Capitulo 11❀

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Mordí el interior de mi boca al darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

Bueno, sinceramente no creo que le moleste si cojo prestado uno de sus vestidos, ¿no?

Con ambos brazos separé toda la ropa que Robin tenía en el armario y saqué los vestido que más llamaron mi atención

Uno era negro, corto y bastante elegante.
Y otro era rojo brillante, largo y de una tela bastante fina.

Estaba profundamente enamorada de la ropa de Robin, jamás me habría imaginado que tuviese este tipo de ropa.

No podía decidirme entre los dos vestidos así que mandé un mensaje; Zoro decidiría por mí.

To: Marimo

1 o 2?

From: Marimo

1. Razón??

To: Marimo

:))

Me di una ducha rápida y gasté medio frasco de perfume. Obviamente, el de Robin.

Me puse el vestido y quedé gratamente sorprendida. ¿Le gustará? Es la primera vez que me arreglo para alguien y no por la ocasión.

Abrí el bolso donde guardaba todo mi maquillaje y procedí a hacerme algo suave, no quería recargarme la cara. Decidí solo hacerme el eyeliner acompañado de rimel y un rojo pintalabios.

Agarré unos zapatos que combinasen con aquel vestido negro y me senté en mi cama para ponérmelos, cuando el sonido de una notificación llegó a mis oídos.

From: Akagami :)

Se me ha olvidado preguntártelo, ¿dónde vives?

Sonreí colocándome los zapatos y le contesté inmediatamente.

To: Akagami :)

Calle Kawa, el edificio más ponzoñoso que veas, piso 4B.

No sé por qué querría él saber mi dirección, pero tampoco le di mucha importancia en ese momento.

Se me había pasado toda la tarde volando, ya eran las 10 de la noche y creo que era hora de ir a buscarle.
Antes de nada, estuve buscando un bolso que anteriormente era de mi madre. Poseía una cadena dorada y en sí era negro. Una vez lo encontré puse mis cosas dentro y salí por la puerta.

Antes de abrir las puertas del edificio solté un gran suspiro.

Un Shanks bastante atractivo, vestido con un traje arrebatador, casi hace que tenga la boca agua; por no mencionar que me estaba mirando con su arrogante sonrisa ladina que podría derretir a cualquier mujer. Estaba sorprendida de que él estuviese aquí, yo iba a ir a por él.

Me acerqué a él lentamente y con cuidado de no caerme, lo abracé sintiendo aquel característico olor que solo él tenía.

-¿Nos vamos? He elegido un restaurante bastante prestigioso.

Mi rostro adoptó la expresión de alguien molesto.

-Yo había organizado todo, no deberías haber hec... -su dedo acabó repentinamente en mis labios, interrumpiéndome esta vez.

-Sube ya, anda. -giñó un ojo y ya no me sentí con fuerzas para seguir protestando.

Abrió la puerta del copiloto y me sentí obligada a entrar, mientras seguía bajo la atenta mirada del pelirrojo. Lo miré por última vez, sacándole la lengua para después, él mismo, cerrarme la puerta con una de sus cejas levantada.

Shanks x Lectora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora