Detrás de la venda

No hay tiempo de despedidas.

Naminé PoV.

—Supongo que eso es todo — dice Axel.
—Vamonos...
—¿A donde? No tenemos hogar, ¿recuerdas?
—Si es verdad. Tal vez no tengamos un hogar. Pero hay un sitio al que quiero ir, y alguien a quien ver — digo yo.
—Igual yo — Axel sonríe de manera melancólica — Así que ¿podrías dejarnos ir? Se que estas aquí para eliminarnos pero...

¿¡Eliminarnos!? ¿Eso le ordenó DiZ a Riku? ¿Sólo por lo que hice?
Se qué tengo que desaparecer, pero...no estoy lista. No quiero que sea ahora.

—Volteó a ver a Riku asustada — ¿DiZ? ¿Quiere deshacerse de mí?
—Vayanse.
—¿Estas seguro de eso? — le pregunta Axel.
—Estoy en deuda con los dos.
—¿Por qué?
—Nos ayudaron en el castillo del olvido.
—No tienes que decírmelo dos veces — Axel abre un pasillo de oscuridad y luego voltea a verme.

Nunca imaginé irme de Villa Crepúsculo. Pero, si quiero tener la posibilidad de ver a Roxas, no debo pensarmelo mucho.

—Gracias.

Son las últimas palabras que le digo a Riku antes de entrar al pasillo. Axel entra luego de mí.

—Supuse que dirías más que gracias.
—¿Eh?
—No se que relación tienes con él, pero es la última vez que lo verás.
—No se yo. Tengo la esperanza de volver a encontrarlo algún día.
—¿Si sabes que desaparecerás un día?
—Si...pero aún no es tiempo.
—Si él hubiera querido, habría acabado con nosotros. Así puede ser en cualquier momento.
—Pero no lo hizo.
—No, pero podrías desvanecerte en manos de cualquier otro.
—Tú también. En especial si vuelves con la organización ahora que Roxas se a ido.
—Como si no lo supiera...
—Si tanto rencor me guardas, ¿por qué no me dejaste en Villa Crepúsculo?
—En primera, no te obligue a venir. En segunda, no puedo tenerte rencor si no tengo corazón.
—Llamalo como quieras entonces. Pero tus palabras me dejan claro que no me quieres cerca por lo que hice. Como si yo hubiera querido hacerlo. ¿O tú si querías eliminar a Roxas?
—¡Claro que no!
—Pero la organización te dijo que lo hicieras.
—Tú...me agradabas más cuando no eras una respondona.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

—¿y cual es tu plan? ¿A donde irás?
—Voy a volver al mundo inexistente. Aunque me iré tan rápido como pueda. Tú lo dijiste. Se desharan de mí en cuanto me vean. Si eso pasa al menos quiero intentar algo antes de dejar de existir. ¿Tu qué harás?
—...No lo sé. Podría ir a las islas, pero en cuanto me topé con Kairi...
—Desaparecerás.
—Si...

Quiero creer que aún puedo ser de ayuda de algún modo. Si puedo permanecer hasta el fin del viaje de Sora, estaría bien.

–Entonces, ¿donde iras?