Capitulo 32

25 2 0
                                    

Paris

Miro a mi alrededor, todo está oscuro. Mi garganta me pica y no puedo dejar de toser, tengo una sensación horrible en todo mi cuerpo, no se si me duele, me pica o me arde algunas partes. ¡Yo solo iba a buscar al estupido de Zaid!

¿Y si todo esto es culpa de Zaid?

Él nos hizo esta trampa, no dudaría que él hiciera algo así, de todos modos es de Zaid de quien hablo, puede sorprendernos con cualquier cosa, aunque suele ser muy impredecible.

Vas a morir

Niego rápidamente tratando de poner mis manos sobre mi cara pero estoy atada a mis espaldas. Maldición.

Sabes que hacer.

Esa voz interior comienza a molestarme nuevamente, ya hace tiempo había dejado de escucharla, pero vuelve cada vez que no puedo resolver cosas en mi cabeza.

—¡Si no me sacan de acá los matare a todos! ¡Se los juro! —grito furiosa, siento mis mejillas arder del enojo que me cargo en esos momentos. Comienzo a mover inquieta mis manos, me mantengo en el suelo húmedo pasando de alguna forma mis manos hacia al frente mío, torpemente me levanto y rápidamente chocando contra algo, caigo nuevamente al suelo y por instinto cierro fuerte mis ojos. De pronto comienza a salir un olor a putrefacción. Rápidamente todos mis instintos se pone alerta, yo me pongo alerta a lo que sea que vaya a pasar.

Llevo horas y horas en el suelo, decidí quedarme acostada de espaldas, ya no tiene sentido seguir gritando o intentar buscar la salida sin haber un poco de luz, he escuchado gritos de chicas, a gente caminar de un lado a otro por fuera, pero ya no tengo nada que hacer, y no se que hacer. Pero estoy segura que todo esto es culpa de Zaid, él planeo todo estoy cien por ciento segura.

Siento algo caminar por mi hombro, suelto un grito levantándome de golpe, sacudiendo mis hombros y tocándolo varias veces, comienzo a pisotear el suelo sin detenerme para matar a lo que sea que haya tocado mi hombros, comienzo a caminar de espaldas y choco nuevamente con algo y ese olor vuelve a aparecer. Rápidamente el pensamiento de qué hay gente muerta aparece en mi mente aunque trate de quitar esa idea se me hace imposible.

Acerco mis manos con lo que choqué, esta frió, subo un poco más mis manos por lo que supone que es un estomago, siento las heridas, definitivamente es una persona, subo aún más mis manos por tocando unos hombros delgados, lo que me hace creer que es una chica, mis ojos se humedecen rápidamente y me alejo, mientras choco contra varios cuerpos, supongo. La desesperación no tarda en llegar, caigo de rodillas y poniendo mis manos en mi cabeza gritando, soltando la ira que se acumula cada vez más en mi cuerpo.

Zaid

Camino por los pasillos con las manos en los bolsillos de mis pantalones, mientras más me adentro en el pasillo donde detrás de las tres puertas están mis hermanos. Rio escuchando a Paris gritar desesperada, lo bueno es que las paredes son lo bastante gruesas y reforzadas con un material para que el sonido no rebote en las paredes.

La que más me preocupa es Marie, cuando la trajeron no traía su inhalador, y me preocupa mucho que ella ya no siga respirando.

Paso por afuera de la puerta de Marie, no logro escuchar mucho, por lo que me detengo frente a la puerta de Ashton, grita y golpea todo lo que ve a su paso. Salgo del pasillo caminando relajadamente hacia la oficina de Paolo.

Toco la puerta con mis nudillos hasta escuchar su aprobación para que pueda pasar y lo hago.

—¿Que quieres, Leblanc? —me lanza una mirada para luego volver a posarla en su computador.

—Necesito un inhalador, ya han pasado tres días, y me preocupa.

—Si te hubiera preocupado tu propia hermana, no me hubieras llamado para hacerles esto, tú mismo los estás dañando, será culpa tuya si les sucede algo. Yo los quiero vivo a los cuatro. —su voz grave llega a mis oídos, entrando por uno y saliendo por otro, cada cosa que Paolo dice, no entra en mi cabeza, es como que automáticamente sus palabras fueran directo a la basura.

—Lo necesito, ahora. —lo miro cruzándome de brazos sobre mi pecho, mostrando autoridad, Paolo se ríe de lo que supongo mi posición, levantándose, él es mucho más alto que yo, más musculoso y sumamente feo.

—Tu, no me dices que hacer, ¿me escuchaste?

—Lo necesito, ahora.

Paolo se pone frente a mi imitando mi posición, debo alzar un poco mi mentón para mirarlo de modo desafiante.

—Mira, Niño, no soy tu padre, no soy tu hermano o amigo para que me digas que hacer, no se como te hayan criado, pero... —se queda callado mirando detrás de mi, me giro y siento que mi corazón saldrá de mi boca en cualquier momento.

—Tú... —su voz cargada de odio dirigiéndose hacia mi, su pecho subiendo y bajando doy un paso hacia atrás, siento las manos de Paolo en mis hombros empujándome hacia él.

—Ashton, hermano. —sonrío de lado, sus ojos no pueden brillar más de la rabia, antes de que pueda excusarme siento un golpe en seco en mi mandíbula, haciendo hacia un lado mi cara, escupiendo sangre.

—No vuelvas a llamarme así, ¿donde están las chicas? —su respiración esta tan pesada que le cuesta hablar,— ¡¿donde están?! —grita dándome otro golpe, me giro un poco mirando a Paolo, él solo se encoge de hombros mirándonos.

—Ashton, hablemos.

Le pido pasando el dorso de mi mano por la comisura de mi labio, sus golpes no tardan en llegar, de manera rápida y fuerte.

Siempre fui malo para pelear, cada vez que me metía en problemas mandaba a otros porque yo no era capaz de resolver mis propios problemas, cada golpe me lo merecía, cada insulto por parte de mi hermano genéticamente me lo merecía, me merecía todo lo que Ashton hacia. Jamás fui un buen hermano, siempre estuve metiéndolos en problemas, y tal vez estos golpes me los tenía muy bien merecidos. Cayendo completamente al piso de madera oscura de la oficina.

—Niños, deténganse, ensuciarán mi madera. —Paolo interviene afirmando por los hombros a Ashton, quien intenta quitárselo de encima, a penas puedo abrir los ojos, escupo toda la sangre que puedo y siento una patada en mi estómago— ¡Te dije que no ensuciaras la madera! —Paolo me grita enfurecido.

Paolo cierra la puerta a sus espaldas cuando Ashton ya estaba más calmado y al otro extremo de la oficina, su mirada con odio no se quitaba de encima mío, lo entendía, yo también hubiera reaccionado de la misma manera. Paolo me agarra de un brazo levantándome, rápidamente sintiendo un fuerte mareo. La puerta vuelve a abrirse de golpe, Paolo se hace a un lado rápidamente.

Paris aparece en mi campo de visión junto a una Marie sumamente débil, su rostro esta pálido, y tiene unas ojeras muy marcadas.

—Tú... —susurra con odio, entrando enojada a la oficina, sus mejillas comienzan a ponerse coloradas, primera vez que la veo sonrojarse de esa manera— ¡¿Qué pasa por tu cabeza?! —grita tomando rápidamente una silla que estaba a un lado y golpeándome con esa, caigo nuevamente azotando mi cabeza contra la madera, siento un pitido en ambos oídos, mis ojos finalmente se cierran, escuchando por última vez la ronca y cargada risa de Paolo, y una fuerte bofetada.

**

Instagram: bwattpx_

Familia Leblanc [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora