- Querida, despierta. - Escuché la dulce voz de la señora Lee. - Los médicos ya terminaron. - Abri los ojos de golpe y la miré.
- ¿Está todo bien? - Pregunté preocupada, ya que sus ojos comenzaban a liberar algunas lágrimas.
- Dijeron... - Sonrió ampliamente. - Dijeron que todo estará bien.
Un gran peso se había esfumado de mis hombros al oír aquello. Sentí como mi corazón comenzaba a palpitar más rápido que antes, haciendo que un calor de felicidad se esparciera por todo mi cuerpo, e incluso hizo que mis ojos se cristalizaran también. Ambas nos abrazamos instintivamente, no teníamos pena al expresar aquella felicidad.
- ¿Cómo está?
- Durmiendo, dijeron que quizás despierte por la noche, por lo que me pidieron que siempre haya alguien en la habitación por si despierta con dolor o alguna molestia. Tenías razón, todo iba a estar bien.
En ese momento, Jisung llegó corriendo. Él había ido a su casa a tomar una ducha y a cambiarse de ropa.
- ¿Todo salió bien? - Preguntó con la respiración agitada.
- Claro que si Jisung. - Dijo alegre la mayor. - Dijeron que fue más complicado de lo que pensaban pero que todo salió perfecto.
- Querida, debemos firmar unos papeles. - Dijo el señor Lee.
Podía ver felicidad en su rostro, nunca lo había visto tan radiante. Ellos también fueron liberados de un gran peso, y nunca más lo tendrían de nuevo.
- Gracias. - Susurro Jisung a mi lado.
- ¿Gracias?
- Se que fuiste tú.
- ¿De qué hablas?
- Del dinero que faltaba.
- ¿L-lo sabes?
- Yo venía a hacer lo mismo aquel día, pero llegaste antes que yo, te ví en la fila y ví cuando entregaste el sobre.
- Se suponía que nadie debía saberlo. - Dije por lo bajo.
- Nadie más lo sabe, puedes estar tranquila. - Dió unas palmadas en mi cabeza. - Será nuestro secreto.
- Está bien. - Le sonreí. - Debo avisarle a Félix. - Dije cuando lo recordé.
Saque el teléfono de mi bolsillo, pero no pude si quiera desbloquearlo porque alguien me aprisionó con sus brazos.
- Muchas gracias. - La persona dijo llorando. - De verdad muchísimas gracias.
- ¿Señora Lee?
- Te devolveremos el dinero en cuanto podamos. - Se separó de mi.
- Quizás... Un secreto de más personas. - Río Jisung.
- ¿C-como lo supo?
- Tu nombre aparece en el recibo del hospital.
- Señora Lee, no se preocupe por eso, es un regalo.
- Pero querida, es demasiado dinero.
- Por favor, aceptelo. Pero a cambio prometame que no le dirá a su hijo.
- Lo prometo querida. - Dijo y luego me volvió a abrazarme.
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