Capítulo 11. Explicación y un beso

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Justin_

En el hospital ya me han dado de alta, esta misma tarde me la acaban de dar, el rostro aún lo tengo lastimado y las costillas aún me duelen, básicamente estoy adolorido hasta las pelotas, es lunes por la tarde y voy saliendo de este infierno de lugar. Por alguna extraña razón me sentía incómodo en el hospital, no entendía por qué pero de seguro es porque nunca me a gustado estar en un hospital, ya que si me duele algo o estoy enfermo prefiero que se quite con el tiempo en vez de venir a estos lugares y me hagan revisión.

En el recorrido del hospital a la casa mi móvil vibra y cuando lo revisó era Chris escribiéndome, al principio me emocioné pero al sentir el dolor en mis costillas y en todo lo que me dijo Esteban esa emoción de esfumó
Pero sin embargo reviso los mensajes
–––––––––––––––
“Hey hola J.
Dónde estuviste todo el día….??
Quisiera saber cómo estás.

Pasan diez minutos y le respondo

Hey cómo estás?
Siento no haber llegado pero estoy en el hospital……larga historia.”
–––––––––––––––

—¿Con quién mensajeas? —pregunta Esteban a mi lado sonando serio.

—Con un amigo —digo y enarca una ceja.

—¿Con que un amigo? —dice irónico—, espero no sea ese amigo de la foto —pone su mano en mi fémur y le hace presión, me quejo un poco por lo bajo para que mi madre no escuché.

—¡No claro que no! —miento ya que si digo que es Chris no sea que me rompa la pierna—, Es Theo, me está diciendo que hicieron hoy y  que tareas dejaron —, me libera y vuelve a sus asuntos.

Vaya eso estuvo cerca; reviso varias cosas en mi móvil y por alguna extraña razón me metí en calendario y el día de mañana está marcado como si hubiera algo importante.
Llegamos a casa y mi hermana Emma me ayuda a bajar ya que aún me duele todo.

— ¿Cariño quieres algo de comer? —me pregunta mi madre al pasar el umbral de la puerta principal de la casa, pero declinó.

— No gracias, debo ponerme al día —digo caminando hasta las escaleras y apoyándome en la baranda de madera.

— Esta bien, si necesitas algo solo tienes que llamarme —asiento y comienzo a subir las escaleras.

Subo escalón por escalón como una tortuga, al estar en el segundo piso llegó hasta mi habitación y cierro la puerta y le pongo seguro para que nadie me moleste. Mi habitación se quedó como la dejé la última vez que la vi, voy hasta el escritorio y prendo mi portátil, me siento y comienzo a trabajar en los trabajos de la escuela que tengo pendiente. Paro un momento para meterme a la página de la escuela y busco la foto que nos tomaron con Chris, cuando la encuentro me detengo a admirarla y a los pocos segundos mis ojos comienzan liberar agua en contra de mi voluntad. Algo que nunca hago muy frecuente estaba sucediendo con solo ver esa foto que me revive los momentos de esa noche.

Después que mis ojos se desahogan y las lágrimas se secaran veo la hora en mi móvil y son apenas las seis; siento como si llevará horas sentado; me levanto y camino hasta mi cama, me acuesto con mucho cuidado y quedó boca arriba. Intento dormir, pero al momento de cerrar los ojos, lo único que veo es a Chris, intento no pensar en él, pero es peor ya que al intentar no pensar en él me viene a la mente todo lo que hicimos después del baile; su piel con mi piel, sus labios besando los míos y los míos con los suyos, simplemente no lo puedo olvidar. Al revivir ese momento en mi mente es inevitable que me sienta excitado, siento como se hace presión en mi entrepierna debido a que mi miembro comienza a llenarse de sangre con la excitación del recuerdo; pero después viene la escena en la que Esteban me llama "maricon" y me golpeaba; se baja la emoción y es entonces que tomo mis audífonos y escucho música para distraer mi mente en algo que no sea Chris.

Memorias de un Adolescente©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora