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Al día siguiente, desperté 30 minutos antes de que el despertador que la noche anterior le había lanzado a Louis a la cabeza sonara.

Pero... ¿Cómo mierda llego allí?

Me puse de pie. Me acerqué al armario y de él saqué un vaquero negro ajustado y gastado en las rodillas, un sweater azul marino, mis Vans negras y un gorro gris. Me vestí, me maquillé, tomé mi mochila y bajé las escaleras.

-Hola papá- dije al entrar en la cocina-.

-Hola- dijo sin mirarme y cubriendo su cabeza con el periódico. Suspiré-.

-¿Aún crees que me avergüenzo de ti?- pregunté triste y él no respondió- Papi- dije alargando la "i"- Tú no puedes creer eso. Yo te amo y lo sabes- tampoco me miró y suspiré- ¿Al menos me harías un favor?- pregunté y él suspiró-.

-Si es algo que no te avergüence- dijo y sonreí-.

-No, claro que no.

-¿Cuál es el favor?

-¿Me llevarías a la escuela?- pregunté y él se quedó quieto-.

-¿Hablas enserio?- murmuró ilusionado-.

-Si- dije sonriendo-.

-Ok, ok- dijo emocionado poniéndose de pie- Espérame aquí- dijo antes de salir corriendo de la cocina-.

-¿Qué le pasa a tu papá?- preguntó mamá entrando a la cocina-.

-Me llevará a la escuela- dije y ella soltó una carcajada-.

-Me gustaría ver eso- dijo divertida-.

-Sé que será divertido y hasta un poco vergonzoso- dije de acuerdo con ella- Pero no puedo dejar que él crea que me avergüenzo de él.

-Lo se cariño- dijo acariciando mi cabeza- Adiós y suerte- dijo antes de salir de la cocina-.

-¿Lista princesa?- preguntó papá al entrar nuevamente a la cocina-.

-Claro que sí, papá- dije sonriendo-.

Ambos salimos de la casa y comenzamos a caminar.

-Esto es tan emocionante- dijo emocionado-.

-¿Por qué?- pregunté confundida- Es solo la escuela.

-Hija, no te he llevado a la escuela desde el pre-escolar ¿Recuerdas?- preguntó y sonreí-.

-¿Cuándo te comiste el crayón morado?- pregunté y él sonrió-.

-Si.- dijo orgulloso-.

-¿Por qué lo hiciste?

-Yo quería saber a qué sabía el crayón. A uva o mora, pero gracias a esa vieja amargada nunca lo descubrí- dijo triste-.

-Eso fue muy infantil- opiné-.

-Lo se.- dijo de acuerdo- Desde ese día, tu mamá no me dejo acercarme a la escuela, hasta hoy, claro.

-¿Cómo es que mamá no te dice nada por ser tan inmaduro?

-Ella me conoció así, o tal vez más inmaduro aún- dijo sonriendo- Creo que ya se acostumbró a mis estupideces.

-Supongo.

-Juguemos a algo- dijo mirándome sonriente. Tocó la muralla de una de las casas y luego se alejó corriendo de mi- ¡Corre!

Confundida, miré la muralla de la casa.

-Oh mierda- murmuré al darme cuenta de que él había tocado el timbre de esa casa. Luego comencé a correr también-.

-¡Ven aquí jovencita!- gritó un anciano agitando su bastón en el aire-.

guerra de bandas; l.t (#GDB1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora