Remembering the past pain

40 7 6
                                    

-¿Tienes familia o alguien que se preocupe por ti? - preguntó John Poliakov cabalgando alado de Olivier. -No señor. Toda mi familia fue tomada por parte del rey Miklos - contestó el campesino con seriedad, -vivía en un ambiente tranquilo alado de las montañas con mi esposa, mis tres hijos y yo pero, un día llegaron tropas de la capital y comenzaron a saquear todo, tomaron a mis dos hijos y los tomaron para ser parte de las tropas. Mi esposa y mi hija se escondieron en el armario para que no las encontraran, y fue cuestión de segundos cuando las encontraron y comenzaron a forzarlas. A mi mujer la comenzaron a violar mientras a mi me tenían observando todo, y si cerraba los ojos o volteaba a otro lado, las matarían a ambas. Fueron los peores momentos de mi vida, viendo como violaban a mi esposa y consecuentemente a mi hija - el viejo suspiró. -¿Y no te mandaron a la infantería como a tus hijos? - preguntó Poliakov después de un incómodo silencio. -No. Dijeron que era muy viejo, y que me perdonarían la vida después de que asesinaran a mi esposa y a mi hija - Olivier hizo un leve gesto de tristeza. -Pero tus hijos siguen en el ejercito ¿no? - John miró al campesino contar su historia como si nada hubiese ocurrido. -No todos los niños sobreviven a las condiciones en las que se acostumbran mantener en el ejercito de Miklos - contestó, -eso fue desde hace años. Desde ese entonces he estado solo, trabajando en envíos de lana, ahí es donde conocí a los que ahora son mis únicos hermanos, a Fredo y a Wilbur - comentó Olivier sonriendo, con un malestar que lo atormentaba desde adentro, reflejando de manera discreta el dolor que aun sentía sobre su pasado.

-¡¿En qué pensaba al tratar de robar en la panadería?! - Kolso Loveron exclamaba a un lado de Giselle, la cual ocupaba el trono de su padre mientras estaba fuera del reino. -Lo lamento mi lord, pero mi familia tenía hambre - contestó el hombre que estaba tirado en el suelo, acusado de un crimen. -¿Hambre? ¡El hambre no importa! ¡La reputación sí! - Kolso regañó al hombre, -serás condenado a.. - Giselle interrumpió. -¡Cierra la boca Kolso idiota! ¡Tal vez mi padre te puso a cargo pero sigo siendo la heredera! - gritó al estar harta de la voz del hombre, -¿señor Freddly, cuando fue acusado por este crimen como fue arrestado? - preguntó la joven con tranquilidad. -Estaba en casa, mi esposa curaba la herida que me hizo el panadero con una navaja cuando llegaron las tropas y me tomaron sin explicaciones, golpeando a mi esposa y a mis hijos - contestó el hombre. Giselle miró al capitán Loveron con enojo, causando al capitán sentirse apenado ante ella. -¿Y está consciente de que lo que hizo es un crimer? ¿Algo que no debe de hacer? - preguntó Giselle de vuelta al hombre. -Si princesa. Pero le prometo que no lo volveré a hacer, por favor, mi familia y yo estamos verdaderamente apenados - Freddly bajó la cabeza. -De acuerdo - dijo, -pasaremos este cargo porque lo hacía para ayudar a su familia, pero que no se vuelva a repetir ¿de acuerdo? - preguntó sonriendo. -Muchas gracias princesa, es usted muy misericordiosa. Dios la compensará con muchos hijos - el hombre fue tomado por dos de los infantes y salieron de la habitación. -Preparen un banquete para el hombre y su familia y llévenlo al lugar - Giselle ordenó en voz baja a Malena, una de sus nanas, para que ayudara al hombre. -¿Sabe lo que acaba de hacer, princesa? Dejó que un ladrón saliera libre y por la puerta principal - interrogó Kolso, frente a algunos hombres del reino. -Al parecer usted nunca tuvo la necesidad de hacer eso, ya que le parece algo imperdonable, ¿no es así señor Loveron? - Giselle se paró del trono, -pueden marcharse, las sesiones del día de hoy terminaron - la princesa ordenó para que todos pudieran salir. -¿Ese es el ejemplo que da? ¿Alguien puede cometer un crimen y se le compensará? -preguntó Loveron, causando un claro desagrado en la chica. -Dije que se podía ir, capitán Loveron - la princesa advirtió por última vez, callando al hombre, el cual salió sin reprochar nada. -Por eso mi padre está harto de estos hombres. Todos son vengativos y odiosos - comentó Giselle hacia Pietra y caminaron para preparar a la joven e ir a su clase de combate diario.

Huge Macquoid se encontraba con Miklos Wantheft, caminando por el jardín del refugio. Charlando sobre los planes que podrían ser útiles para acabar con Bogdan Berycloth y Gostislav Leichester. -Hemos pasado por muchas cosas juntos, Huge. Recuerdo aquella vez que nos presentaron nuestros padres por primera vez en la reunión de paz que firmaron nuestros padres - dijo Miklos riendo. -Si. Eras un niño tan gordo que te creía cada vez que presumías comer una vaca diaria - contestó Huge. -Cierto, la res - Miklos rió, -desde esa vez no soportaba a Bogdan, tanta madurez no podía caber en un niño tan pequeño y estúpido - Miklos causó una leve sonrisa en el rostro de su aliado. -Desde ese momento sabíamos que el tratado se rompería cuando él llegara al trono de Santartia - comentó Huge. -¿No estarás molesto con él porque estuvo a punto de casarse con tu esposa o si? - Miklos miró a Huge, el cual no realizó ninguna cara. -Para nada. Desde que Leandra y yo nos vimos por primera vez existió una química que ni el mismo Dios podría describir. Nunca fue destinada al fracaso, sino al éxito - Miklos rió con las palabras de su amigo. -Pues ese fracaso siempre estaba detrás de ella ¿no? - Miklos golpeó levemente la espalda de Huge, cuyo pensamiento era asesinarlo en ese momento, pero aguantaba sus palabras ya que sin él como respaldo, era más fácil perder la guerra, o en dado caso, evitar que otra persona más lo traicionara.

KingdomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora