25. Sonrisas

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Encerrado en un baño, TaeHyung inhalaba y exhalaba de manera profunda. Luego se paseaba por el estrecho espacio estirando sus piernas y brazos, en un recorrido errante y nervioso que YoonGi no pudo soportar.

— Hey, relájate —pidió tomándolo del rostro con firmeza—. Todo va a salir bien.

— ¿Tú crees?

— Por supuesto que sí —indicó con una sonrisa que TaeHyung imitó con duda.

— Por algo ese viejo te buscó, porque de seguro es lo que ellos están buscando.

— ¿Es-estás seguro?

— ¡Te digo que sí! —Elevó la voz entre risas, a lo que el castaño respondió estrechándolo en un fuerte abrazo— Lo harás bien, Tae... —susurró para luego hacer que el menor lo mirase nuevamente— Todo va a salir bien.

Con una sonrisa tranquila, TaeHyung permitió que YoonGi lo volviera a tomar del rostro y, en un acercamiento cariñoso, acabaron besándose con tranquilidad, una que hizo olvidar al castaño todos sus miedos y que permitió que el tiempo transcurriera más rápido en aquella eterna espera. Entonces, sólo cuando alguien llamó a la puerta fue que ambos se separaron e inhalaron y exhalaron juntos en una técnica de relajación antes de salir del baño.

— Haz que coman de tus manos, Tae.

— Lo haré —afirmó y, acomodándose el traje, salió decidido a enfrentar una audición para la que tuvo nulo tiempo de preparación, pero que a la vez sentía que se había estado preparando desde el momento en que aprendió a tocar violín.







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En el pulcro salón, TaeHyung pudo ver a cinco personas sentadas tras un largo mesón, en el que se acumulaban carpetas con varios papeles. Al fondo de la sala, TaeHyung alcanzó a ver al hombre de pelo cano que el día anterior lo había invitado a la audición y, junto a la puerta de salida, YoonGi permanecía de pie, con los brazos cruzados y una mirada llena de orgullo.

— Comienza —ordenó una mujer de mediana edad, sin esperar a que el castaño se presentase o que siquiera indicara qué iba a interpretar.

En tal situación, se podría decir que TaeHyung sintió que sus nervios llegarían a un límite impensado, mas inhalando profundo, cerró los ojos y acomodó el violín sobre su hombro. Pensó en los mil acordes que bailaban en sus memorias y no supo cuál fue el momento exacto en el que comenzó a tocar. Sólo sabe que se sintió en el paraíso, como si esa euforia y liviandad que sentía al tocar en Stigma lo acompañasen en ese preciso instante sin la necesidad de drogas, de luces ni de miradas lujuriosas. TaeHyung se dejó llevar por la pasión que lo embargaba, por sentirse uno con su violín como si no esperara nada, nada más que sentir en cada célula de su cuerpo cómo la música lo llenaba todo hasta el punto de no comprender de qué modo consiguió mezclar las cuatro estaciones de Vivaldi en una sola pieza que dejó atónitos a los presentes, menos a YoonGi, quien fue capaz de sobreponerse al escalofrío de su cuerpo una vez que todo quedó en silencio y aplaudió con tanto entusiasmo que TaeHyung se sonrojó y bajó la cabeza con una sonrisa a la espera del veredicto de las personas que lo estaban evaluando.

— Lo llamaremos —indicó el hombre de mayor edad, a lo que, aturdido, TaeHyung realizó una reverencia y caminó en dirección a YoonGi.

— ¿"Lo llamaremos" es algo malo? —susurró una vez que atravesaron la puerta.

— ¡Qué más da! —Sonrió YoonGi con entusiasmo— ¡Da igual si te llaman o no! ¡Eres un puto genio!

— YoonGi... —se avergonzó.

LE QUATTRO STAGIONI│YOONTAE ○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora