Capitulo 20

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POV ADALIA MILLER

Después de pasar un rato agradable con el italiano decidimos ponernos a revisar nuestros negocios, de mi parte hasta el momento todo iba bien, el casino, los hoteles, la empresa y mi pequeño al cual el desgraciado de Augusto no ha vuelto a acercársele, de Stefano sus negocios recupero lo perdido y no se ha visto extraño en sus negocios de parte del mexicano o de akuma como quieran llamarlo, Frank por otro lado estaba bien pero había notado un inconveniente, los días pasaron tranquilos pero extraño el imbécil del Augusto no había llamado la atención aun y eso nos inquietaba, reforcé seguridad por si es necesario.

-¡Mierda!, dijo el alemán enojado y vi como apretó los puños.

-¿Qué pasa?, pregunte seriamente mientras miraba a Stefano.

-Tengo que volver a Alemania es de urgencia, dijo seriamente.

-Todo, bien, si quieres llévate algunos de mis hombres, dije y negó.

-Si y no, no puedo, dijo y lo mire mal.

-Vamos Frank, dije nuevamente y negó.-Stefano dile algo, dije mirando al italiano

-Pequeña, con augusto oculto no puedes prestar hombres, dijo y yo rodee los ojos.

-No es como que se vayan todos Stefano, dije y Frank soltó un bufido.

-Está bien pero no me llevare muchos solo lo que yo diga, y yo asentí, los tres salimos del despacho Frank acelero su paso saliendo, lo seguí agradecía que conocía a mis muchachos así que sin pensarlo mande 10 con el alemán que se negaba pero acepto, todos los que yo tenía eran francotiradores y experimentados en pelear, a veces todos entrenábamos en el gimnasio, después de un rato regrese a dentro encontrándome con un Stefano con el ceño fruncido mirando su celular.

-Pasa algo, pregunte cautelosa acercándome a él.

-Me llego un mensaje  de uno de mis hombres de  confianza para cerrar un negocio, dijo y yo sonreí.

-Tienes que ir a Italia, dije y asintió.

-Pero no quiero pequeña, dijo haciendo que lo mirara

-Tienes que, tratare de estar resguardada hasta que llegues, dije abrazándolo por lo que correspondió.

-Está bien, iré pero volveré en seguida, dijo y asentí.

-Estaremos bien, dije y asintió,-¿Cuándo te vas?, pregunte.

-Hoy en la noche, pero solo serán dos días por mucho, dijo y asentí.

No dijimos nada más permanecimos callados abrazados un rato, sintiéndonos, al separarnos el decidió salir un momento a revisar un asunto y yo decidí ir con mi pequeño a la sala de juego, allí estuvimos un rato hasta que cayó la noche nos despedimos de Stefano, después de irse el italiano Derek y yo decidimos ver una película hasta que mi pequeño se quedó dormida, apague el televisor y cargue a mi hijo para llevarlo a su cuarto, fui a mi cuarto para descansar.

A la mañana siguiente todo fue normal, me encontraba dejando a mi pequeño en el preescolar, me despedí dejándolo en la entrada para irme a la empresa a revisar mis negocios pendientes ya me había desatendido un buen tiempo de ellos, me encontraba en la oficina frente a mi ordenador revisando el balance, pero había algo que no me estaba cuadrando, tome el intercomunicador y llame a mi secretaria.

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