Eun Bi se paró frente al espejo, observando detalladamente cada rincón de su cuerpo, en busca de algún defecto con el que pudiera torturarse a sí misma.
Su extremadamente delgada figura no era suficiente, nada lo era.
Se colocó en todos los ángulos posibles, y soltó un suspiro.
Luego de cada cosa que sintiera viajar a su interior, ella sentía la necesidad de buscar un espejo, y ver si aquel insignificante bocado había perjudicado en algo la forma de su cuerpo.
—No es suficiente —se reclamó a sí misma, y se dejó caer en su cama.
(( Años antes. ))
—¡Ya déjenme! —continuaba rogando Eun Bi, a lo que los niños a su alrededor hicieron caso omiso, pues continuaron pateando a la indefensa niña en el suelo.
—Dejemos que la cerdita se llama a comer su pastel; acabaremos con toda la diversión el primer día —habló uno de ellos, para luego inclinarse hacia Eun Bi, y tomarla por el cuello de su uniforme—. Ya sabes las reglas, ¿verdad? Si le dices a alguien, te irá peor.
Entre lágrimas, Hwang asintió, para luego ser abandonada, en ese estado, en el suelo del baño.
Un nuevo año escolar iniciaba, y, como era de esperarse, sería exactamente igual que los anteriores.
Rápidamente, se puso de pie, para tomar su mochila, y pararse frente al espejo, para intentar disimular sus heridas lo más posible.
Entonces, se encaminó fuera de el baño, y, posteriormente, fuera del edificio.
Evidentemente, nadie estaba ahí para recorgerla, por lo que se vio obligada a correr debajo de la lluvia, al precio de algunos resbalones, y una caída.
—Parece que te diste un bonito baño ahí fuera —se burló su hermana mayor, recibiendo como respuesta sus pasos acelerados, dirigidos hacia el segundo piso.
Una vez allí, Eun Bi cerró la puerta, y apoyó su peso en ésta.
Estaba completamente sola, triste, y enojada consigo misma.
No se sentía capaz de aguantar otro año de la misma manera.
Lentamente, se acercó al espejo frente a su cama, y observó detalladamente su reflejo.
«¿Quieres saber por qué nadie te quiere? Eres una niña gorda, y nadie quiere a las niñas gordas, porque son feas.»
Era como cualquier niña de su edad debía ser, es decir, una niña que disfrutaba de los dulces, sin importarle nada más.
Su peso no salía para nada de lo común, sin embargo, aquello parecía ser algún especie de delito para las personas a su alrededor.
—Tengo que hacer algo —susurró, para sí misma.
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¡ holaaaaaa, bbs ! <3 disculpen que no haya actualizado ayer, y que hoy actualice tan tarde, pero no fue una buena semana para mí. aún así, espero que les haya gustado, aunque no sé si me quedó tan bien. los amo muchoooooo. uwu
