Capítulo 37

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"¿En verdad les hiciste creer eso?"

Fui lo más rápido que pude a casa de Tobías, encontrándome con el auto de June también estacionado afuera.
Toqué la puerta y la madre de Toby me abrió.

—Hola Greta. —Me saludó muy amable como siempre, en un inicio estuvo empecinada en juntarme con Toby, pero poco a poco Hanna se la ganó.

—Hola Dana, ¿Cómo está?

—Bueno, ya sabes mi espalda sigue molestando pero es por la humedad.
Por lo demás feliz de verlos a todos de nuevo. ¿También te quedarás a dormir? —Preguntó haciéndome pasar.

—No lo creo.

—Bueno, si te decides me avisas, así acomodo otra cama, podrías dormir con June cómo antes.

—De acuerdo.

—Pero me dicen, así se si debo preparar desayuno para todos, no se vayan a hurtadillas. —Dijo ahora seria pero el semblante le cambio al neutral que acostumbra de inmediato y yéndose en otra dirección. Era una madre bastante permisiva pero más de una vez nos había armado un lío por quedarnos a dormir sin avisar.

June estaba sentada en el comedor y se levantó para darme un abrazo. Daniel también estaba allí y con un ademán me saludó.
—Hola... ¿Tú papá te dejó venir? —Pregunté.

—Hola. No, me escapé, se me está haciendo costumbre, después de tanto que te regañé por hacerlo. -Bromeó y fue nuevamente en dirección a Daniel quien extendió el brazo hacia June, atrayéndola hacia él quedando sentados uno al lado del otro.

—¿Hanna y Toby? —Pregunté al no verles y como si le invocara Tobías apareció.

—Sigue dormida. —Dijo mirando a June.
—¿Quieres café o algo? —Me preguntó ahora a mi.

—Café por favor. —Respondí.

—Un poco más para mí también. —Dijo Daniel y June le dio una mirada reprobatoria. Toby solo asintió y camino a la cocina. La espera me ganó y el seguí.

—¿Ella... Está bien? ¿Tú estás bien?

—Eso creo... —Suspiró.
—No se ve herida, pero no ha hablado mucho, y tiene mucho sueño.

—¿Solo apareció de la nada?

—Anoche regresé de su casa, intentaba buscar algo que me ayudara a saber algo pero nuevamente no encontré nada, y cuando llegué a casa encontré a mamá con ella.
Mamá no nos dejó solos en toda la noche, y ella no quiso decir nada frente a ella, te estuve escribiendo y no aparecías.
Le escribí también a June, y vino en la madrugada, mamá dice que hay que dejarla dormir pero ya ha dormido suficiente. —Cada vez sonaba más irritado.
—Greta no entiendo nada, y anoche me besó, así que entiendo menos.

—¿No te dijo nada que pueda darnos una idea?

—Dijo perdón luego de besarme, no sé si lo dijo por el beso, por tenernos preocupados o por lo que dijo la policía.
—Y habló de nosotros... Qué me quería, qué quería intentralo, hacer las cosas bien... Cosas que yo quiero escuchar. Pero ya no sé si creerlas. —Su voz se quebraba a cachos, el pobre cargaba un huracán.

—Hay que dejar que se explique, todo tendrá una razón.

—Creí que la había perdido. —Dijo ya sin poder contener las lágrimas y le abracé.
—Nunca ha sido mía y aún así sentí que había perdido todo lo que tenía.

—Ya está aquí. —Dije mientras le daba palmadas. Él se secó las lágrimas, sirvió el café que hace un rato ya sonaba la tetera, me pasó una taza y tomó dos para que volviéramos al comedor pero antes de cruzar la puerta la vimos recostada al marco.
Su mirada no era amigable y no distinguía en si estaba celosa o si aún seguía enojada conmigo.

Niña Grande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora