Capitulo 13

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Deben ser las 3 a.m. O 4 a.m. No sé muy bien, no tengo mi teléfono para saber la hora exacta, Ashton se había dormido a mi lado, y yo pues... Yo solo me hice la dormida, le costó dormirse pero finalmente lo hizo.

Salgo de casa por la puerta de la cocina, de lejos veo la casa de la piscina y más al fondo, la casucha de herramientas, Zaid siempre usa ese lugar, para hablar amablemente con las personas que amenazan a nuestra familia, le da igual si son inocentes o no, Zaid siempre dice: Amenazar es odio, y nadie debería odiar.

Tiene razón. Corro hacia la casa de la piscina, y tomo la manilla de la puerta intentando abrirla, maldigo por no haber traído las llaves, y salir descalza, ya está comenzando a hacer frío, se nota que invierno se acerca.

De lejos puedo escuchar a Zaid gritando malas palabras, no me sorprende escucharlo decir aquellas palabras, debe estar demasiado enojado, no lo culpo, porque si llega quien hace años amenazo a tus hermanos, tiempo después desaparece tu hermana y trae a casa a tu hermana pequeña lastimada, no dudó que este furioso con Mark.

Recuerdo las veces que Paris salía con su ropa manchada de sangre de ese lugar acompañada de Zaid, se veían sumamente tranquilos, ellos dañan por diversión, no sé cómo pueden fingir vivir una vida tranquila y perfecta cuando por la noche se vuelven casi locos o salvajes dañando a gente de la misma élite, generalmente dañan a padres que no aman a sus hijos, o simplemente los dañan a un gran extremo que los padres llegan a amar a su hijos, la mayoría de este gente de la élite rechazan a sus hijos, por el simple hecho de que quieren seguir viviendo la vida loca, la gran parte de esos tipos de padres llaman "error" a sus hijos, les da igual si les duele o no, igual que a Paris y Zaid, a ellos los llamaban de esa forma, eran muy pequeños cuando comenzaron a tratarlos así, a ellos no los criaron con el amor que los padres deberían hacerlo, en cambio a mí si, pero nunca acepté ese cariño que me daban, sabía que falso, con Ashton estaban intentándolo, fracasaron muchas veces, un rato lo amaban y luego le gritaban hasta por estornudar, y lo castigaban.

Me acerco silenciosamente hasta la casucha, no hay ventanas por las cuales mirar, la única entrada es la puerta, que rechina de lo antigua que es, me escondo atrás de la casa sintiendo las corrientes de aire frío, mi piel se eriza por cada brisa, mi cara está congelada igual que mis manos y pies.

— Mark, ya estoy perdiendo la paciencia contigo. —escucho a Zaid suspirar— ¿Dónde está el cuerpo de Paris? —apego mi oreja a la madera de la casa, escuchando más.

Dijo, ¿cuerpo? ¿Paris está muerta? ¿Por qué nadie me lo dijo?

Rápidamente lágrimas caen por mis mejillas, mi hermana está muerta, y yo no pude hacer nada para buscarla, mandamos al mejor equipo de rescate pero nunca encontraron nada, en estos días no quise ver las noticas ni leer el periódico solo porque siempre decían.

Sigue búsqueda de Paris Leblanc.

¡Pero aun así nadie me dijo que había muerto mi hermana!

Sollozo mientras limpio mis lagrimas, intentando poder concentrarme más en lo que habla Zaid con Mark, pero ya no siento fuerzas para seguir escuchando, solo me concentro en los recuerdos que tuve con Paris, en esas veces que me hacía sonreír en los peores momentos, sus chistes sin gracia y lo mucho que sufrió hace un par de años.

— ¡Qué no lo sé! —el grito desgarrador de Mark me asusta— ¡Estoy igual de afectado que tú y tu familia! —vuelve a gritarle y escucho como Zaid lo golpea.

— Escúchame bien, Mark, tienes hasta mañana a las 5:00 a.m. Para decirme la verdad, sabes que odio que mientas, ¿recuerdas la segunda vez que estuviste acá por mentirme? —frunzo el ceño acercándome más a la madera, como si de alguna u otra forma podré escuchar con más atención y claridad— Bien, esa vez te deje vivir, esta vez irás a ver a tu familia al cielo. —escucho los pasos de Zaid alejándose, me asomo un poco para verlo, está caminando mientras sacude sus manos, al dejarlas a sus lado puedo ver cómo sangre, supongo, cae de sus nudillos, su pelo está desordenado, como de costumbre, toca su nuca como si le doliera, entra por la puerta de la cocina, cerrándola con llave.

Perfecto, ahora me moriré de frío acá afuera.

Gateando me  acerco a la puerta de la casa, está cerrada, obviamente, Zaid no sería tan tinto para dejarla abierta, es por su seguridad, la abro despacio, intentando de que no suene mucho, pero es imposible, suena más de lo que creí, me levanto para cerrarla rápido.

— ¡Zaid te dije que no lo sé! —me giro rápido viendo a Mark, está amarrado a una silla, pero con cadenas gruesas, tiene sus muñecas ensangrentada al igual que su cara, está horrible.

— Tranquilo, soy Marie. —me acerco y suelta un suspiro intentando de calmarse, a su alrededor hay sangre de él, el olor que hay acá adentro es horrible, pero era de esperarse, de seguro a cuantas personas mataron acá.

— Sácame de acá, por favor, Marie. —cada palabra que dice arruga las cejas de dolor— Ayúdame, te lo suplico. —a penas se pueden ver sus ojos azules intensos, no hay tanta luz. — Tu me ayudas y yo puedo ayudarte, por favor. —tose un poco, verlo me hace recordad a Paris, que debe estar tranquila y descansando en el cielo.

A pesar de que Mark tenía un cuerpo muy bien trabajado se veía indefenso, en cambios a Zaid, estaba más delgado que él.

— ¿De verdad Paris está muerta? —lo miro, me arrodillo frente a él, se mantiene callado, su silencio es mi respuesta, vuelvo a llorar y siento cómo se esfuerza en apoyar su cabeza a la mía.

— Oye —susurra—, los forenses encontraron el cuerpo de una chica rubia, era demasiado delgada para ser ella, y Paris no era tan delgada como el cuerpo de la chica que vi, se parecían bastantes físicamente pero —niega un poco—, dudo que haya sido ella. —me separo para mirarlo.

— Descríbela.

— ¿A quién? —puedo notar un poco de confusión en su rostro.

— ¡A la chica, idiota! —suspiro ya cansada.

— Pues... —en sus labios se forma una pequeña sonrisa, como si recordara algo.— Su cabello estaba corto, como a ella le gustaba, sus uñas pintadas rojas, ¿sabías que el rojo era su color favorito? —asiento— Seguía viéndose linda, a pesar de que tenía los ojos cerrados y nunca más los iba a abrir. —.

Recuerdo el sueño en que vi a Paris, con un vestido rojo y mucho más delgada.

— ¿Cómo sabías que era ella?

— Porque yo la maté... —me mira y sonríe ampliamente.

La puerta se abre de golpe, mostrando la silueta de Zaid, con diferente ropa, traía una pequeña maleta gris y guantes de cirujanos, esta noche iba a correr mucha sangre.


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Familia Leblanc [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora