The beginning of the end

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Sebastian Wantheft miraba atento a las luces generadas por la ciudad de Centrum al comienzo del amanecer, cuando los primeros comerciantes y obreros comenzaban el día. -¿Cuándo atacaremos la ciudad, príncipe? - preguntó Kolso Loveron, encargado de las tropas ferranianas. -Cuando menos se lo esperen, señor. Esperen el momento indicado y esta ciudad caerá ante nosotros - Sebastian sonrió mirando su próximo objetivo a unos cuantos pasos.

Giselle Macquoid había expresado por primera vez su molestia de manera diferente. Estaba harta de vivir bajo la sombra de rey, como seguramente se sentían Alexander, su madre y reina de Ferranon, Leandra, y su hermano menor, Roman. ¿Pero qué sucedió con los dos últimos? Huge siempre les dijo que murieron en una emboscada cerca de Yalovia, cuando regresaban a la ciudad de Ferranon. Pero en realidad no se buscaron razones o culpables; simplemente se culpó a Santartia, como todo lo malo que sucede en Ferranon. La joven se encontraba revisando algunas cartas que recibió años atrás; algunas de su madre, de su padre, de Alexander, y al final algunas que recibía de Iulian Berycloth cuando se miraban a escondidas. Tenía la necesidad de saber que sucedió con su familia, ya que ella conocía a Bogdan, su padre, un hombre misericordioso y caritativo, pero eso no evitaba que no entrara a una guerra eterna contra Ferranon. -¿Princesa? ¿Está lista para ir al teatro? - Pietra entró al cuarto mirando a la joven sentada. -No creo que sea lo mejor, Pietra. Tengo que buscar a Alexander ahora que sé que se encuentra vivo - comentó Giselle sin esperar más, -las cosas en el reino ya no son nada cómodas para mí -. -¿A qué se refiere, niña? - Pietra se paró atrás de Giselle, viéndola en el espejo. -Que yo no quiero vivir el resto de mi vida encerrada en el reino. Tal vez no sea para mí - Pietra se sorprendió con las palabras de la joven. El querer renunciar de una vida que manejaba desde siempre, y por fin abrió los ojos.

Iulian despertó de un profundo sueño a la mañana siguiente, su recibimiento en el reino de Esporcand había sido agradable, a tal grado de olvidar su vida por un momento. -¿Principe Iulian? - preguntó una voz femenina tocando la puerta. -Un momento, por favor - Iulian salió de las sabanas y caminó hacia la puerta para abrirla. -¿Sucede algo? - el joven abrió la puerta y vio a Luciv frente a él. La princesa miró a Iulian un par de segundos, ya que no tenía su camisa puesta. -Emm.. Mi hermano Gerard y yo queríamos saber si quisiera ir a cabalgar con nosotros después de hablar con mi padre.. - Luciv evitó mirar hacia el marcado abdomen del príncipe y solo lo miró a los ojos. -Claro, los veré en un rato - Iulian sonrió agradeciendo la invitación. Luciv continuó su camino y Iulian cerró la puerta, soltó una risa al ver la reacción de Luciv.

-¿El príncipe viene en camino? - preguntó Gostislav a una de las nanas, sentado en un comedor más reservado, en el cual organizaba las reuniones un poco más secretas. -Si mi señor, el príncipe viene en camino - contestó la nana cuando ambos vieron a Iulian llegar. -¡Iulian Berycloth! - exclamó Gostislav levantándose de su silla, -espero que haya tenido una buena noche, príncipe -. -Fue un buen recibimiento el de su parte, les agradezco - Iulian sonrió, saludando al rey. -Espero que estés preparado para comenzar a negociar sobre la entrada del reino de Esporcand en caso de una futura guerra contra Ferranon - Gostislav tomó su copa de vino, tomando un sorbo. -Así es, razón principal a mi llegada a su reino - contestó Iulian prestando atención. -Como sabrás, no hemos estado en una guerra desde hace décadas, pero eso no implica que estemos débiles. Hemos invertido tanto como lo hacen ustedes, pero sin llamar la atención de los demás - explicaba el rey, -por lo que estamos listos para todo lo que se avecine. Huge Macquoid nunca fue de mi agrado, te lo confieso, es un rey muy despiadado y vengativo, terminará de cavar su tumba si decide atacar -. -¿Y como podemos agradecerle sobre esto? - preguntó Iulian, -sabrá que es algo que ha invadido mi cabeza desde que salí de Santartia - el príncipe continuó comiendo. -Eso será revelado en su tiempo. Debes de esperar - contestó Gostislav, -pero digamos que es algo que beneficiará a ambos reinos -. Iulian podría sacar muchas opciones acerca de lo que podría ser aquello que beneficie a ambas partes, pero la verdadera solo sería revelada en el momento indicado.

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