Cap. 8

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El momento finalmente había llegado... Aquella comitiva de fría mirada blanca, encaraba con respeto al ojiverde que impacible observaba a ambas hermanas murmurar.

Hanabi estaba calmando a su hermana, quien presa del pánico estaba a punto de llorar, y dejar en total deshonra a su altivo clan.

-onegai Hanabi-san, no me obligues a permanecer aquí, no... Yo no amo a ese hombre, ni siquiera comprendo su interés...- rogaba entre lágrimas la bella ojiluna.

-hoy finalmente serás útil hermana, no heches a perder tu única oportunidad de corresponder a padre por todos sus cuidados- tras decir esto, la pequeña ojiluna se aparto de su hermana y se fue a presentar como era debido con el joven Sabaku no.

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La ceremonia transcurrió sin contratiempos, y la ojiluna parecía marchitarse a cada segundo que pasaba.

El joven Gaara altivo, con ese traje corinto señido a su atlético cuerpo, arrancaba suspiros de cada aldeana invitada a aquel compromiso, incluso algunas frías miradas femeninas del clan Hyuga se encontraban cautivadas por la belleza exótica de aquel hombre. Pero detrás de aquel frío semblante del hombre, solo había amor y profunda ternura hacia la dulce niña que el observaba atrapada atras de aquel cuerpo seductor pero temeroso... Su amada Hinata.

Finalizó la fiesta, y su habitación conyugal fue entregada, los nervios en la joven eran palpables, mientras el pelirojo lucia sereno he imperturbable.

Ingresaron en aquella bella habitación, con una cama amplia, bañada en petalos de rosas de todos los colores, y con velas aromáticas siendo la única luz de dicha recamara.

Ella se sento, temblorosa en el borde de la cama, observando como el empezaba a despojarse de su ropa, aquel torso palido pero bien marcado, sus ojos aquamarin resplandeciendo como dos lagos y esos cabellos rojos que parecían arder en la luz de las velas...

Al verle aproximarse el miedo invadió todo su ser, el se coloco en la cama, tras de ella... Y empezó a desabotonar sus pesadas pero hermosas prendas. Cerro los ojos con fuerza la joven, sintiéndose expuesta a el, temiendo lo que vendría...

De pronto se detuvo, y ella sintió una corriente eléctrica viajar por todo su ser, al sentir aquellos fríos labios tocar la nívea piel de su espalda, y luego aquella onda de calor al pegar su aliento herizando cada centímetro cuadrado de su piel.

-buena noche Hime... Prometo hacerte muy... Muy... Feliz- y esperando algo más, sonrojada a mas no poder sintió como el se alejo, y tras varios minutos de total inacción, abrió sus ojos y se encontró desnuda del torso, con tan solo la ropa interior inferior puesta... sorprendida y avergonzada al saberse vista por su ahora esposo, volteo despacio donde sintió el bulto colocarse, para encontrar a aquel hombre distante sumido en un profundo y feliz sueño.

Preciada Memoria... (GaaHina) TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora