Volteó a todos lados. Decir que estaba perdido era poco.
Hitoshi no entendía cómo había llegado ahí, solo salió al jardín del palacio y de repente ya se encontraba rodeado de arboles. Era el bosque de los milagros, de eso estaba seguro; había visto esas ruinas en los antiguos libros de geografía, esos que lograban transportarlo a cualquier lugar por más prohibido y encantado que estuviere.
Lo peor era que no sabía como salir de allí, pese a ser un mago y tener acceso a la biblioteca real del reino oscuro, no sabía ningún hechizo que le pudiera ayudar.
Shinsõ a la corta edad de diez años ya era parte del Consejo de uno de los tres reinos, el que albergaba más magia oscura y villanos. No entendía que hacia en ese lugar, la Diosa Luna ya debería haberlo planeado de antemano y seguro tenía un plan para sí. Debía salir y avisarle al príncipe que había una forma de entrar, por más desconocida que le pareciere.
Caminó sin rumbo fijo, tal vez estuviera perdido, pero no desaprovecharía la oportunidad de admirar todo ese paraje que sólo podía visitar mediante los libros.
Era temprano en la mañana, como las ocho podría calcular, la neblina aún se estaba dispersando y la frescura del lugar era algo muy gratificante.
Un leve olor llegó a su nariz como una presencia, si hacia caso a sus instintos alguien se encontraba cerca.
Caminó más aprisa intentando encontrar al dueño de esas feromonas. Si tenía olor debía ser un alfa, ya que los betas no poseen esta característica.
Pero... está presencia era muy diferente. No parecía dominante como la de un alfa y no era tan tenue como la de un beta. Era totalmente desconocida.
Cuando estuvo más cerca captó el olor. ¿Flores? ¿Rosas? No lo sabía, pero de alguna manera le recordaba a la primavera.
Con cada paso se hacia más intenso, más atrayente.
No sé dio cuenta de cuando empezó a sudar, ni de cuando comenzó esa pequeña comeson en su garganta, sólo pudo fijarse en la persona que estaba frente suyo.
Un joven, que se encontraba de cuclillas sosteniendo las manos en donde debería estar en su corazón; podía escuchar su respiración. Demasiado agitado.
Como pudo aclaró su garganta, suspiró con dificultad y se forzó a hablarle.
---D-disculpa...--- intentó tocarle y ahí fue cuando vio que el otro se encontraba temblando en su sitio--- ¿Estas bien?
El pequeño le miró totalmente sonrojado, sé veía débil.
Indefenso
El olor se hizo más fuerte. El chico estaba soltando feromonas, unas muy potentes. Tal vez.
Estuviera en pleno celo.
Era raro, reconocía el celo de un alfa, él mismo era uno, pero ese chico no tenía la presencia de uno, era imposible que fuera un beta, estos no presentan este tipo de situaciones, y además lo que captaba no era un incremento de fuerzas; es más, estaba más temeroso y cada vez se hacia más pequeño.
Podía oler su miedo.
Podía sentirle con mucha fuerza. Relamió sus dientes y respiró profundamente. Todo en este ambiente era embriagante.
Cautivador.
Nunca había presenciado tal actuación. Era demasiado extraño. Algo de lo que no se veía muy amenudo. Algo que nunca había visto u oído.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón del Bosque |Boku no Hero Academia|
Fanfiction[Medieval! AU/ Omegaverse/ Dekubowl] Si hay algo que todos deben saber es que el bosque está prohibido, la personas no logran entrar ni salir de él, nadie en los tres reinos ha vivido para contarlo. Pero, eso no impedirá que un grupo de niños entre...