Capítulo 32. Tres motivos

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Sin darme cuenta mientras estaba observando y siendo feliz de tener a Liam, Sean aprovecho para sacarme una fotografía con mi hijo en brazos.

Lo miré y este sonrió.

— Felicidades ya eres padre. Déjame ser el tío —se rio—, lo consentiré.

Me reí igual.

— Todos lo consentiremos

— Bueno creo que ya es la hora de irme —anunció Roy—, hay trabajo pendiente —dicho esto el compañero de Sean se retiró.

— Sean creo que también debemos irnos —dije en plural por mi bebé—, Llamaré a Chris para que su tío venga por nosotros.

— No creo que eso sea necesario —me interrumpió.

— Sean no —me negué—, no dejaré que nos vayas a dejar mientras trabajas —se rió.

— No me refería a mí bobo —vio la hora en su reloj, creo que ya debería estar aquí —dame un momento salió de la oficina dejándome confundido.

Yo no le presté mucha atención ya que seguía viendo a mi hijo, era igual de apuesto que yo y tiene algunas facciones de Juli. Cómo el mentón definido y fino y de mi heredó todo lo demás. Quisiera saber el color de sus ojos pero por el momento los tiene cerrados.

— Justin —Sean entro otra vez a la oficina—, espero no te enojes conmigo por haber hecho esto —se hace a un lado dejándome ver la presencia de mi hermano y su novia.

— Esteban —dije asombrado. Este saludo haciendo un gesto con la mano, se notaba intrigado, eso era muy obvio.

— Hola hermanito —dijo entrando junto con Leah.

— Hola —les respondí.

— ¿Podemos acercarnos? —preguntó Leah, y yo asentí accediendo.

Leah fui la primera en acercarse emocionada. Ella quedó fascinada de ver a Liam se notaba que le encantaban los bebés.

— Justin es precioso, felicidades —me felicitó.

Me reí apenado.

— Gracias —agradecí tomando color rojizo en mis mejillas

Esteban no dijo palabra alguna, solo tenía miraba gacha hacia el suelo. Leah camino hacía el y lo insisto para hablar.

— ¿Puedo conocer a mi sobrino? —fue su pregunta la cuál me lleno de alegría.

— Claro —accedí feliz.

Estaban se acercó junto con Leah, ambos se vieron, no sé qué habrá significado la mirada que se hicieron pero no quitaba el hecho que ellos estuvieran intrigados por mi bebé.

— Hermano se parece mucho a ti —dijo Esteban al verlo—, que lindo bebé, ¿y como se llama? —me preguntó también.

— Liam —respondí—, siempre me ha gustado ese nombre —dije honestamente.

— Bueno chicos debo seguir trabando —dijo Sean—, yo los dejaré a solas y váyanse cuando quieran.

Sean estaba a punto de irse pero lo detuve.

— Sean gracias —le agradecí porque le hablara a mi hermano y le dijera que viniera—, de verdad tengo el mejor amihermano del mundo.

Este me sonrió feliz y sincero: — No hay de qué.

Dicho esto Sean se fue dejándonos a los tres a solas.

— ¿Puedo cargarlo? —pidió permiso Leah algo apenada, supongo no es sencillo pedirle a un padre en que le dé permiso en cargar a su hijo. Pero conozco a Leah y me agrada mucho la dejé hacerlo.

Memorias de un Adolescente©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora