Victory is Delicious, not absolute

70 7 2
                                    

Un joven caballero bajaba de su caballo para dirigirse rápidamente hacia la entrada del castillo del rey Bogdan por la madrugada. Exigiendo a los guardianes hablar con el rey, ya que traía noticias que no le gustarían mucho. -¿Mi señor? - una de las nanas tocaba la puerta de la habitación de Bogdan, despertándolo de manera breve, -mi señor, tiene que escuchar a un hombre que viajó desde Centrum - informó. Bogdan podría presentir la urgencia, ya que era cuestión de horas para comenzar con las malas noticias. 

-Sebastian "El Inquebrantable" Wantheft atacó Centrum. Esto ocurrió hace unas horas, cuando la noche comenzaba a reinar en el cielo - comentó el joven informante hacia Bogdan y Alexander. -Era a lo que me refería. Sebastian Wantheft está con Huge, y ahora comenzaron la guerra - dijo Alexander a un lado del trono del rey. -Avísale a Lowcram sobre esto y alarmen aun más a los hombres - ordenó Bogdan al caballero, partiendo rápidamente. -¿Por qué atacar Centrum y no la propia capital? - se preguntó Alexander, pensando en una estrategia que podría estar haciendo su padre. -En Centrum está el mercado más extenso de toda la zona, es nuestra principal fuente de riqueza, guardando en sus interiores toneladas de metales que nos ayudan a crear nuestras armas - contestó Bogdan con seriedad. -Prepárate Alexander, porque tu padre acaba de declarar la guerra definitivamente. Escribiré a mi hijo para que se prepare Gostislav y su ejército - Bogdan se levantó de su silla y caminó hacia su habitación para mandar la carta lo antes posible.

En Centrum se vivía un caos, ya que una extensa parte de la población fue asesinada por el ejército de Sebastian. Los hombres, mujeres y niños que continuaban con vida, se lamentaban por lo ocurrido, con las esperanzas de ser vengados de manera efectiva, lo más rápido posible. La expectativa sobre Bogdan para ser un mejor rey, era ayudar a toda esa población que había recibido un golpe muy duro. Y no solo ellos, todo el reino, ya que Sebastian había vaciado por completo el mercado y deshecho el norte, este y centro de la ciudad.

-¡Ferranon vive! - exclamaron todos los hombres al llegar a la ciudad de Ferranon, aplaudidos por todos los ciudadanos que se encontraban en las calles, casi todo el día de viaje para llevar las buenas noticias al rey. El primer golpe estaba dado de manera efectiva. Llegaron hasta el castillo, donde Huge Macquoid los esperaba ansioso en su trono dentro del salón de ceremonias, acompañado de la princesa Giselle, la cual mostraba rostro de seriedad. Sebastian, Kolso, y otros hombres del ejercito ingresaron al salón y lo miraron repleto de personas que les aplaudían. -Mi rey, mi princesa - Sebastian presentaba sus palabras sin antes saludar a Huge y a su futura esposa, -la noche de ayer, el reino de Ferranon y el reino de Bulgymnus dieron un fuerte golpe al reino de Santartia. Sintieron el poder de los dos reinos más poderosos del mundo - las personas aplaudieron nuevamente, celebrando la victoria de la primera batalla. Huge aplaudía lentamente mientras sonreía, miró a su hija y ella solo aplaudía con la misma cara, tratando de ocultar sus inquietudes. -¡Ciudadanos y ciudadanas de Ferranon! - exclamó Huge mirando hacia adelante, -por motivo de una clara victoria a nuestro favor, celebraremos con un gran y delicioso banquete - nuevamente las personas aplaudieron por la noticia y dieron paso a la celebración. El reino de Ferranon estaba feliz, pero para este entonces, Iulian y el rey Gostislav ya se habían enterado de la noticia.

Las personas en Esporcand estaban listas para la guerra. El rey Gostislav, decidió enviar a la tercera parte de su extenso ejercito a pelear por Santartia, mandando a Iulian y Luciv al mando de todos; las otras dos partes se quedarían para defender el reino en caso de un posible ataque, ya que se sabría sobre su entrada a la guerra, una de esas dos partes se quedaría a defender las ciudades del reino y la otra defendería la capital para combatir un posible ataque de Bulgymnus, que sería controlado por él y por su hijo, el príncipe Vladimir.

-¡Salud! - exclamó Huge hacia sus invitados dentro del comedor. -¡Salud! - respondieron los demás al unísono. La música comenzaba a presenciar en el banquete, las personas platicaban y reían, un buen motivo de estar felices de su reino. -¿Esta todo bien, princesa mía? - preguntó Sebastian sentado en la mesa real, a un lado de Giselle. -No mi lord. No necesito hablar con usted en estos momentos, si no le importa - contestó Giselle, resentida de no estar incluida en los planes de ataque o al menos ser informada. -¿Acaso hice algo mal? - Sebastian la miró, pero Giselle solo volteó la mirada a otro lado, veía a su padre sonriendo y bebiendo, y decidió levantarse de su lugar. Sebastian la siguió y caminó hacia las escaleras traseras que conducían a otros lados del castillo. -¿No cree que mi victoria sobre Santartia sea un motivo de celebración? - preguntó el joven mirando a la princesa subir los escalones. -No. Realmente no creo que se pueda celebrar esta ocasión. Ahora si puede dejar de seguirme, le agradecería - Giselle subió, dejando a su prometido en la parte de abajo. -Nunca me agradó su humor - comentó Shadi aproximándose al príncipe, -es una niña tan caprichosa que, solo Dios sabe lo que necesita para ser complacida. En cambio yo - Shadi abrazó a Sebastian desde atrás y masajeó su fornido cuerpo mientras éste, continuaba mirando hacia las escaleras. -Sabes que solo podrá ocurrir de nuevo si tienes información para mí - respondió Sebastian soltándose de la chica. -Pues vaya que tengo bastante, he oído muchas cosas estos días. Como el saber la razón del desagrado de la princesa acerca de la noticia del ataque - comentó Shadi mirando con una sonrisa al joven, -la princesa tenía una relación con el heredero al trono de Santartia, Iulian Berycloth - Sebastian la miró con una expresión de sorpresa, la noticia le pareció coherente a lo que reflejaba Giselle. -Y al parecer sigue pensando en él, ya que el otro día al leer una carta, hasta lo mencionó - Shadi se acercó al príncipe nuevamente y lo puso contra la pared. -¿Quiere saber más sobre esto? ¿O mejor algo más interesante que ocurrió dentro del reino, frente a sus espaldas? - la joven tomó el rostro de Sebastian, el cual la tomó de la espalda, bajando su mano hasta llegar a sus glúteos, apretándolos con fuerza. Segundos después la apartó, -te veré esta noche para saber lo demás - Sebastian la separó y caminó nuevamente hacia el comedor para continuar con la celebración.

-Huge está acostumbrado a atacar cuando un reino está vulnerable, se veía venir. Pero no creo que lo mejor sea atacar la capital desde ahora - comentó Alexander sentado frente al rey Bogdan. -¿Entonces que propones hacer? - preguntó Bogdan. -Ellos atacaron Centrum, una ciudad cercana a Santartia. Podemos atacar Yalovia, mantiene algo de riqueza, además de que es la ciudad que los conecta con el reino de Bulgymnus - Bogdan analizó el plan del joven y no sonaba tan malo, ya que si evitaba la conexión en ambos reinos, podrían acabar a Ferranon antes de que las tropas proveniente de Bulgymnus llegaran. -Siempre supe que tu y tú hermana eran maravillosos - comentó Bogdan sonriendo hacia el joven, -desde que los conocí por primera vez supe que no serían tiranos como su padre, serían leales como su madre -. -Mi madre duró mucho tiempo callada a su lado. Decidió que su salida más accesible fuera la muerte, yo lo sé, nunca creí la historia que Huge nos contaba sobre la muerte de mi madre y Roman - Alexander miró hacia la mesa al momento de suspirar y cerró los ojos. -¿Por qué no pones tu plan en acción? - dijo Bogdan, levantando la mirada del joven con sus palabras. -¿A qué se refiere, su alteza? - preguntó el joven. -Sebastian Wantheft fue enviado para acabar con las reservas en Centrum. Ahora acabaremos la comunicación con Bulgymnus - Bogdan se levantó de su silla y caminó alrededor del comedor. -Atacarás la noche que viene, y regresando rápidamente, sin dejar rastro. Seremos sigilosos, no llamaremos la atención, demasiado - Bogdan tenía en mente un plan que reforzaría con el de Alexander. Creando algo que los ayudaría a entrar definitivamente a la guerra.

Giselle se miró al espejo del tocador, miró el vestido que portaba encima de un atuendo adecuado para su entrenamiento con Gabriel Ronsten. -El día de hoy no la podré acompañar, princesa. Deberé atender al rey para que no termine cayéndose al piso por la bebida - comentó Pietra desde atrás, acomodando el vestido para mantenerlo impecable. -Tranquila nana. Al estar ocupados en su celebración, no notarán mi ausencia en el castillo - respondió Giselle tomando un pequeño broche para sujetarse el pelo durante el entrenamiento. -Deberá de regresar antes de que el Sol se oculte, no sabemos si su presencia pueda necesitarse en algún momento - advirtió la mujer al pararse frente a la joven, la cual continuaba mirándose al espejo. -Mi madre nos decía que mi padre era un rey benevolente y audaz. Pero ahora no estoy segura de la primera cosa - suspiró la princesa caminando hacia la puerta. -Afortunado fue Alexander en salir de aquí a tiempo - Giselle abrió la puerta y salió de la habitación para dirigirse a su clase de combate armado.

Al llegar la luna a la ciudad de Ferranon, algunos criados recogían las sobras de la celebración en el castillo. Sebastian caminaba hacia la habitación de la princesa sin saber que no se encontraba ahí, pero la presencia de Shadi fue elemental para él, ya que no notó la ausencia de su princesa. -Creo que merezco mi recompensa del día de hoy, ¿no lo cree mi príncipe? - Shadi tomó su mejilla y comenzó a besar su cuello. -Tengo que ir con mi princesa - contestó el joven apartando a la nana. -¿Y las promesas no cuentan acaso? - elevó un poco la voz, -recuerde que si alguien descubre que me manda a descubrir la vida de la princesa alguien puede tacharlo y desconfiar de usted. Y que peor si ese alguien fuera el mismo rey Huge Macquoid - dijo un par de escaleras abajo. -No tendrías la osadía de hacerlo - Sebastian volteó a mirar a la criada. -No en realidad, podría ir desde ahora - la joven trataba de controlar la mente del príncipe, amenazándolo de decir la verdad de lo que pasó noches atrás. -¿Y a quien crees que le harían más caso? ¿A una simple criada o al heredero al trono y futuro pariente del rey Huge Macquoid? - contestó el joven bajando para enfrentar a la nana. El hombre empujó levemente a la joven contra la pared, tomando su cuello como presa. -Nunca harías eso, ¿verdad? - Sebastian levantó el vestido de Shadi con la otra mano y comenzó a toquetear la zona, hasta llegar a su objetivo y comenzar a tocarlo. Shadi cerró los ojos y sonreía mientras Sebastian creaba más tensión en el cuello de la nana. -Deberás esperar un par de horas, tengo dos reinos a los cuales proteger - susurró al oído de Shadi y bajó su vestido, la soltó y caminó fuera del lugar.

Acercándose hacia el reino de Santartia, las tropas lideradas por Iulian Berycloth llegaban a su destino, la verdadera batalla para ellos comenzaba a partir de mañana. -El reino de Santartia, respaldado por Esporcand, expondrá todo su poder. -Huge Macquoid no sabe en que se acaba de meter - dijo Iulian a unos metros de la entrada a los muros de la ciudad.


KingdomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora