El Corazón del Bosque |Boku no Hero Academia|

Encaminados hacía el futuro.

Aceptaba que no era el mejor momento para explicarles la situación.

Los únicos que conocían a otros destinados eran Katsuki y Eijirõ. Era obvio que no se llevarían bien desde el primer momento. Pero esperaba que sólo fueran suposiciones suyas.

El rubio y el pelirrojo llegaron de primeros exclamando que tenían una noticia importante que darle.

Bakugõ le tomó de la muñeca y empezó a llevarlo hacia una dirección alejada del corazón del Bosque. Kirishima intentaba decirle que era necesario que salieran de ahí lo más rápido posible.

No eran necesarias tantas explicaciones.

Él ya conocía el resto de la historia.

Una pared de hielo se interpuso entre el par y su persona; un heterocromático había llegado a la escena. Su sexto destinado les dirigía una mirada de irritación al dúo.

---¿A dónde creen que le llevan? --- la sola presencia de los del reino de fuego le hacia hervir la sangre.

El rubio observó la muralla sin una pizca de miedo, chasqueó la lengua con molestia y de una explosión acabó con la estructura de hielo.

---Escuchame bastardo mitad-mitad. YO hago lo que quiero--- dio algunos pasos preparando sus manos para otro impacto.

El casi albino parecía escéptico.

Era obvio que los príncipes del reino rojo y el de fuego se conocían.

Y que no se llevaban nada bien.

Pronto otra persona llegó al lugar, el pelinegro lucía sorprendido de que ellos se encontraran ahí.

Debía ser una broma.

Tenya ya sabía de los múltiples destinados de Izuku, pero nunca se esperó que de todas las personas tuvieran que ser nobles y del más alto rango.

Por inercia hizo una reverencia al dúo.

---Sus Majestades.

Pero eso ya no era lo importante.

---¡¡Iida!! ---un feliz peliverde se acercó al de lentes, estaba contento de que al menos no hubieran más con ganas de matar a otro.

Tenya tragó en seco al sentir la mirada de los herederos sobre sí, esos chicos eran alfas con muy fuertes feromonas.

Eijirõ intentaba apaciguar a la bestia ceniza, no quería tener problemas con otro noble.

---Oigan inútiles---se oyó una voz altanera---¿Qué creen que hacen?

---Eso no es tu problema.

---Calla si no quieres que te mate.

El reciente intruso sonrió satisfecho y activó su quirk.

Siempre caían tan fácil.

El rubio y el heterocromático dejaron de hablar al acto.

--- Aparténse.

Era raro que los problemáticos chicos hicieran caso a un desconocido, eso Kirishima e Iida lo notaron.

Ambos caballeros estaban de lo más quietos, no podían confiar en las habilidades del pelimorado.

---¿Te hicieron algo? --- Shinsõ se acercó seguro al pecoso; sabía de sobra quienes eran esos dos, pero ya no estaba al servicio de la corona.