Ser agradecidos

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Hace muchos años tuve un perrito llamado Brandon. Se ponía tan feliz cuando me veía como suelen ponerse los perritos al ver a sus dueños. A Brandon le encantaba que lo cuidara y por esa razón demostraba su agradecimiento hacia mí dando vueltas y moviendo la colita.

Pero nosotros como humanos, ¿somos agradecidos?

¿Estamos conscientes cada día de como Dios nos cuida y vamos a buscarle en intimidad para agradecerle por eso?

Como personas pensamos que merecemos todas las cosas que recibimos. Pensamos que es una obligación de nuestros padres proveernos, darnos un techo, alimentarnos y  comprarnos regalos, pero estamos totalmente equivocados.

Como pecadores solo merecíamos la condenación eterna y sufrir en todo el sentido de la palabra las consecuencias del pecado en este mundo caído.

La Biblia dice que la paga del pecado es muerte, ¡y tú estás vivo! Has recibido la gracia de Dios, y en su misericordia, si has creído en el evangelio para salvación, estás vivo espiritualmente. Estas vivo en Cristo.

En estos momentos estamos atravesando por una situación muy difícil a nivel mundial, y eso solo significa que Jesús ya viene a buscar a su Iglesia y debemos arrepentirnos de nuestros pecados y buscarle.

Pero aún así, en medio del caos, no debemos permitir que la desesperación, el pánico y las quejas siembren en nuestro corazón la amargura. ¡Debemos ser agradecidos!

Y te preguntarás, "¿Cómo puedo ser agradecido en medio de esta terrible situación?".

La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 5:18 que demos gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús.

¡Es la voluntad de Dios que seamos agradecidos! 

Debemos agradecerle a Dios incluso por permitir estas malas situaciones porque Él tiene un propósito para cada una de ellas.

Debemos agradecerle por su eterno e incorruptible amor, por su provisión, por la sanidad que nos da, por su fortaleza en nuestra vida, por su Hijo, por enviar a su Espíritu Santo a morar en nosotros. Debemos agradecerle por su consuelo y por su fidelidad.

¡Hay tanto para agradecer!

Tomémonos un tiempo para orar y agradecerle a Papá por todo lo que hizo, hace y hará en nosotros.

Recuerda que todo se trata de Él, no de nosotros.

Pongamos nuestra mirada en Jesús, no en este mundo, y seamos agradecidos.

Mi tiempo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora