○ Capítulo 5 ○

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Habían pasado 2 semanas desde lo que ocurrió con Karen. Estaba todo listo para el viaje de vacaciones. Mi maleta con ropa dentro y mis cosas personales. Mis padres estaban cargando los bolsos a la camioneta de Chris, con quien aún no tenía oportunidad de hablar tranquilamente. Tendríamos que pasar a buscar a Adam, Karen y Emma, a quien rogamos demasiado para que fuera. Y lo hizo.

Una vez en la camioneta, Liam me pregunta rompiendo el silencio:

— ¿Qué tal ha ido todo? Me refiero, antes de lo de Emma.

—Bueno, todo ha ido... bien —Titubee al hablarle, no tenía ni quería contarle las cosas raras que me estaban pasando — Yo quiero saber sobre ti, ¿Qué tal el extranjero?

Le sonreí, pero él no me siguió.

—Bien, la verdad... no es muy diferente —Se centró en la ventana, donde podía mirar el paisaje del camino al aeropuerto —Creo que extrañaba estar en casa. Lo bueno es que aprendí a hacer muchas cosas, por lo que conseguiré trabajo rápido.

Nos reímos y lo observé por un buen tiempo. Sentía el cambio, pero a la vez parecía estar todo en su lugar.

— ¿Qué tengo? ¿Te estás enamorando o qué? —Se rio a carcajadas cuando notó que lo miraba. No pude evitar sentir un asco propio de la estupidez que acababa de decir.

—Ay, Liam... Qué asco, ¿Eres idiota o te haces? —Le pegué un codazo, a lo que él me pellizco el brazo — ¡Mamá!

Pasamos unos minutos antes de llegar al aeropuerto, donde ayudamos a bajar las cosas y me surgió una curiosidad, con respecto a mi hermano, cuando lo noté que miraba a Karen de entre ratos. Así que me acerqué y le pregunte.

—Es linda, ¿No?

—Sí, ha cambiado mucho —Pronto se dio cuenta y me miró confundido — ¿No deberías ir con mamá?

— ¿Qué? —Mi rostro cambio y no entendía a lo que se refería.

—Eres menor de edad, ve a que te cuiden.

—No necesito que me cuiden, y no me cambies el tema —Pero él ya se había alejado, hacia una tienda de abarrotes — ¡Liam!

Todos estaban en su mundo esperando el anuncio del vuelo, pero entre ello, no podía evitar mirar a Adam de reojo. Hasta me asuste cuando sentí que me tocaban la mano.

—No te asustes, ya has volado antes —Era Emma, quien me entregaba unas gomitas de menta para pasar el rato.

—No estoy asustada... eso ya pasó —La miré y solo dijo "Claro"

Pero no mentía, ya no me daba tanto miedo las alturas, eso era de niña. Ya me había acostumbrado a sentir las cosquillas en el estómago y esa hinchazón de temor en todos los lados de mi cuerpo. Había comenzado a sentirlo en ese momento, pero tardé un rato en darme cuenta que no era por el miedo, sino por incomodidad.

En el otro lado del aeropuerto, cerca de los ventanales, había una chica. Problema, resonaba mi mente. Era la misma muchacha que chocamos con Karen. Y tenía alas. Me tense rápidamente, pero no me impidió el querer ir hacia ella. Me levanté y caminé fijándome en su rostro. A medio camino, todo se volvió oscuro y silencioso. Todo a mí alrededor pareció desvanecerse y mostrar un panorama abandonado, de un aeropuerto lleno de musgo y arruinado. Y mi ropa había desaparecido, para pasar a tener un vestido negro. Pero, lo más raro era que... algo me picaba en la espalda.

De pronto, un dolor fuerte nació de ahí y observé mi sombra, estaban... ¿saliéndome alas? La chica se posó frente mío y dijo, con estas exactas palabras:

~Serás tu propio problema, tendrás que luchar contra ti misma, eres el nuevo ángel de alas negras —Mi respiración era pesada. Estaba muy asustada. Pero en el momento que ella se tiró encima de mí, yo grité.

Un Ángel De Alas Negras © (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora