Capítulo 26. Oh (no) SeHun

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"Dicen que he enloquecido. Que por las noches me desgarro en peticiones de herejía con el tono más siniestro del barroco. Que me destazo la ropa hasta atravesarme la piel con las uñas y, cuando ésta sangra, pareciera que son mis prendas las que agonizan. Que me han descubierto recostado en el pasillo recitando un poema de Baudelaire mientras me entierro los dedos para evocar tu miembro lloroso y tumefacto. Que me enredo entre el sudor para invocar a la polilla. Que las piernas me tiemblan cuando las hormigas púrpuras se suben por mis pies, me petrifican, se esparcen y juegan en mi vientre. Que volteo los ojos, acelero los dedos tres veces más rápido hasta ser incapaz de escuchar el grillo a la distancia y entonces, sólo entonces, vuelvo a la vida.





Dicen que perdí la razón porque hablo contigo por las noches. Busco mi teléfono construido con pétalos de girasol, succiono el polen de los recuerdos, presiono las abejas muertas sobre el amarillo de tus caricias y al final vuelvo a evocarte con la palabra silvestre de mi pasado. Dicen que no puedo revivirte. Pero ya lo hice. Te saqué de mi pantalón para arrojarte en el inicio de la chimenea más cercana. Entonces: de las llamas, del fuego, de la purificación regresaste a mi mundo.




Me quemaste un poco. Dicen que eso me hace mil veces más loco pues no comprendieron por qué metí las manos al fuego. Yo solo intentaba abrazarte y fundirte con mi carne. Hasta que la volviera parte de tu cuerpo. Hasta que esa parte de ti renaciera en mis extremidades.





Quémame otra vez. Dime que sigues vivo. Dime que nunca te fuiste. Diles que no estoy loco. Diles que tan sólo necesito mostrarles lo ciegos que están.




Porque yo te veo ahí. Postrado en la pared más alta. Sonriendo como cada mañana y a cada segundo del día. Haciéndome pensar que esa es demasiada felicidad como para que realmente continúes existiendo. Diles. ¡Diles que no eres el rezago de una fotografía! ¡Que me sigues amando! ¡Que nunca nos odiamos! ¡Que me besas por las noches! ¡Que eres tú quien me hace el amor! ¡Que yo odio masturbame! ¡Que tu ruegas por verme hacerlo! ¡Diles! ¡Diles que estás esperando en el mismo lugar donde te dejé! ¡Y que yo nunca te asesiné!




Diles..."












—Así, por medio de un contenido simple y directo, los espectadores obtienen precisamente lo que necesitan saber. Sin detalles complejos ni demasiada información que retrase el objetivo de su búsqueda. Iremos directo al grano —.





Presioné el inicio de mi bolígrafo para que la punta saliera en el otro extremo provocando un sonido hueco dentro de la sala. Incliné el rostro cuando, al levantar la mirada, me encontré con varios pares de ojos esperando un comentario que les permitiera con continuar la presentación.





—¿Cómo? —intervino Junsu sabiendo que mi interés estaba fuera del lugar donde, por cuarta vez, la secretaria traía una ración más de bocadillos fríos. Volví a empujar el borde de mi bolígrafo. Noté la exasperación del exponente debido a mi impertinente sonido.





—Anuncios de YouTube. Es la forma más inmediata. No rebasan los quince segundos y pueden llegar a cualquiera con la oportunidad de hacer un enlace masivo con aquellos consumidores que tengan más entradas en su historial con respecto a nuestra área —.





Le di la vuelta a la siguiente página del cuaderno. Estuve tentando a arrancar dos de los dibujos en los que el Colibrí fue usado como molde. Lo mejor era que, aún cuando el borde de la portada estaba fechado en el 2017, su rostro parecía mantenerse exactamente igual. Claro que los tonos grisáceos del trazo le avejentaba en algunas zonas. Por ejemplo: sus ojos al sonreír.




Matemos a cupido [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora