Reino de Santartia

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-¿Por qué tenemos que permanecer aquí madre? En verdad no lo entiendo - preguntó aburrida Anne Marie mirando desde el ventanal del castillo las montañas que rodeaban la ciudad. -¿No lo entiendes verdad? - respondió Iulian sentado en uno de los grandes sofás de la estancia, -esta nueva fiebre está acabando con parte de la población, tenemos que estar protegidos ante cualquier situación que se presente - Lauren, reina de Santartia y madre de ambos tomó las manos de su hijo mayor y las envolvió. -Muchas gracias por entender, Iulian - sonrió con su hijo mientras Anne Marie caminó hacia ellos para sentarse a un lado. -Tranquilos, no me voy a morir por salir a mi clase de cabalgata semanal - contestó molesta la joven. -Anne Marie - habló una voz desde la entrada del salón, -¿por qué no te vas a orar para olvidar la idea de salir del castillo? - preguntó el mismísimo Bogdan Berycloth, dueño de todas las tierras del reino del Santartia. -Padre, mi hora de oración comienza hasta antes de dormir - se levantó del sofá al ver que su padre caminaba hacia donde se encontraban. -Pues comienza desde ahora, para que evites esas ideas sobre querer salir - Bogdan señaló la salida hacia su hija, la cual, sin reprochar, salió con tranquilidad del salón. -La hija de Beatrice está muerta - informó el rey hacia su familia, los cuales no tardaron en sorprenderse, -la fiebre la alcanzó a las afueras de Coldwoods -. -¿Y que hay de Alexander Macquoid? - preguntó Lauren. -No se sabe nada de él, solamente la encontraron a ella en una choza a las afueras de la ciudad - contestó Bogdan preocupado por la situación. -Huge y el reino de Ferranon no puede enterarse sobre esto, ya que atacarían sin piedad, acabando con todos nosotros - las palabras del rey preocuparon a Iulian, el cual no dejaba de pensar en el pasado, en pocas palabras, la única mujer que en verdad lo ha marcado de por vida. Se creó un silencio donde hubieron muchos pensamientos, pero Bogdan reaccionó al momento. -Lo mejor sería que salieran del reino ustedes tres, Lauren - Bogdan trataba de encontrar una solución al problema. -No creo que alejándonos del reino sea la solución, padre - contestó Iulian parándose frente a él. -Hijo - Bogdan tomó del hombro a su hijo, -harán lo que les estoy pidiendo, porque además de ser tu padre, soy tu rey - Bogdan terminó la conversación llamando al capitán de su ejercito, John Poliakov. -Quiero que el día de mañana, al ver el primer rayo de Sol, escoltes a tu reina, al igual que a mis hijos al refugio en Frinea -. -Si, mi rey. ¿Pero que hay sobre los Macquoid?. Si provechan la situación de la fiebre pueden estar en cualquier momento por aquí - respondió Poliakov pensando en el bienestar del reino. -Puedes llevarte a unas cuantas tropas, dejaré a Lowcram a cargo de la seguridad de la ciudad - Bogdan terminó su conversación con Poliakov y éste salió al terminar la orden de su rey.

Iulian, al ser una persona ambiciosa, pensaba en la manera de evitar ser llevado al día siguiente, y cuando la luna comenzaba a dominar por la zona, se decidió en bajar de su habitación para hablar con su padre, el cual continuaba en su silla, en el salón de ceremonias. -¿Todavía no termina tu trabajo como rey? Es demasiado tarde - Iulian se acercó a él, mirándolo preocupado. -¿No crees que deberías de estar descansando para el viaje de mañana? - Bogdan cambió el tema mirando  a su hijo acercarse. -No estoy seguro de ir, ya te lo dije - contestó el joven sin rodeos. -Sabes que no puedes dejar ir a tu madre y a tu hermana solas verdad? ¿Qué siempre tienes que estar con ellas? - Bogdan se levantó de su asiento. -Creo que Anne Marie sabe protegerse de manera adecuada. Podría cuidar a un pueblo entero -. -Eso es lo que diferencia a una reina de una princesa. Se está tomando muy enserio su situación, cosa que no veo que te preocupe mucho - contestó Bogdan bajando las escaleras para dirigirse a su habitación, dejando a Iulian pensando en las palabras que había escuchado.

A la mañana siguiente, los caballos se mantenían preparados para el largo viaje, Poliakov terminaba de ayudar a subir a la reina Lauren Berycloth y a la princesa Anne Marie. Iulian llegó al lugar y miró todo como si fuera nuevo para él. -Tenemos que partir antes que salga el Sol, mi príncipe - dijo Poliakov dirigiéndose hacia Iulian, el cual asintió mirando hacia la carreta y caminó hacia ella. Volteó a ver atrás, y estaba su padre mirándolos desde adentro, no podía creer que se iría como si estuviese huyendo, en lugar de quedarse en Santartia y ayudarlo ante cualquier ataque que Huge Macquoid pudiera realizar. El camino comenzaba hacia la ciudad de Frinea, donde era poco probable que pudieran tomar la fiebre que comenzaba a expandirse. Aunque quedaba poco tiempo para que terminara gracias al comienzo del invierno.

Al mantenerse solo, el rey Bogdan veía las posibilidades de una posible batalla, ya que eran cuestión de horas para que Huge Macquoid atacara, creyendo que el reino estaba debilitado, pero al contrario, se encontraban más fuertes que nunca, poniendo todas sus tropas vigilando el territorio para evitar sorpresas.

Y mientras los arboles terminaban de tumbar sus últimas hojas por la llegada del invierno, la reina de Santartia, junto a sus dos hijos, mantenían su viaje rumbo a Frinea, donde los recibirían y mantendrían como en Santartia, llenos de lujos, comida y regalos.

-¿Estás bien Iulian? - preguntó Lauren mirando a su hijo sentado frente a ella. -Si madre, únicamente estoy pensando sobre si fue la decisión correcta de mi padre en mandarnos hasta Frinea, sabiendo que está más vulnerable que nunca - respondió el joven mirando por la ventana. -Tu padre nunca se ha equivocado en una de sus acciones hijo. Algo que ningún rey lo ha hecho, ya que al ser uno, todo lo que hará es correcto para todos - contestó Lauren mientras Anne Marie intentaba decir lo contrario. -Yo no creo que mandarnos al pueblo más lejano del reino sea la solución madre. Pero bueno, al menos estaremos menos vigilados - dijo Anne Marie sonriendo hacia enfrente, donde se encontraba Poliakov. -Haya sido o no de nuestro agrado, fue algo que estuvo dicho por el rey, aquel que está más cerca de Dios, por lo tanto, no debemos cuestionar - Lauren Berycloth miró a ambos, dejándolos sin palabras. Así fue hasta llegar a su destino, donde estarían por unos días hasta saber que sería seguro regresar.

Al alcanzar la noche en Frinea, el capitán Poliakov cepillaba a los caballos para ponerlos a descansar después del viaje, cuando Anne Maire caminaba hacia él. -¿Aun no duermes? Debes de estar cansado después de viajar hasta acá - Anne Marie tomó por sorpresa la atención del capitán. -No lo suficiente como para dormir aun, princesa - respondió Poliakov continuando con su trabajo. -¿Sabes como podemos arreglarlo? - Anne Marie tomó por atrás a John. -¿A que se refiere, princesa? - Poliakov se separó de la princesa lentamente. -Tu lo sabes John. Lo he notado desde años atrás - miró al capitán con deseo. Poliakov se mantuvo callado por unos segundos, cerrando los ojos para evitar acciones de las cuales podría arrepentirse después. -No sé de que está hablando - respondió rápidamente. -Si lo sabes John, tu lo sabes -. Anne Marie se acercó nuevamente hacia Poliakov y lo comenzó a besar. Al no poder contra sus pensamientos, John respondió a la princesa e hizo lo mismo, tomando su rostro. Anne Marie comenzó a quitar el chaleco y consecuentemente la camisa. Después el capitán levantó el vestido que Anne Marie traía puesto y la arrinconó en la puerta de la carroza, comenzando a tocar partes de su ropa interior. Anne Marie gimió un par de veces mientras continuaban besándose rápidamente, quitó el botón del pantalón de Poliakov y comenzó a masajear su miembro, con el cual comenzó a juguetear mientras lo besaba. Poliakov dejó de besar a la princesa y metió su miembro en la princesa unas cuantas veces. Anne Marie gemía despacio mientras tomaba el cabello del capitán, por dentro moría de ganas de continuar más y más duro cada vez. Poliakov sacó su miembro y eyaculó fuera, bajando el vestido de Anne Marie. -Dime que no tenías esto en mente y te mando a asesinar, lindo John - la princesa besó un par de veces más al hombre y se alejó lentamente con una sonrisa en su rostro.

A la mañana siguiente, Iulian miraba hacia las montañas que se veían desde las ventanas del refugio, ahora pensando en situaciones que lo seguían atormentando en el pasado. Problemas que causaron la separación total del reino de Santartia y Ferranon acerca de el estrecho lazo que mantenían. ¿Cómo pudo terminar una buena relación de tantos años en una guerra? Siendo dos de los reinos más dominantes del mundo. -¿Le ofrezco el desayuno en su habitación, príncipe Iulian? - habló una voz femenina al tocar la puerta del cuarto. -No, en un momento bajaré al comedor - contestó Iulian regresando la mirada al Sol saliendo desde atrás de las montañas. Regresando a los muchos pensamientos sobre el pasado, ese pasado tan doloroso como un ardiente fuego consumiéndose por dentro. Una sensación que no podía quitarse tan fácilmente. -Giselle.. Giselle.. - susurró un par de veces el nombre de su amada. 

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