The first movement against Ferranon

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-Eso no es lo que acordamos con el rey Bogdan Berycloth, Alexander. Recuerda que por algo tiene ese título y nosotros le servimos - dijo Lowcram en una de las tiendas armadas en las montañas, al otro lado de la ciudad de Bulgymnus. -El rey Bogdan está de nuestra parte, entiéndelo - contestó Alexander algo aburrido de escuchar lo mismo todo el camino. -¿Por qué nunca comentas nada con claridad? Siempre dando rodeos con las versiones - Lowcram tomó asiento. -El rey se acercó a mi minutos antes de partir hacia acá. Dijo que la versión para dar a creer a todos sería sobre atacar Yalovia. Pero en realidad atacaremos Bulgymnus, debilitando al principal aliado de Ferranon, -de hecho, debemos prepararnos. El ataque al tirano de Miklos Wantheft comenzará en un par de horas - Alexander se levantó de la silla y salió de la tienda.

-¿Ya has mandado las cartas? - preguntó Iulian al caer la noche, entrando a la habitación de su padre. -Así es. Pronto sabremos buenas noticias sobre lo que esté a punto de ocurrir en el continente -dijo Bogdan. -Señor - interrumpió una de las nanas para dar una noticia, -su esposa y su hija están aquí, mi señor - Iulian y Bogdan se alegraron por escucharlo y corrieron hacia la entrada. Al llegar a la escaleras principales, vieron a Lauren y Anne Marie entrando al castillo. -¡Madre! - gritó Iulian al verla llegar. -Hijo mío - ambos corrieron y se abrazaron, como si no se hubiesen visto durante años. Pero era algo que sentían la necesidad de hacerlo, ya que siempre fueron muy unidos, cosa que con Anne Marie nunca lo fueron. -Nunca debí de mandarlas lejos de mí. Las extrañé demasiado - dijo Bogdan al abrazar a su esposa. -No es para tanto padre, solo fueron unos días fuera. Además seguimos vivas - Anne Marie caminó hacia las escaleras para subir a su habitación. -No luce tan feliz de regresar a casa - dijo Bogdan al verla partir. -Tuvimos un percance en el camino - contestó Lauren. -Me agrada el verlo de nuevo, mi señor - el capitán Poliakov saludó al ver a los tres reunidos. -¿Qué pasó durante el regreso, señor? - preguntó Bogdan con preocupación. -Es lo que venía a hablar con usted, mi rey. Tengo una noticia que lo puede poner a pensar - dijo. -Diga lo que tenga que decir, capitán - contestó Bogdan. -Encontramos en nuestro camino a un pequeño grupo de espías que venían de Bulgymnus. No sabemos que puedan tramar - contestó Poliakov. -¿Y qué sucedió al verlos? - Bogdan miró al hombre. -Están afuera del castillo, señor. Los tenemos encadenados - Poliakov abrió la puerta y vio a tres hombres capturados. -Hablaremos con ellos, para ver lo que querían - dijo Bogdan mirándolos reír. -¡Tú muerte se aproxima! - gritaban al rey.

-¿Qué es lo que querían? ¿Por qué venir hacia Santartia? - preguntó Bogdan sentado en el trono. -¡No vamos a decir nada, así que no se moleste en gastar su voz! - gritó el hombre de bigote y pelo obscuro. -¿Quiere que los asesine de una vez? - Poliakov sacó su espada y la puso sobre la garganta del hombre. -No se molesten, solo está bromeando - dijo el más viejo de los tres, -somos campesinos provenientes de Perea, solo buscábamos salir de la ciudad - dijo. -¿Y por cuál razón? - preguntó Bogdan. -Las cosas comienzan a ser difíciles en Bulgymnus. La corona prefiere mantiene todas sus fuerzas en la guerra que mantener a su gente - contestó el anciano. -¡Suficiente! ¡Debes dejar de hablar, idiota! - gritó el hombre de pelo obscuro algo safado. -¿Cuál es su nombre? - preguntó Lauren. -Mi nombre es Olivier, mi señora. Aquel demente es Fredo y el pelirrojo es Wilbur - contestó el anciano. -Como sabrán, el reino de Bulgymnus se ha declarado como un enemigo ante nosotros, y no pensamos arreglar nada hasta que expresen sus razones sobre la ayuda que brindan a Huge Macquoid - Bogdan se levantó de su trono y bajó las escaleras, donde se encontraban arrodillados los campesinos. -Le suplicamos misericordia, mi buen señor. Solo queremos vivir en mejores tratos, por favor - dijo Wilbur expresando sus primeras palabras. -Capitán - Bogdan llamó la atención de Poliakov, el cual sacó su espada nuevamente, causando una mala impresión a los hombres, -quiero que los escoltes hacia los barrotes del castillo. Veremos que hacer con ellos después - Poliakov quería asesinar a los hombres, pero con las ordenes de su rey, volvió a meter su espada al cinturón y los tomó del ropaje que cubría sus cuellos para encaminarlos hacia las rejas del sótano.

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