Capitulo 23

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ADALIA MILLER

Su hermosa voz fuerte se hacía débil ante mis pesadillas quería abrir los ojos pero no podía hasta que la oscuridad cubrió mi conciencia.

Flashback

-No la toques, gritaba mi madre cuando se percató que los hombres que habían entrado querían tocar mi rostro, ganándose la desaprobación de estos, le dieron una bofetada, la arrastraron para violarla y golpearla gritos de ambas inundaron el lugar mientras todos esos hombres reían a carcajadas cuando terminaron salieron del lugar dejando inerte el cuerpo de mi mamá me acerque para abrazarla pero no se movía toque su respiración y no estaba respirando, mamá ya no estaba se había ido y yo estaba sola.

-Mamá, mamá despierta, grito la joven que estaba a su lado con lágrimas en los ojos mientras miraba todo a mí alrededor, estaba oscuro y casi no podía verse nada, solo éramos el cuerpo inerte de mi madre y yo, al menos eso creía, me pegue en una de las paredes mientras seguía sollozando, no entendía que pasaba porque a nosotros, porque en mi casa y a mi familia después de un largo rato escuche la voz de mi hermano.

-Dani. ma...mamá está muerta, dio de nuevo la joven con voz temblorosa soltando lágrimas a mares.

-Shh, pequeña, saldremos de esta si, dijo y asentí, porque quería creer que iba a ser así, de pronto una estruendo en la puerta hizo sobresaltarnos, entraron los mismos asquerosos hombres por un momento pensé que nos matarían, que estarías con nuestros padres todos juntos y créanme que hubiera preferido mil veces eso traían consigo un colchón viejo.

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, el grito desgarrador del joven hermano le hizo saber que eso estaría peor, pero la escena que mis ojos veían, no tenía nombre, era tanta mi impotencia mi dolor, mi ira que solo sentí un leve ardor y dolor cuando el desgraciado me penetro fuerte tanto que me hizo sangrar sin ser virgen, cerré los ojos quería que esa terrible pesadilla acabara, me sentía sucia y muerta.

-No, no, no, no, no, no suéltame, infeliz, no me toques, grito con todo su ser mientras manoteaba quitándome pero lo abrace un más fuerte.

-Hermanito, soy yo, dije en un susurro abrazándolo y quitándole la venda de los ojos después de eso ambos comenzamos a llorar desgarrándonos el alma, preguntándome, porque nosotros, porque mi familia, pero juraba por los infiernos que cada uno de esos miserables pagaría por todo.

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-Dani, no, Dani vuelve nooooooooooooooooooooooooooooooooooo, grite al ver a mi hermano frente a mis ojos siendo lazando a los aires por el automóvil que lo atropello, cerré los ojos mi vida había terminado, mis sueños arruinados por un hijo de puta que pagaría con lágrimas de sangre cada una de las mías, juro por este pequeño que llevo en mi vientre que todos pagaran muy caro.

-Dios perdóname, madre mía, hermano, perdón, gritaba a los cielos, de pronto la oscuridad se desvanecía comenzando a mostrarme un lugar más colorido en donde se veía una familia, me acerque a ellos lentamente percatándome que era mi familia mi mamá, mi papá y mi hermano,-Dios, perdónenme, rogué cuando llegue a ellos.

-No, mi niña no tenemos nada que perdonarte, no fue tu culpa, perdónate tu bebé, dijo mi hermosa madre, como anhelada escuchar su dulce voz.

-Sí, hermanita, no tenemos nada que perdonarte, te amamos, dijo mi Dani sonriendo.

-Bebe, me hiciste abuelo muy joven, debería castigarte por eso, dijo mi padre burlón.

ScorpionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora