The statement of an official war

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Iulian se encontraba rodeando el reino de Ferranon junto a todo sus hombres detrás de los arboles, esperaban el momento exacto para comenzar el ataque. La noche caía otra vez, y esperarían la señal del príncipe para atacar los muros del reino. Un hombre con una antorcha caminaba hacia el príncipe para dar la orden de entrada al castillo. -¿Y ese hombre? - preguntó Poliakov a un lado de Iulian. -¿Acaso no los conoce capitán? Se llaman espías - respondió al ver llegar al hombre encapuchado. -Mi señor, una de las entradas están listas para que entren, pero debo advertirle que si a Huge Macquoid desean atrapar, no está en el reino - Iulian escuchó las palabras del hombre y cambió el plan de último momento. -¿Ahora que haremos? - preguntó Luciv del otro lado del príncipe. -No puedo creerlo. Venir hasta acá por nada - dijo Iulian molesto consigo mismo. -Le he advertido - dijo Poliakov, -debimos de regresar a Santartia porque aun no sabemos que pueda estar planeando Huge Macquoid en estos momentos. Incluso no debería confiar en un ciudadano de Ferranon -. -Tranquilo señor. Créame que yo detesto al rey de Ferranon tanto como ustedes - contestó el ciudadano. -¿Que sugiere que hagamos, mi señor? - preguntó Olivier a un lado de Poliakov. -Pues hemos llegado hasta este lugar. Deberíamos al menos asaltar la zona y volver con lo que se ha arrebatado de Centrum - contestó mirando las luces que eran cubiertas por los muros de piedra. 

-¿Así es como los Berycloth tratan a sus invitados? - preguntó Fredo acostado en el suelo de la celda. -No creas que siempre estaré aquí. Yo esperaré le momento indicado para salir de aquí - contestó Wilbur sentado aun en la esquina. -¿Por qué lo dices? - Fredo se levantó y miró a su compañero. -Cuando eres atrapado por un reino enemigo solo puedes salir de aquí por dos motivos: creando lazos de amistad con alguien del reino siendo su perra o, asesinado por ya no servir en nada - Wilbur se acostó en el suelo y cerró los ojos. -Yo no creo que salgas de aquí muerto, yo tampoco. Pero espero que nos podamos volver a ver después de que salgas - Fredo rió al ver al techo. -Las paredes susurran que algo ocurrirá en pocas horas. El hombre más sabio de Ferranon tendrá una extraña baja de parte del heredero de Santartia - Wilbur miró confundido a Fredo al no entender sus palabras. Lo único que sabía que su compañero podía ver lo que se aproximaba.

El príncipe Iulian y su ejercito entró a la capital de Ferranon por una de las puertas, evitando ser vistos en la noche. Fueron asesinando silenciosamente a los guardias que encontraban y patrullaban las calles sin causar distracciones y se colocaban en posición para llegar al castillo, que estaba a pocos metros de ellos. -Está cerrada - dijo Olivier al llegar a la puerta principal. En el campanario, los pocos hombres que miraban al ejercito enemigo, eran asesinados antes de que al menos pudieran gritar, el plan parecía ejecutado a la perfección. 

-Niña, despierta - susurró Pietra al llegar a la cama de Giselle, -tiene que salir de aquí. La ciudad está siendo atacada en estos momentos -. -¿De que habla nana? - Giselle rasco sus ojos por un momento para volver a la realidad, -¿por qué los guardias no han tocado la campana aun? - Giselle se paró rápidamente. -Están muertos. Tiene que salir de la ciudad ahora. Gabriel viene para acá - Pietra tomó el vestido de la princesa para prepararla. -No Pietra. Tenemos que pelear contra los invasores - ambas escucharon un par de campanas desde la torre de vigilancia que había logrado alcanzar alguno de los hombres y, segundos después la multitud llegó y comenzó a pelear por Ferranon. -Tenemos que estar con ellos - dijo Giselle corriendo hacia la puerta sin el vestido aun puesto. -No, que hace niña - Pietra la detuvo y siguió amarrando su corsé, -escúcheme, usted es la última descendiente de esta familia, si la asesinan, el reino quedará a merced de los atacantes que sean. Debe huir - Pietra dio un último apretón a la cinta y amarró con rapidez. -Ven conmigo - Giselle la tomó de los brazos. -Yo no puedo abandonar el lugar, mi lealtad fue jurada hasta el final de mis días en esta tierra, pero Gabriel la cuidará - contestó la nana apresurada. -¿Princesa? - Gabriel entró al cuarto repentinamente, asustando un poco a ambas, -tenemos que irnos. Santartia está atacando el reino - dijo el capitán tomando de la mano a Giselle, la cual salió huyendo atrás de él. 

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