Solo Su Gracia

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¿Cuántas veces nos hemos esforzado por hacer un trabajo o un proyecto y le hemos dedicado todo nuestro tiempo para que quede perfecto y de esa manera poder recibir el aplauso de los demás?

¡Muchos lo hemos hecho!

Y es que siempre tratamos de tener la aprobación de las personas por las cosas que hacemos para sentirnos orgullosos y satisfechos. 

Pero con Dios no funciona así.

A veces tratamos de agradar a Dios con nuestro propio esfuerzo. Nos repetimos versículos diariamente en nuestra cabeza y palabras que nos ayudan a ser santos y perfectos delante de Dios.

¡Pero eso no vale la pena!

Es importante memorizar versículos, pero la única manera de ser santos y perfectos delante de Él, es pasando tiempo con Él.

¿Y sabes por qué?

Porque no son nuestras obras las que nos salvan sino Su Gracia.

Efesios 2:2-3 nos habla de que todos seguíamos la corriente de este mundo, éramos hijos de desobediencia y vivíamos en los deseos de nuestra carne.

Era imposible agradar a Dios por nuestras propias obras, por esa razón Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando muertos en nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2:4). Por las abundantes riquezas de Su Gracia en su bondad para con nosotros.

¿Y como lo hizo?

Tomando el lugar que merecíamos nosotros en esa cruz y así mismo nos hizo sentar en lugares celestiales junto con Él (Efesios 2:6).

Esa es la única obra que va a valer por el resto de la historia de la humanidad.

Recuerda que en Cristo Jesús somos aceptados. Ya le agradamos porque no somos más esclavos del pecado, ni enemigos suyos. Le agradamos porque somos sus hijos y eso es gracias a Jesús.

Sí, la fe sin obras es muerta, y si de verdad le hemos entregado nuestra vida a Jesús, tiene que ser evidenciado en nuestra manera de vivir. Pero no debemos atribuirnos a nosotros mismos la Gloria por las cosas que hacemos para Dios, sino que le servimos por amor a Él y por lo que hizo en la cruz.

La mejor manera de parecernos a Él es pasando tiempo con Él.

Romanos 4:5 nos dice que el que no obra, sino que cree en aquel que justifica a impío, su fe le es contada por justicia.

Así que recuerda:

No somos nosotros quienes merecemos esos aplausos.

Toda la Gloria, al admiración y adoración es para Él.

Solo Su Gracia es suficiente para poder vivir.

¡Adiós preciosuras!


Mi tiempo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora