LE QUATTRO STAGIONI│YOONTAE ○.｡o○.

10. Fama

Esa madrugada en Stigma, YoonGi se sobrepuso al encuentro del extraño y sin hacer caso a la insistencia de SeokJin, quien a toda costa quería llevarlo a un sector en que las paredes estaban cubiertas de máscaras, prefirió seguir sus instintos y decidió comenzar a subir, convencido de que mientras más se alejaba de los primeros pisos, pronto encontraría la oficina del dueño del lugar.

No fue fácil, recuerda YoonGi, pero su suerte iba acompañada de su apellido y pudo averiguar que, al igual que el extraño, más personas estaban al tanto de que TaeHyung estaba en la ciudad. De tal modo, apenas mencionó cuál era su nombre, fue conducido a una amplia oficina, que más bien parecía un departamento de soltero.

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Vestido con una elegante bata de color rojo, Park BoGum apareció ante YoonGi con un vaso de whiskey en la mano izquierda y un habano en la boca. El más alto no dijo nada al igual que YoonGi y tan sólo se limitó a servir otro vaso con whiskey, el que YoonGi recibió con gusto.

— ¿Qué buscas, Min YoonGi? —fue lo que preguntó BoGum una vez que se sentó de piernas cruzadas sobre un sofá de cuero.

— ¿Quién eres?

La sonrisa de medio lado no se hizo esperar. En cierta forma a BoGum lo entretenía presenciar la altanería característica de las personas que creen tener todo bajo control.

— Park BoGum es mi nombre, soy hijo del dueño de este lugar.

Un destello en la mirada atrapó a YoonGi y lo hizo sentir incómodo ante el escrutinio que realizaba aquél, mirándolo de pies a cabeza.

— ¿Y bien? —insistió BoGum en su primera pregunta— ¿Por qué tanto esmero en encontrar a la cabeza de Stigma?

— Necesito... Necesito hablar sobre un cliente.

— Habla —dijo sin más y procedió a encender el habano.

YoonGi sentía que estaba cometiendo un error, que en su impulso por averiguar la relación que tenía TaeHyung con Stigma toda su cautela se vería siendo pisoteada por quien tenía enfrente. Tal vez se había dejado llevar por el alcohol recorriendo sus venas, sin medir en las consecuencias de sus actos, pero cuando se trataba del violinista, YoonGi se cegaba y no sabía cómo su autocontrol se iba al carajo.

— Habla, hombre —insistió BoGum al exhalar el humo.

— Alguien... —su voz intranquila quiso camuflarla con un carraspeo antes de proseguir— Una persona me abordó hace un momento, habló de TaeHyung, de Kim TaeHyung.

— ¿Sí? —sonrió con amargura luego de interrumpirlo— ¿En estos días que se dice de Kim TaeHyung?

— No dijo mucho, sólo... sólo dijo que TaeHyung debía regresar a Stigma.

— No va a regresar —afirmó con seriedad.

— ¿Por qué?

La intensa mirada que recibió YoonGi lo obligó a beber del vaso, todo con tal de evitar aquella aparente amenaza.

— ¿Te gusta? ¿Te has enamorado de Kim TaeHyung?

— No —negó YoonGi al ser expuesto de ese modo.

— Pero te gusta, por eso quieres respuestas.

YoonGi guardó silencio, incapaz de reconocer qué era lo que realmente provocaba TaeHyung en él, en sus obsesiones, en el modo en que se estaba comportando últimamente.

— Querido Min, debes saber que a todos nos ha gustado Kim TaeHyung, ya sea para bien o para mal. Y a todos, sin excepción alguna, ha llevado a la perdición.