Capítulo 12

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Pregunta


Se encontraba en su cama pensando, si cuando era niño o incluso solo un par de años menor a lo que era en ese momento, le hubieran dicho que iba a estar tan deprimido y a cada rato pensando diferentes cosas y contradiciéndose a si mismo por un amor no correspondido el se hubiera reído y no hubiera creído semejante cosa, pero ahí estaba, mirando el techo preguntándose en que momento su vida había llegado a ese punto. 

Cuando conoció a Midoriya supo que este tenía problemas, y cuando le contó la causa de su tristeza constante a lo largo de todos los días el menor al finalizar le dijo una frase que sin quererlo o planearlo se había incrustado profundamente en su mente: 

"He llegado a un punto donde mi vida esta tan dañada y rota que no sé como repararla" 

Al principio no lo entendía, porque para el no existía nada que no se pudiera reparar con la actitud y las acciones correctas, pero ahora que el estaba en esa situación en su vida solo podía pensar que las palabras del pecoso eran muy ciertas, sentía su vida y su corazón tan rotos y dañados que no sabía como raparlos, o si siquiera se podían reparar. 

De pronto la alarma de su celular sonó, indicándole que era hora de vestirse e ir a la oficina con Izuku, ese día Nighteye les había prometido un entrenamiento especial con bubble girl, no sabía en qué consistía, pero el señor siempre acertaba con los entrenamientos, enseñándole algo muy valioso e importante que iba a guardar siempre en su cabeza y corazón.


El camino a la oficina fue silencioso, y no era de extrañarse, ninguno tenía ganas de hablar, ambos se sentían tan cansados, deprimidos y sin ganas de hacer algo, y era irónico, ambos habían enfrentado a la muerte a la cara, vencidos enemigos uno más fuerte que el anterior, y ahora estaban abatidos y derrotados por un simple corazón roto. 

Cuando llegaron a la oficina hicieron un acuerdo mutuo de entrar con unas sonrisas y fingiendo que todo estaba bien, no podían permitir que su maestro y compañeros de trabajo les vieran de una forma tan lamentable, se suponía que iban a ser héroes, debían aprender a dejar los problemas personales a aun lado para hacer un buen trabajo salvando personas. 

A los minutos de llegar a la oficina el señor les había explicado a ambos en qué iba a constar el entrenamiento de ese día, y aunque sonaba complicado no era nada que Mirio no pudiera manejar admirablemente, o eso pensaba él 


°~°~°~°

- Midoriya, es todo por hoy, puedes retirarte - Permitió el hombre con un tono más amable que el anterior. 

- Esta bien, muchas gracias por los consejos señor - Agradeció el menor haciendo una ligera reverencia ante los consejos y observaciones de los errores cometidos, y con ligero desgano abandonó la sala, dejando al hombre con el rubio. 

- Mirio, ¿Que sucede contigo? - Preguntó el hombre mirándolo con preocupación.

- ¿Señor? - Cuestionó el chico confundido. 

- No es sorpresa que Midoriya fallara el entrenamiento, después de todo sé que no está completamente concentrado los últimos días por lo del vídeo, pero no entiendo porque tu fallaste, era un entrenamiento que  hubieras podido completar con los ojos tapados, lo que me lleva a pensar que algo te ha pasado - Explicó con naturalidad el mayor acercándose a una mesón que tenía una cafetera encima. 

- ¿Usted sabe lo del vídeo? - Interrogó Mirio completamente sorprendido. 

- Me encargo de ustedes dos, sería un descuido de mi parte si no supiera que es lo que le sucede a Midoriya, pero a diferencia de él no tengo idea de que ocurre contigo, y no has respondido mi pregunta - Afirmó el hombre tomando un sorbo de su café.

¿Qué es el amor? [MiriTama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora