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- ¿Por qué están tan nerviosa? - Me preguntó Seungmin mirando como preparaba un Capuccino de chocolate.

- No estoy nerviosa, estoy ansiosa, hoy saldré con Minho. - Dije y me sonrió.

- ¿Con que una salida eh? - Levantó las cejas un par de veces

- No en ese sentido. - Rei. - Somos amigos, ya hemos salido antes, pero fue por coincidencia, Chan me dejó plantada y me encontré a Minho en una librería.

- ¿Plantada? No parecía ser ese tipo de persona.

- Si... Pero gracias a eso hice un nuevo amigo. - Dije con una sonrisa muy sincera.

- Eso es bueno, siempre tienes que ver el lado bueno de las cosas.

- Hai Sensei - Dije con acento japonés a lo que el rió.

- ¿Lo extrañas?

- ¿Extrañar que cosa? - Dije mientras cortaba una rebanada de un pastel de limón.

- Japón... Tu hogar.

- Si, lo extraño muchísimo, y más a mi familia.

- ¿Cuando volverás?

- En menos de un año, ya casi junto todo el dinero que me falta para el boleto de ida.

- Te voy a extrañar mucho cuando te vayas. - Hizo un puchero con sus labios.

- Yo también te voy a extrañar. - Dije mirándolo melancólica. - Pero aún tenemos mucho tiempo, así que no me pongas esa cara. - Dije y me regaló una sonrisa enorme. - Ya vuelvo. - Le avise para luego irme con la bandeja con el pedido.

- Aquí está su Capuccino y su pastel. - Le dije a la señora.

- Muchas gracias jovencita. - Dijo y me sonrió.

- Que lo disfrute. - Me reverencie y me aleje. - En fin, aún tengo mucho tiempo para molestarte Seungmin.

- No seas tan dura conmigo. - Reímos. - Oh... Mira quién entró.

Di media vuelta para mirar hacia la puerta, y un sentimiento de disgusto me invadió.

La señora Bang y su hijo acababan de entrar, pero el menor miraba para todos lados, hasta que su mirada se encontró con la mía, pero yo enseguida mire mis zapatos.

- ¿Quieres que lo atienda yo? - Me preguntó Seungmin.

- No, tranquilo, es mi trabajo. - El asintió y se apoyó en el mostrador. - Bien... Aquí voy.

Tomé mi pequeña libreta y me encaminé hacia la mesa de los Bang.

- Muy buenos días.- Dije lo mejor que pude. - ¿Que desean ordenar?

- Buenos días Hatt. - Me dijo la señora. - Hoy se me antoja un té negro sin azúcar y una rebanada de pastel de manzana por favor.

- S-solo café. - Dijo Chan. - Con a azúcar por favor. - Yo solo asentí con una pequeña sonrisa y me aleje.

No fui tan cálida como siempre, no pude, nunca fui buena fingiendo, y es algo que odio un poco, porque las personas se dan cuenta muy rápido de que es lo que pasa por mi cabeza, o eso pienso yo.

La campanilla que estaba colgada sobre la puerta hizo su dulce sonido, así que varias personas miramos en esa dirección, y al verlo sonreí.
Su mirada se conectó con la mia segundos después y me sonrió de igual manera, levantó su mano y la sacudió suavemente en mi dirección para saludarme, repetí su acción y su sonrisa se amplió un poco más. Minho caminó detrás de su padre hasta su mesa habitual y lo observé mejor.
Llevaba una camisa gris y sobre ella una chaqueta azul grisácea, unos jeans negros con roturas en las rodillas y unas converse negras.

I'm Deaf // Lee Minho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora