Heaven or hell

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-La tormenta pasará rápido.. la tormenta pasará rápido.. - Iulian repetía una y otra vez la misma frase mientras mantenía los ojos cerrados. -¿Quieres perderte el protagonismo en el próximo acto, querido Iulian Berycloth? - dijo Huge parado frente al joven. Iulian miraba al rey con los ojos entreabiertos y odiaba la sonrisa que mantenía en su rostro. -La tormenta pasará rápido.. la tormenta pasará rápido.. - volvió a repetirse lo mismo al voltear a un lado y ver al hombre rubio calentar una espada en la hoguera. -Si quieres que alguien más te quite el protagonismo solo tienes que decirme una sencilla respuesta - Huge se acercó al rostro del joven y lo tomó con fuerza, -¿dónde está Giselle? -. El rostro de Iulian cambió de manera considerable, abrió más los ojos y pensó en su querida Giselle. ¿Era ésto por lo que Huge lo tenía encerrado acaso? -podrás contestar algún nombre de lugar o persona. Pero dime donde está - dijo. Iulian no sabía nada de Giselle desde que la vio esa última vez corriendo asustada, temiendo por su vida al provocar el ataque al reino. -Yo.. no lo sé - contestó el joven con las pocas fuerzas que tenía. Huge cerró lo ojos por un momento y luego volvió a sonreír. -Incorrecto - Huge azotó la cabeza de Iulian contra el respaldo de la silla y rió, -Bogdan es un maldito idiota. Desperdiciar la vida de su querido hijo por salvar su pellejo - Huge ordenó al hombre rubio en proceder con la espada en mano, completamente caliente, apuntó contra el estómago de Iulian y tocó su piel, el joven comenzaba a llorar por el dolor mientras gritaba lo poco que podía. -No lo mates, que es un excelente cambio con su padre - Huge salió de la habitación, dejando a Iulian gritar por el dolor que sentía al sentir el estómago siendo perforado de manera lenta y precisa.

La noche comenzaba a presenciarse en el continente, y Giselle solo esperaría la señal de Shanke para escapar de la aldea. La mejor opción era hacerlo justo antes de que acabara la celebración pero no después de entrar a su tienda, porque la seguridad arruinaría el plan. La joven miraba a la pequeña población bailar y reír con la música escuchada, los hombres bebían hasta caerse y los niños corrían por todo el lugar. Era claro que la celebración en todo momento era parte de su cultura. A las personas parecían no importarle el horario, ya que la Luna se iluminaba ante ellos unas cuantas horas atrás y todavía tenían energía para bailar. Giselle miró a Shanke salir del establo, mandando una mirada y movimiento de cabeza, afirmando que todo estaba listo para huir. -Tranquilos, solo iré al baño, no es necesaria la guardia - Giselle se levantó de su asiento, mientras que Lord Naarce no le tomaba importancia por platicar con dos mujeres que se le insinuaban de gran manera. Sin escuchar a la joven, dos de sus hombres caminaron tras ella, bajando las escaleras de la tarima en la que estaba la mesa. -¿Piensas entrar al baño conmigo? A lord Naarce no le gustaría que dos de sus hombres están acosándome - la joven caminó algo apresurada, mientras que los hombres la seguían a todas partes. Giselle llegó al momento de correr, llamando la atención de Lord Naarce, mirando desde arriba. Giselle corrío detrás del establo, encontrándose una carroza lista para su partida junto a Gabriel esperando dentro. -¡Entre! - exclamó Shanke al lanzar una daga a uno de los hombres, impactando en el cuello y matándolo en segundos. Giselle corrió hacia el transporte cuando el otro hombre la tomó. -¡Suéltame! - gritó Giselle al quererse zafar de la mano del hombre. Shanke corrió hacia Giselle para tratar de ayudarla, pero una flecha atravesó su pecho, quedándose a un par de metros de la princesa y muriendo frente a ella. Giselle miró hacia el punto en el que lanzaron la flecha, mirando a uno de los hombres que la capturaron, el mismo que hirió a Gabriel y la razón principal por la que están aquí. -¿Acaso intentabas huir de mi, amada mía? - Lord Naarce caminó hacia la joven, donde estaba sujeta de la mano del hombre, -suficiente - Lord Naarce ordenó al hombre que la soltara y lo hizo, -si no piensas casarte conmigo de manera voluntaria, lo harás a nuestra manera - Lord Naarce tomó el rostro de Giselle, -¿tratabas de huir con tu amante? - preguntó el hombre al mandar a dos de sus hombres a la carroza, donde en efecto, el hombre estaba recostado. -Aquí está, señor - dijo uno de los guardias. Lord Naarce cerró los ojos por un segundo. -Creo que ya se lo que comeremos el día de nuestra boda, amada mía. ¿Qué mejor que comas de la carne del hombre con el que pretendías escapar? - Lord Naarce soltó a la joven, -cuídenla en verdad esta noche. Si planeó escapar una vez, lo planeará más de una - los hombres llevaron a Giselle de vuelta a la tienda. Giselle miró hacia la carroza y tomaban a Gabriel, el cual comenzaba a tener conciencia de la situación, pero aun seguía débil como para pelear contra tantos hombres. Giselle miró a Gabriel ser llevado a otro sitio, y no sabría si sería la última vez en la que lo vería, porque la única oportunidad que tenía para escapar, le fue arrebatada.

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