01•Bienvenida.

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Ya habían empezado las vacaciones de verano, las iba a pasar con papá y Jadel -mi hermano-. En verdad los extrañaba.

Mientras tanto, mamá adelantaría su nueva línea de ropa, de todas formas prometió ir a visitar a Jadel.

Llamada entrante: Papá👨‍🦰.

-Lea, ¿Ya aterrizó el avión?.- Preguntó impaciente.

-Si papá, estoy esperando mis maletas.- Me reí por lo impaciente que era.

-Estoy afuera en el coche. Te espero con Jadel.- Finalizó la llamada.

Al salir del aeropuerto pude reconocer fácilmente el Audi de papá, el bajó la ventana y muy sonriente me hizo un gesto con la mano.

Jadel bajó del auto y me dió un efusivo abrazo, pude oler su característico perfume.

Ambos subimos al auto, saludé a papá, se había dejado crecer la barba por lo que pudo pincharme un poco.

Me sobé la mejilla mientras Jadel y él se echaban a reír, nunca me gustaron las barbas.

El camino a casa fue bastante largo para mi, y más las horas en avión, los transportes siempre me dieron sueño. No recuerdo cuando me quedé dormida.

Por fin desperté cuando Jadel empezó a moverme el brazo.

-Ya, Lea, llegamos.- Me miró con ternura.- Solo baja del auto, luego puedes volver a dormir.

Solo solté un quejido y me volví a acomodar.

-Tú lo pediste.- Dijo antes de arrastrarme para luego llevarme cargada a él.

Papá solo nos miraba con diversión mientras bajaba mis maletas.

La casa había sido remodelada por la nueva pareja de papá, hoy la conocería.

Al entrar, un perro saltó sobre mi logrando ensuciarme con sus patas llenas de tierra.

-¡Charlie, no!.- Gritó una mujer morena.- Disculpa Lea, Charlie es muy juguetón.- Me miraba apenada.

-Descuida, de todas formas iba a tomar una ducha.- Le di una sonrisa amable.- Eres Bárbara, ¿Cierto?.

-Si, Al fin podemos conocernos, Jadel y tu padre solo me hablaron cosas buenas de ti.- Decía mientras me estrechaba la mano.

Luego de nuestra presentación, papá entró con las valijas, las dejaba en el piso mientras acariciaba al tal Charlie.

-Veo que ya se presentaron.- Se notaba entusiasmado.

-Charles, es muy preciosa Lea. No entiendo como no tienes fotos de ella ahora.- Dijo cruzándose de brazos.

-Sabes que no me gustan las fotografías, Bárbara.- Decía papá mientras rascaba su cabeza.- Tengo fotos de ella pero de pequeña. Estas vacaciones debemos aprovechar para sacarnos alguna que otra fotografía, ¿No crees Lea?.

-Claro papá, nos hace falta. Con permiso, voy a tomarme una ducha.- Di media vuelta mientras agarraba mis valijas y subía las escaleras.

Me encontré a Jadel bajando, me ayudo cargando una.

-Por cierto, ¿Que le pasó a tu ropa?.- Jadel sonaba confundido.

-Fue Charlie.- Dije un tanto molesta.

-Es el perro de Bárbara, papá está tan encantado con ella que dejó traer a su perro, ¿Lo puedes creer?.- Sonaba indignado.

-Jadel, no nos dejaban tener un perro porque éramos niños, además era obvio que iban a cuidar más del perro mamá y papá que nosotros.- Dije mirando hacia la ventana, un camión de mudanzas estaba estacionado en la calle frente a la casa de al lado.

-¿Qué pasó con la señora Jones?.- Estaba confundida, ella nos cuidó una gran parte de nuestra infancia.

-Ah, eso... al señor Hamilton le agarró un paro. La pobre no aguantaba estar en esa casa llena de recuerdos y decidió mudarse con Helena -la hija de la señora Jones-.

Di una mirada triste hacia la casa recordando todas las veces que jugamos con Jadel en la casa del árbol.

Fue entonces cuando visualicé a un chico fumando, mientras entraba algunas cajas.

Jadel me miró extrañado mientras acomodaba mi ropa en el armario.

✨✨✨

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𝑺𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora