Capítulo 38

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—Puedes dejarlo... —Empezó a responder Tobías.

—Eso no fue lo que pregunté. —Insistía Hanna y al no recibir respuesta prosiguió.
—Pero bien, cambiaré la pregunta y va muy en serio Tobías. Prometo que de ahora en adelante te contaré todo, que me comprometeré a esto y tendremos las citas que quieras y todo eso de lo que me  hablaste.Aclaro en este momento que no lo dejaré, puedo asegurarte que es un trabajo seguro, que no voy a contagiarme de nada, y que nuestra estabilidad económica será buena. ¿Aceptas estar conmigo? —Dijo con esperanza en los ojos.

—Después de todo esto, todo lo que ha pasado entre nosotros ¿Te atreves a pedirme eso? —June miraba hacia todos lados, ambas sabíamos que en momento estábamos de más, lo más seguro es que lo estuviéramos desde que llegamos, pero irnos implicaba cortar el momento que estaban teniendo. Y los cuatro sabíamos que después de hoy esa conversación no de repetiría.

—Supongo que es un no. Y así esperabas que te lo dijera antes... —Bufó.
—Y tú qué tanto me pedías que le contara la verdad. Habría huido mucho antes. —Me miró.
—Aunque habría sido bueno ¿No? Me habría ahorrado todo esto y los estúpidos sentimientos.

—No te atrevas a juzgarme Hanna, sabes que a ti te perdonaría todo, te aceptaría todo, más no he podido arrastrarme por ti. Y ni siquiera por ello, no entiendo porqué no puedes dejarlo.

—¡¿Qué ni siquiera es por ello?! Hasta anoche, antes de saberlo me "aceptabas" todo; no te atrevas a decir que no te revuelve el estómago que me acueste con otros por dinero. —Dijo irónica.

—Me revuelve el estómago que te acuestes con cualquiera que no sea yo Hanna; y siempre he estado muy claro de que no has vivido en castidad aparte de mí, y aún así volvía a buscarte, una y otra vez. Ese es el mínimo problema entre tú y yo. —Hanna no respondió nada y June me miró completamente roja, pidiendo escapar.

—June y yo nos vamos, Hanna tenía razón; no teníamos que estar aquí.

—No, no; esperen. —Nos detuvo Tobías.
—Ella me preguntó algo, ahora es mi turno. Y frente a ustedes de testigos.
No pretendo echarte nada en cara, pero está claro que más amor no he podido mendigarte. Yo por ti haría todo lo que me pidieras, he hecho todo lo que me has pedido; ¡Dios, aquella vez, si me lo hubieses pedido mato a ese hombre! Y ahora puedo asegurar que era un cliente tuyo y yo cómo un estúpido.

—¡Las chicas saben lo que ocurrió esa vez! —Se defendió Hanna pero él no le dejó terminar. Sí se trataba de un cliente, pero había más contexto del cual Tobías no se había enterado cuando sucedió, pero al Hanna pedir su ayuda a él no le importa el contexto.

—No tengo problema con eso Hanna, no me importa ser un estúpido por ti. No me arrepiento de nada de lo que he hecho por ti, sabiendo o no lo que haces. —Dijo y se le escapó una sonrisa sincera.
—Sabes que te amo, no sé si pedirte esto me hará un misógino o no, pero te prometo que si dices que sí no me importará nada más.
Más que nada es por capricho, si eso es lo que quieres por mi está bien, podrías seguir haciendo lo que haces, pero quiero ser egoísta está vez, quiero que hagas esto por mi, solo esto.
Déjalo. —Finalizó, pero Hanna no daba respuesta, sus ojos estaban rojos, se forzaba a no llorar.
—Bien, olvida a las chicas, no tienes que responder ahora, se que eso implica muchas cosas para ti, te daré el tiempo que necesites. Solo piénsalo, será complicado al inicio pero estaré ahí contigo, con lo que necesites.

—No... —Dijo y no pudo contener las lágrimas. Tobías sonrió y June yo nos miramos.

—¿Lo dejarás por mi? —Dijo esperanzado, seguramente creyendo que el no era hacia necesitar tiempo para pensarlo. Cada vez más lágrimas salían de Hanna.

Niña Grande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora