Memorias de un Adolescente©

Capítulo 25. La Ex

Justin_

Una corriente de aire impacta con mi piel desnuda sobre la cama, abro mi ojo derecho y noto que ya amaneció; con mi brazo busco a mi compañero y no lo disto por ningún lado en la cama.

  — Chris —lo llamo somnoliento y no consigo respuesta. 

Me siento sobre la cama y froto ambos ojos con las palmas para retirar el poco sueño que me queda, bostezo grande y le levanto de la cama para ir al baño. Lo primero que siento al estar de pie es un dolor insoportable en el trasero, pero como no iba a dolerme si anoche fue algo que no podré olvidar, fue la primera vez que me penetraron.

Busco en el suelo mi ropa interior pero resulta que estaba encima de la mesita de noche doblado junto con mi demás ropa, tomo mi bóxer y con mucha lentitud y dolor logro ponérmelo. Comienzo a caminar para ir al baño pero con cada paso que doy es una punzada dolorosa en el trasero; mis piernas tiemblan y a duras penas puedo mantenerme en pie.

«Dios esto nunca lo vuelvo hacer» —y no porque me halla gustado sino por el dolor que deja, en verdad admiro a todos los chicos que hacen el rol de pasivo ya que deja un dolor insoportable en esa zona.

Salgo de la habitación de huéspedes  y entro al baño de visitas, levanto la tapadera, bajo mi bóxer y dejo fluir el liquido que mi cuerpo había acumulado durante que estaba durmiendo. Una vez termino mi necesidad jalo de la palanca, después camino al lavamanos y y me las lavo, después paso agua en mi rostro. Salgo del baño y regreso a la habitación, tomo mi ropa y me visto con ella.

¿Donde esta Chris? —pensé ya que desde que me levante no lo he visto.

Salgo nuevamente de la habitación y camino hacia la sala, cuando llego lo veo a el en la terraza de la cabaña así que corro la puerta de cristal y salgo para hacerle compañía. el no se percata que estoy ahí así que paso mis brazos por detrás de su cintura abrazándolo. Aunque se asusta en el proceso.

— Buenos días bebé   —digo dándole un fugaz beso en los labios.

— Buenos días, ¿como te sientes? —pregunta refiriéndose a mi trasero.

— Un poco adolorido pero bien —respondo con sinceridad.

Chris se ríe burlesco pero de igual forma en modo de broma.

— No te rías —digo fingiendo estar ofendido—, tú provocaste mi dolor.

— ¿Yo? —pregunta cómico—, si mal lo recuerdo tú me pediste que lo hiciera —dijo haciendo que me sonroje.

— Pero no te negaste —respondí en defensa propia consiguiendo que Chris se sonroje.

— Creó que es mejor bajar he ir con mi familia a desayunar.

— Bueno pero vayamos despacio —pido.

Claro así podremos hablar un rato.

Nos dimos un último besó y entramos a cabaña, antes de irnos limpiamos la sangre del piso y ordenamos y hacemos la cama en el cuarto de huéspedes; una vez dejamos la cabaña como la encontramos nos dirigimos a la puerta principal.

Salimos y le pongo seguro, guardo las llaves en mi bolsillo delantero y con ayuda de Chris bajamos las pequeñas escaleras que hay.

— ¿Cómo está tú herida? —se interesó preocupado.

— Hoy no a sangrando y me duele un poco —digo honesto ya que aparte del dolor en el trasero también tengo esta herida.

— ¿Seguro que todo está bien —inquiere nervioso—, anoche hiciste mucho esfuerzo.