No sabría decir cuánto tiempo estuve leyendo el libro de historia del arte, realmente se me había pasado el tiempo muy lento, pero podía asegurar que estuve menos de lo que parecía.
Pero en fin.
Cómo había acordado con Seungmin hace unas horas, le envié los links de las tres canciones que había elegido y él me envió dos. Siempre cantabamos cinco canciones en toda la noche, con un entretiempo de veinte o veinticinco minutos para que las personas puedan charlar en esos cortes.
Estaba cansada, asique cerré el libro que había dejado a mi lado y me estire sobre mi cama para dormir de una vez. Aún tenía tiempo para estudiar, tenía dos semanas más. En cuestión de minutos, ya me había dormido.
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- Como decía, antes de que el señor Choi me interrumpa... - Miro en dirección al chico nombrado y este sonrió inocentemente. - El arte contemporáneo se basaba en.. - La campana sonó, haciendo que el profesor interrumpa su explicación nuevamente. - Bien, pueden irse.
Todos los alumnos comenzaron a levantarse con sus cosas para luego salir de aquel salón.
- Heeeeey Hatt - Se acercó para saludar alegre.
- Heeeeey Félix - Le sonreí y el a mi.
-Tengo hambre, ¿Te acompaño al trabajo? - Preguntó sujetando su mochila.
- Claro - Reí y termine de guardar mis cosas. - Ya, vamos.
- ¿Algo nuevo desde ayer? - Me preguntó mientras salíamos del salón.
- Mmmmm... El señor Kim me ha dado permiso para ponerle nombre a una bebida - Dije emocionada.
- ¡¿De verdad?! - Me dijo con los ojos abiertos a más no poder.
- ¡Si! Me lo ha dicho ayer
- ¡Eso es genial! - Me revolvió el cabello para felicitarme, por lo que causó que lo mirara mal. - Lo siento, lo siento - Dejo escapar unas carcajadas.
- Todavía no he pensando en un nombre, estuve estudiando y no se me ocurrió nada.
- Debe ser un nombre significativo, algo que lo describa bien. - Dijo pensativo mirando hacia el frente, ya estábamos al final del pasillo. - ¿Qué tal...Félix?
Félix era alguien a quien podía calificar como mejor amigo. El charló conmigo desde el primer día de universidad en el primer año. Cuando llegué el primer día, el se me acercó preguntándome en donde quedaba su salón, pero yo, al igual que el, estaba perdida. Así que ambos caminábamos perdidos el primer día de clases hasta que unos segundos antes de empezar, lo encontramos. Ese día ambos teníamos una desesperación fatal, pero ahora nos reímos cuando nos acordamos de aquello. Luego de eso, comenzamos a hablar más y más, hasta que nos hicimos cercanos y luego podría decir que mejores amigos. Llevaba conociendolo cuatro años ya, y debo decir, que el hacía que la vida sea más llevadera.
- Eres un idiota - Lo empuje un poco y reímos.
- Félix estaría bien de todos modos. - Dijo insistiendo.
- No voy a hacer eso. - Respondí sonriendo.
- ¿Y que te parece "Channie"?
- Te voy a matar - Dije parando en seco.
El me miro divertido pero luego cambio su expresión, el miedo se vió reflejado y comenzó a correr en dirección a la cafetería gritando como un niño que lo ayudarán porque un monstruo japonés lo perseguía.
En cuestión de minutos llegamos, casi sin aliento pero llegamos.
- ¿Qué onda bro? - Dijo en inglés mientras chocaban sus manos.
- Iré a cambiarme, ya vuelvo. - Ellos asintieron y comenzaron a entablar una conversación.
- ¡Oh Hatt! Llegaste temprano hoy. - Haneul me saludó en los vestidores.
- Félix me ha obligado a correr - Rei y ella sonrió. - ¿Cuánto tiempo te queda hoy?
- En una hora ya debo irme. - Dijo arreglando su cabello frente al espejo mientras yo tomaba mi uniforme. - No vinieron muchas personas hoy, quizás lleguen más luego, ¿Quieres que me quede?
- No te preocupes, yo puedo hacerlo - Le sonreí. - Debes ir a descansar, no es bueno que te exijas tanto.
Ella últimamente trabaja unas horas extra porque necesitaba el dinero para cuidar a su madre enferma, siempre pedía un adelanto de su sueldo, pero aún así llegaba muy justa a fin de mes, asique el señor Kim le dijo que si queria, podía hacer horas extra y ella aceptó. Haneul era unos años mayor que yo. Antes estudiaba medicina pero por obvias razones tuvo que dejarlo, solo le faltaban dos años para terminar sus estudios, realmente era era una pena, pero podía usar lo aprendido con su madre a veces y eso era bueno.
- Lo se... - Suspiró.- ¿Estás segura que puedes?
- Claro que si, ve a casa y come bien - La abracé para que se relajara.
- Eres una buena persona Hatt... Gracias. - Le sonreí y ella a mí.
Luego de eso me cambié de ropa y dejé mi cabello suelto, puse el pequeño broche con mi nombre y listo, ya podía comenzar a trabajar.
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Estaba limpiando el mostrador cuando oí su voz, me di vuelta y le sonreí.
- ¡Hola Hatt! Traje a unos amigos - Señaló a los chicos que estaban detrás de él.
- Bienvenidos a Kim's Coffe - Les sonreí a todos. - Pasen por favor - Les señale una mesa junto a la ventana.
Ellos sonrieron en modo de agradecimiento y se sentaron en dónde les indique.
- ¿Quieren que les traiga el menú?
- Por favor - Dijo uno de ellos.
- Enseguida.- Tomé tres menúes del mostrador y volví a la mesa para entregárselos. - Volveré en unos minutos.
- Tenías razón Chan, es bonita. - Uno de los chicos susurró pero logré escucharlo.
Mi corazón comenzó a latir nervioso y mis mejillas comenzaron a estar más cálidas. Me metí en la cocina y comencé a ventilarme con mis manos.
- Relájate, quizás solo lo imaginaste Hatsu.
- ¿Imaginar que? - Preguntó Seungmin.
- N-nada, no importa, ¿Y Félix?
- Se sentó en la barra.
Salí de la cocina al oír que la campanilla de la puerta y me pare tras el mostrador.
Dos chicos habían entrado, pero me parecía reconocer a uno de ellos.
