En la vida uno vive muchos momentos, momentos de tristeza, momentos de alegría o felicidad, momentos de angustia y preocupación, momentos de esperanza.
Yo viví cada uno de esos momentos con el hombre de mis sueños, atento, guapo, cariñoso, caballeroso y un as en la cama, era el candidato perfecto para mi futuro esposo, y justo como dije, era.
La vida me jugó una mala pasada, no solo a mi si no a todos los que conocían a este hombre, nos había dejado a todos nosotros incluso a su novia y a su propia hija, nadie se salvó del terrible dolor que su pérdida causó.
Natsu despertó en lo que debería de ser el paraíso esponjosas nubes lo rodeaban de la cintura para abajo, su cuerpo estaba descansado y en perfecto estado, nada de su cuerpo le dolía, si ropa blanca con la camisa abierta dejaba ver su abdomen sin moretones y en perfecto estado con su característico tono tostado que tenía su piel.
Natsu miró a su alrededor confundido sin saber dónde estaba o siquiera como habia llegado ahi, camino sin rumbo alguno por esas suaves y esponjosas nubes hasta que una voz lo sacó de su trance.
—Mi dulce Natsu.
Natsu se giró para ver de quien provenía aquella dulce y suave voz una mujer hermosa y ya adulta de edad tenía su mirada centrada en el, con una hermosa, dulce y cálida sonrisa.
—¿M-mamá?
El viento leve que había en el lugar hacía que su pelo celeste se ondulaba a compás del viento, Natsu camino a paso lento y dudoso hacia ella ¿Por que ella estaba ahi? Entendió toda la situación cuando vio las alas llenas de suaves plumas de color blanco haciendo juego con su vestido del mismo color.
—¿E-estoy...?
Su madre apagó su sonrisa y asintió levemente con la cabeza.
—No es verdad ¡No es verdad! ¿¡Qué hay de Lucy!? ¿¡Qué hay de mi hija!?
Su madre abrazó a su hijo envolviéndolo en un capullo con sus cálidas alas blancas, tenían un resplandor celestial.
—Se que es difícil de aceptar hijo mío
Natsu se separó bruscamente de su madre, la adulta mujer sintió una punzada en el pecho.
—Quiero regresar, ahora, quiero regresar ahora mismo.
Las punzadas no eran por que su hijo la rechazara, esas punzadas que lastimaban su corazón eran por ver las lágrimas de su hijo, de eso se trataba el amor de una madre.
Natsu se logró calmar, aunque seguía sin creer donde se encontraba "¿Esto es el cielo?" se preguntó el mismo en su mente, nunca había visto algo como eso en su vida, kilómetros y kilómetros de nubes blancas bajo un cielo azul en una temperatura ambiente, tenía que admitir que era pacifico.
—Lo siento.
Dijo después de haberse secado las lagrimas y abrazo a su madre se echó a llorar en el pecho de su hijo.
—Estas sufriendo.
Susurro la madre a mitad del llanto, cuando había logrado acumular aire y saco todo ese aire en esa simple frase, Natsu no dijo nada así que simplemente se quedaron abrazados, debido a la tristeza que su madre sentía en ese momento sus alas habían dejado de tener ese brillo celestial, cuando se logró calmar su hijo Natsu noto que sus alas habían retornado ese color celestial... Aunque fuese un poco tenue pero estaban brillando.
—Lo lograste, le arrebataste la felicidad a más de una persona matando a un único hombre.
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Papa soltero
FanfictionNatsu Dragneel tiene 22 años, tiene una pequeña hija llamada Nashi de tres años, pero su vida no es fácil, Lissana, madre de Nashi, odia a su hija a mas no poder ¿La razon? Nashi es ciega... gracias a eso Lissana los abandona.