano derecha.

-Lo siento tanto, no quería asustarte. Perdóname, por favor. –Me dice Leticia, en tono preocupado. Estaba parada detrás de mí y me acababa de tomar desprevenida.

-No, perdóname a mí, he quedado traumatizada, ya lo sabes.

Leticia me sonrió y se sentó a la par mía. Me volví a acomodar en la grama y guardé el libro dentro de mi bolsa. En unos minutos teníamos que caminar hacia el otro campus, que quedaba a 15 minutos de distancia del campus donde estábamos. Ese día había ensayo de Coro y no podíamos faltar.

-¿Cuánto tiempo ha pasado ya, desde aquel día? –Me preguntó Leticia. Ella estaba mirando sus manos, sin algún motivo. -¿Medio año?

-Ocho meses con días. –Le contesté, tratando de no sonar nostálgica.

-¿Es increíble como vuela el tiempo verdad? 

-Y como en un abrir y cerrar de ojos puedes encontrarte en una situación de vida y muerte. –Dije.

Ambas nos quedamos calladas y pensativas. El viento sopló fuertemente y levantó hojas a nuestro alrededor. 

-¡HEY!

El grito de alguien nos sobresaltó. Entonces, Leticia y yo nos asustamos, puse mi mano cerca de mi bota para poder tomar nuevamente la navaja. Vi que Leticia estaba más asustada que yo; sin embargo, pude ver que ella tenía unas tijeras en la mano.

-¡Wow, wow, wow! Tranquilas amigas, soy yo, Miguel. No me maten por favor.

Miguel, un viejo amigo de Leticia, nos había pegado una sorpresa. ¿Qué le sucedía a la gente, que ahora saludaba gritando? Ese tipo de saludo alteraba mis nervios y los de Leticia. 

Después de lo que nos sucedió a ambas, nada ha vuelto a ser lo mismo. Las dos vivimos asustadas, pensando que en cualquier momento nos podría suceder algo. Pero ahora eso era poco probable, ya que éramos mundanas y ninguna poseía la visión.

Cazadores de Sombras, más allá de los libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora