Cosas que no quiero decir.

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Namine PoV.

Riku y yo no podiamos seguir hablando. Solo nos mirábamos fijamente.

Me di la media vuelta. Estaba a punto de entrar al pasillo de oscuridad, pero algo me retenía. Todavia tenía algo que decir. Así que, sin voltear mi mirada hacia él, comencé a hablar.

—Si algun dia vuelvo...si esa posibilidad existiera...me gustaría que estuvieras allí para mi.
—...Puedes darlo por hecho, Naminé.
—Tal vez, si eso pasa, podriamos darnos tiempo para quitar el enigma de nuestro camino.
—suena bien.

No digo nada más y me meto en el pasillo de oscuridad.
Por un instante mi misión de rescatar a Kairi, no fue mi impulso de irme. Sino el miedo a decirle a Riku lo que saliera de mi boca. Hay cosas que, justo ahora, es mejor no decir.

Mis recuerdos de este último año me hacen darme cuenta, que por más corta que fuera mi existencia, estos sentimientos no son de nadie más que de mi.
Volveré a Kairi porque quiero ser un ser completo, pero mis sentimientos y los suyos se mantendrán aparte.

¿Estaré siendo muy cobarde? No, no creó. Estoy segura de eso.
No se lo dije porque...no tiene caso. Solo nos torturariamos. Después de todo no soy más que un incorpóreo. No hay manera de que me quede en este mundo. Pero...si me gustaría permanecer aunque sea en sus memorias. ¿O no? Tal vez eso le haga más daño. Recordarme. No, no soy tan importante.

—¿Qué es lo que realmente quiero? — pregunto en voz alta. Estoy realmente confundida.

Si me siento así, no me quiero imaginar si tuviera un corazón. Mi confusión, mi dolor, mi pequeña felicidad, todo se sentiría aun más. Pero también, si tuviera un corazón...Podría quedarme aquí.
No vale la pena pensar en lo imposible.
Al menos...Podre ver el mundo a través de los ojos de Kairi. Podré seguirlo viendo. Ese es mi único consuelo.

Y con eso en mente, me doy el valor de finalmente llegar a su celda.

¿Estoy actualizando seguido? Si. Porque ya esto se esta acabando.
Este capítulo fue bastante corto, pero el que sigue será largo.

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