"No calles en este momento. La cúspide de un triunfo también puede ser la del fracaso. Plantéalo en tu mente. Discútelo contigo mismo. Avanza. Confía. En ti. En mí. En nosotros. Sigue viéndome de frente. Ten la certeza de que algo mejor estará por ocurrir. No titubées. No nos hagas perdernos. Alza la voz. Hazlo notar. Tu futuro. El mío. Sabes que no todo es acerca de ti así que, por ahora, quítate la máscara. Dame mi lugar.
Cegado.
Profundo.
Ahí estuve siempre.
En ti.
Hasta el fondo.
Hoy en este volcán de recuerdos no lo pienses más. No veas atrás. Sería mi perdición. La tuya. Dame la oportunidad. Danos ese momento. El día. La fecha esperada. Ese instante en el que puedas reconocerme en tu mirada. Que tú y yo por fin seamos uno.
Lo necesitas.
Lo necesito.
Así que, la próxima vez que me veas en tu espejo, no vuelvas a alejarme. Porque seré siempre tu mismo. Aguardando por un instante.
El momento.
La situación.
Ese segundo de valentía
Ese segundo para decir: ya no más".
Ojalá Kiara no se haya terminado los hotcakes esta vez. Mamá le deja comerse un par mientras los preparan y después dicen darme "la mejor parte". Vainilla. O quizá chocolate derretido. Creo que... no, definitivamente cocoa. Debí decirles que no exageren con las grageas de colores. Tanto dulce me pone como loco a estas horas del día. Cierto. También debo recordarles que la leche de fresa sólo la toco yo. Ambas mujeres piensan que por preparar el desayuno pueden hurgar entre mis compras.
Esta vez la licuadora.
¿Harán batido?
Tal vez jugo. Espero no sea limonada. Detesto el sabor amargo.
La cabeza me va a explotar.
-Kiara... -le llamé en un débil susurro que dudaba pudiera escuchar con semejante escándalo. No recordaba la última vez que escuché música en la casa. Me tallé los ojos para dejar los brazos extendidos en seguida. Mi cuerpo abarcaba casi toda la cama al estar acostado de esa manera. Una frazada encima. Definitivamente no era mi aroma. Aunque, siendo sincero, me costaba distinguir teniendo la habitación inundada de partículas dulzaceas picándome la nariz.
Una punzada.
Otra más.
-Mierda -me enderecé casi de golpe sintiendo que el cuarto se me movía. Y recordé. No estaba en casa. No estaba en mi habitación antigua. Y, por supuesto, ni mi madre ni Kiara estaban preparando hotcakes.
Me restregué ambas manos sobre el rostro estirándome la piel mientras gruñía. El cuerpo me dolía hasta las entrañas. Como si respirar fuera acumular cientos de agujas encartadas en mi garganta. Y la sien parecía estar oprimida por un par de tornillos en cada lado. Más fuertes y contínuos a medida que era conciente de mi situación.
DongHae...
Arrojé la tela lejos de mí para empujar mi cuerpo a la orilla de la cama con la cabeza entre ambas manos. Había enochecido. La ventana tenía una ligera abertura que, gracias a lo fresco del aire, me hizo saber que sólo llevaba los pantalones puestos. Muy a mi pesar me puse en pie para salir de la habitación. Arrastrado más por el impulso que por las mismas ganas de comprobar si era el castaño o mi hermana con las canciones de Charlie Puth. Salí de la habitación. Quería ignorarlo todo. Estúpidas ideas se formaban dentro de mí igual que coágulos a punto de estallar por todos lados hasta hacerme gritar o tirarme al piso. Todavía me era fácil sentir el sabor del vodka de hace un par de horas.
![](https://img.wattpad.com/cover/110273550-288-k316719.jpg)