Capítulo 18. Hablar es conocerse

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Chris_

Seguimos caminando por la acera de la carretera tomados de la mano, y por alguna razón aún no hemos llegado al lugar a dónde supuestamente íbamos a juntarnos. Me resulta intrigante ya que casi hemos salido de la ciudad y hemos comenzamos una zona más rural, me alarmo un poco porque no conozco mucho esta ciudad ya que solo me se el camino de la casa a la escuela y de la escuela a casa; pero ese pensamiento desaparece debido a que estoy con Justin, además él conoce mejor esta área debido a que nació, creció y vive en esta ciudad. Me percató que comenzamos a subir una pequeña montaña.

— ¡Sujétate con fuerza y mira por dónde pizas! —me indica y obviamente hago lo que me indica.

Mis vistas pasan de estar viendo hacia el frente hacia el suelo seco y terroso y en un momento miro de reojo el trasero Justin, se ve espectacular desde el ángulo en el que estoy se nota el duro entrenamiento y horas que pasaba en el gimnasio; dejando mis pensamientos lujuriosos del trasero de Justin doy un mal paso en un montículo y este se viene abajo con todo y mi pie, yo me sujeto con más fuerza de la mano de Justin para no caerme y él al notar lo que pasó me ayuda a no caer.

— ¿Estás bien? —pregunta.

— Si —digo un poco agitado—, fue un mal pasó.

— Chris ten cuidado —me dice—, no quiero que te caigas y te lastimes.

— Tranquilo —digo para tranquilizarlo—, necesitaras algo más grande y fuerte para lastimarme —ríe y muestra su hermosa cadena de perlas blancas.

— Sonso —dice entre dientes pero aún alcanzó a entenderlo.

Tomamos una pequeña pausa para retomar un poco de aire y energía.

— ¿Cuánto más falta? —pregunto.

— Ya poco —responde viendo la hora en su móvil—, aún hay tiempo así que date prisa.

— Si hay tiempo por qué me apresuras —digo casi sin aliento debido a que no hago esto muy seguido.

— Quiero que veas algo —dice feliz y al verlo así me motiva a seguir; antes de que sigamos camino Justin me coloca enfrente de el.

— ¿Que haces? ¿por qué me pones al frente? si no se el camino —digo intranquilo.

— Si das otro mal paso —me recalca el pequeño incidente—, quiero sostenerte y ver que no te caigas —me conmueve su preocupación por mí seguridad y aunque él no lo crea me preocupo por la suya también.

Comienzo a caminar en línea recta sin saber por dónde o hacia dónde voy,

Justin me sigue por detrás velando por mí seguridad para no caer y aunque él tenga razón vuelvo a dar otro mal paso y estoy a punto de caer pero Justin me sujeta de mi espalda baja muy cerca de mi cintura.

— ¡Gracias! —agradezco y el asiente.

Seguimos subiendo y como Justin dijo era poco lo que nos faltaba, una vez estamos arriba veo un árbol con una leve inclinación hacia la derecha por parte del tronco, a simple vista es muy bello, pero es cuando noto que hay una parte del suelo que es asfalto.

— ¡Justin podíamos venir por la carretera caminando! —digo asombrado por lo que no sabía que existía.

— Si —acepta natural.

— ¿¡Y por qué no venimos por ahí!?—digo alterado ya que pude haberme caído, aunque el procuró que no pasará.

— Pensé sería más fácil —dice.

— ¿¡Fácil!? —digo irónico—, ¡fácil es que un pez nade fuera del agua! —digo ahora sarcástico y un poco molestó.

— Chris tranquilo, para llegar aquí solo se puede por la autopista o por dónde nosotros vinimos; si te das cuenta hay como un redondel y más para haya solo hay más subida —dice y vuelvo a observar todo a mi alrededor y tiene razón.

Memorias de un Adolescente©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora