Enojado, TaeHyung se abrió paso entre las personas que iban de un lugar a otro. No podía creer que YoonGi se enojara hasta el punto de mencionar el delito que había cometido. No tenía derecho, se repetía una y otra vez, sumado a que se sentía sucio, uno más que había caído en utilizar el cuerpo como una forma de ganar dinero, pero no, YoonGi estaba equivocado porque en realidad nunca se vendió por más que algunos y algunas habían intentado ofrecerle grandes sumas de dinero a cambio de sexo. Nunca había cedido ante aquellas propuestas indecentes debido a que, simplemente, se encargaba de realizar lo suyo; tocar música, nada más.
Estúpido YoonGi, terminó diciendo en voz alta y aunque su intención en un principio fue buscar la salida, pronto se tuvo que apoyar en una pared al sentir cómo el efecto de la droga subía de forma repentina. La euforia se hizo presente y, con ello, la sonrisa del castaño se ensanchó y olvidó todo lo relacionado con YoonGi e ingresó en una de las salas temáticas para comenzar a bailar al ritmo de la repetitiva música electro house.
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Aun cuando YoonGi creyó ser rápido, perdió de vista a TaeHyung al girar en uno de los pasillos y no supo por qué puerta había ingresado el menor. Cada puerta tenía un color distinto y una decoración totalmente diferente a las demás, por lo que, sin pensarlo demasiado, continúo su camino por la puerta que tenía enfrente sin saber que TaeHyung realmente había optado por abrir la puerta izquierda.
Aislado del momento y de la acción, YoonGi no participó de ninguno de los bailes que fue descubriendo en cada salón al que ingresó. Según recordaba, llevaba seis ambientes y en ninguno TaeHyung parecía haber estado presente. Stigma no debía ser un lugar tan grande, se convencía de forma ingenua, por lo que al cabo de una hora se rindió y sólo se dejó caer en un sofá, el que estaba ubicado al fondo de una pared que exhibía señaléticas de tránsito en diferentes idiomas.
La música jazz mezclada con reggae no era lo suyo, menos cuando soltó el primer bostezo. A su alrededor, las personas se mecían de forma suave y lenta y el humo de lo que se percató era marihuana de manera abrupta llegó a sus fosas nasales. Se sentía fuera de lugar, tanto que YoonGi se decidió a intentarlo por una última vez y llamó al teléfono móvil de TaeHyung sin obtener respuesta alguna. Así, soltando un suspiro, observó con detenimiento las dos salidas que presentaba el salón en el que se encontraba. A su derecha, había una puerta en tonos negros sin diseño alguno. En cambio, a su izquierda no había puerta, sino que una cortina de colores hecha con tubos de PVC que caían desde el techo, cual escultura penetrable del artista venezolano Jesús Rafael Soto, o algo así alcanzó a leer YoonGi antes de ingresar en ese pasillo multicolor.
Sin saberlo, YoonGi ingresó en sentido contrario al utilizado por TaeHyung, a quien vio en medio de la pista de baile moviéndose sin parar, alegre y de ojos cerrados como si nada a su alrededor existiera.
— ¡Tae! —ubicándose frente a él, lo llamó YoonGi en voz alta.
— ¡YoonGiiiiiii~! —Sonrió apenas lo vio y lo estrechó en un fuerte abrazo— ¡Qué bueno que estás aquí! —mencionó TaeHyung como si no quisiera soltarlo nunca, como si abrazar a alguien fuese la mejor sensación del mundo y como si no recordara el por qué se habían separado.
— Hey..., te estuve buscando durante casi una hora.
— Baila conmigo —pidió sin haber escuchado lo dicho por el mayor.
— ¿Te has drogado? —con el ceño fruncido, cuestionó luego de que TaeHyung se apartó de sus brazos, consiguiendo con ello el poder percatarse de las pupilas dilatadas del castaño.
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LE QUATTRO STAGIONI│YOONTAE ○.。o○.
FanficYoonGi sólo quiere descubrir qué oculta TaeHyung tras la máscara ¿Será timidez o perversión? ××× Historia completa!