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-¡Hatsu! ¿Puedes llevar estas cajas al depósito? - Gritó Haneul después de pagarle al repartidor.

-¡Ya voy!

-¡Gracias!

Deje la libreta sobre el mostrador de la cocina y fui directo a llevar las cajas de granos de café a donde me indicaron, eran pesadas, pero realmente no me molestaba llevarlas yo sola.
Una por una, colocándolas una sobre la otra para que estén prolijamente ordenadas, así como le gustaba al señor Kim, el dueño del lugar.
Él era un hombre amable y muy respetado, siempre caminaba con autoridad, pero con una sonrisa. Su sola presencia imponía respeto, pero en realidad, era un algodón de azúcar.

Su familia es como el, son realmente amables, humildes y de muy buenos modales.
Su esposa viene de visita un par de veces al mes, y su mera presencia iluminaba el lugar entero. Su hijo Seungmin es un chico de mi edad, el es muy responsable con sus estudios y es muy simpático. El acostumbra a cantar conmigo en el café, es muy bueno en eso.
Los viernes y sábados por la noche, el café era un lugar mágico. La luz templada, el aroma de las bebidas calientes y música en vivo, sin duda, mi lugar favorito en el mundo.

Luego de hacer lo que me pidieron, seguí con mi tarea de mesera, realmente me gustaba ese trabajo.
Me gustaba ver como las personas llegaban emocionadas al café y ver cómo se satisfacían con la bebida caliente después de un día agotador... Era gratificante.

-¡Hey Hatt!- Dijo Seungmin al entrar al lugar.- ¿Lista para viernes?

- Claro que si, estoy emocionada - Dije chillando, a lo que mi amigo se rió.- ¿Y tú?

-Claro, siempre es bueno cantar contigo - Dijo como un caballero. - Quiero saber quiénes vendrán.

-Igual yo, siempre hay nuevas personas, aún no sé cómo es que se ven personas distintas todos los días.

-Eso cierto, este lugar es genial - Dijo sonriendo como siempre.- En fin, quería preguntarte si ya decidiste que canciones cantar, recuerda que este fin de semana te toca a ti elegir.

- ¡Oh sí! Luego te envío los links por mensaje ¿Si?

- Claro, no hay problema.

- ¿Quieres beber algo?

- Está bien, sorprendeme - Dijo y se sentó en la barra principal del lugar.

Comencé a prepararle un capuchino de chocolate con una pizca de canela, y al final, una abundante espuma de leche para crear un sabor suave que combine con el sabor del chocolate.

-¡Voilá! Dime qué piensas - Dije frente a él, esperando a que me pruebe la bebida.

- Mmmmm... Creo que deberías proponérselo a mi padre, esto está muy bueno - Me sonrió y siguió bebiendo con moderación para no quemarse.

-¿De verdad?- Sentí como un calor subía a mis mejillas por el cumplido.

-¡Claro! Es deliciosa, deberías crear más como este, siempre sabes como complementar los sabores, si sigues así, te volverás una profesional - Me sonrió emocionado, realmente me causó ternura. - Debes ser la japonesa más creativa de la cuidad.

- Me apenas - Dije sincera mientras miraba mis pies. - ¿Podrías tu llevárselo a tu padre?

-Claro, pero cuando regrese debes beber algo conmigo.

- Hecho

Y asi, como se lo había pedido, Seungmin fue a llevarle la taza con la bebida caliente a su padre para que lo probara, y mientras yo, seguía con mi trabajo de mesera.

- ¡Buenas tardes señor Lee! ¿Lo mismo de siempre? - Le pregunté apenas entró, ya que era un cliente regular, había cierta confianza con el, además, el señor Kim nos había pedido que seamos amables y atentos con los clientes para que su lapso aquí sea agradable y se sientan cómodos, además de que si se sienten así, los clientes querrán volver.

- ¡Buen día señorita! Claro, ya me conoces, y dos más iguales, hoy traje a mi esposa y a mi hijo, fueron por unos cuadernos, ya  están por llegar.- Dijo luego de sentarse en su mesa de siempre.

- ¡Enseguida! - Le respondí con una sonrisa y me fui a la cocina.
Y mientras estaba alli, pude oir como la campanilla que colgaba en la puerta sonaba dulcemente, avisando que alguien había entrado, por lo que supuse que era la familia del señor Lee.

Me apresure a armar las tazas con Capuccino con un poco de vainilla, y unos panecillos esponjosos recién salidos del horno. Cómo siempre, decore los platos de los panecillos con miel y una pequeña flor amarilla a un lado.
Puede que sea algo inútil, pero recibir algo así es un lindo detalle para alegrar el día.
Salí de la cocina con la bandeja en mi mano derecha y me dirigí hacia la mesa del señor Lee para servir la orden, y como había pensado, su familia estaba junto a él.

La señora Lee parecía alguien realmente amable, tenía piel pálida, ojos grandes y una sonrisa extravagante, su cabello parecía ser muy suave y su atuendo tenia la apariencia de ser de diseñador.
Le sonreí como ella a mí y saludé.

- Buen día, aquí está su orden. - Comencé a dejar las tazas de porcelana con su respectivo plato en frente de ellos y luego los tres platos con los panecillos. - Que lo disfruten. - Volví a sonreír y ellos me agradecieron y me sonrieron. Bueno, los dos mayores, el joven no emitió palabra alguna, pero no me hice problema por eso, algunas personas no agradecen y ya. Hice una reverencia hacia ellos y me retiré para que desayunaran tranquilos.

I'm Deaf // Lee Minho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora