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Dedicado a Noe_04_13

∆∆∆

Habíamos tomado asiento en el sofá que se encontraba en la habitación, mientras que Minho seguía sentado en la camilla.
Se veía extraño con esa ropa, pero aún así se veía tierno.
Estábamos conversando sobre lo primero que haríamos cuando Minho saliera del hospital, como ver películas en su casa, ya que el sonido del cine aún sería muy fuerte para sus oídos. También habíamos pensado en enseñarle las bandas del momento y nuestra canción favorita.

- ¿Entonces que te gustaría hacer? Pide lo que quieras, cumpliremos tus deseos por un día, así que no dejes pasar esta oportunidad. - Dijo Jisung con sus manos.

- Primero quiero oir a mis padres. - Jisung y yo asentimos. - Quiero oir la voz de ambos también, enseñenme que música se escucha ahora, quiero salir a dar un paseo por la cuidad y por último ver una película.

- Sus deseos son órdenes. - Agregó Jisung mientras yo reía. - ¿Que te parece si... - Fue interrumpido por su teléfono. - ¿Hola? Ya vuelvo. - Me indicó y salió de la habitación.

- ¿Cómo estás? - Le pregunté finalmente.

- ¿Puedes acercarte? - Extrañada me puse de pie y me parece frente a él.

Me miro a los ojos y note como se humedecida levemente. y antes de que pudiera hacer algo, pasó sus brazos por mi cintura y apoyo su cabeza en mi pecho.

Tenía miedo.

Le regrese el abrazo rodeandolo por la nuca y apoyando mi mentón en su cabeza.
Comencé a acariciar su cabello para que se tranquilizarlo aunque sea un poco.
Escuché como la puerta se abría un poco y luego volvía a cerrarse, pero al girar mi cabeza para ver, no había nadie, por lo que supuse que Jisung había vuelto a irse.

Me aleje un poco de el sin alejar mis manos de su cabello, y cuando el subió la vista hasta mis ojos, me sonreí.

Me aleje un poco de el sin alejar mis manos de su cabello, y cuando el subió la vista hasta mis ojos, me sonreí

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Minho pov

Su sonrisa me transmitió tranquilidad, aunque podía ver que en sus ojos también había algo de temor.

Podía ver todo en ella.

Sus ojos eran una entrada a su alma, y quiero ser el único que sepa de esa puerta.

Me puse de pie, por lo que ella retrocedió unos pasos, pero nuestras manos seguían sobre el cuerpo del otro.
Hatsu volvió a abrazarme, pero esta vez con un poco más de fuerza que antes. Volví a rodear su cintura con mis brazos y escondí mi rostro en su hombro.
Estuvimos así unos segundos más, y está vez fui yo el que se alejó.
La mire a los ojos e hice algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo.

Subí mis manos hasta sus mejillas y me incline debido a la diferencia de altura. Me acerqué a ella despacio, para evaluar su reacción. Pero cuando ella cerró sus ojos, supe que ambos estábamos de acuerdo.
Eliminé la poca distancia que había entre nosotros y apoye mis labios sobre lo de ella.
Al separarnos la observé, sus ojos brillaban y sus mejillas estaban sonrojadas. Pero me sonrió, y ante eso, sonreí instintivamente y volví a besarla, pero esta vez, con más confianza que antes.

Por unos segundos sentí que solo éramos ella y yo.
No se sentía como si estuviera en un hospital esperando a ser operado.
Se sentía como si estuviera en el lugar más seguro del mundo.

Había despertado porque los rayos del sol entraban por la ventana, llegando directo hasta mis párpados

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Había despertado porque los rayos del sol entraban por la ventana, llegando directo hasta mis párpados.
Mire a mi al rededor e inspeccione la habitación. Las paredes eran blancas, demasiado blancas para mi gusto. Había una televisión en una esquina, un armario cerca de este y una mesa a mi lado. Cerca de la puerta estaba el sofá y había flores en la pequeña mesa que estaba al frente.

Y estaba ella.

Estaba sentada en la silla que estaba junto a la cama, pero su cabeza estaba recostada sobre su brazo, el cual estaba sobre la cama y su otra mano tomaba la mía con delicadeza.

Acomodé mi cabeza sobre la almohada y me di cuenta de que yo me había dormido antes que ella, ya que no recordaba el momento en el que ella había cerrado sus ojos.

Me acerqué despacio a ella y con mi mano libre corrí los mechones que estaban despeinados de su rostro. Quería seguir durmiendo, pero prefería verla. Quería observar sus facciones y los lunares que se esparcían por su piel. Sus pestañas descansaban al igual que sus párpados y sus labios.

La puerta se abrió, dejando ver a mi madre y a mi padre detrás de ella. Les hice una seña de que hagan silencio, ya que no quería despertar a Hatt tan bruscamente. Mi madre sonrió al ver que ella tomaba mi mano, sabía que ella estaba feliz de que Hatt esté conmigo.

Supongo que ella también había notado lo que Hatsu provocaba en mi, mis cambios de actitud y mi humor.
Eran cosas muy evidentes.

Ella hizo que volviera a ser yo.

Mi madre colocó sus manos sobre los hombros de Hatsu y le habló. Sus ojos se abrieron de a poco y lo primero vió fueron nuestras manos juntas. Luego sus ojos se posaron en mi y por último en mi madre.

Fue gracioso ver cómo se apartaba de mi y como sus mejillas se sonrojaban al notar que mi madre la había visto de esa manera. Se puso de pie e hizo una reverencia a hacía mis padres, que por lo que noté, la saludaron.

Hatsu se hizo a un lado para que mi padres pudieran acercarse, quedándose unos pasos detrás de ellos. Ví como sus labios se movieron y luego mis padres asintieron, por último, salió de la habitación, no sí antes dedicarme una leve sonrisa luego de tomar su bolso.

Mire a mis padres, quienes se habían puesto serios, pero tenían un leve gesto de nerviosismo a la vez.

Y eso me indicaba solo una cosa.

- Hijo... - Señaló mi padre. - Ya es hora.

I'm Deaf // Lee Minho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora