Capitulo 34

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—Para Zaid todo es un juego, siempre lo ha sido, nunca se tomaba todo serio, siempre fue él, siempre Zaid estuvo detrás de todo lo malo que pasaba.

—¿Como estás tan segura de eso? —Marie me mira preocupada.

Le habíamos pedido a Paolo que nos dejara hablar solos, necesitábamos aclarar algunas cosas, al principio no quizo, pero tuve que insistirle y accedió. Maldito alvino. Cuanto lo odio.

—Es de Zaid de quién hablamos, Marie, él nos ha traicionado, ¿te das cuenta de lo que sucede? —ella asiente suavemente, mientras Ashton la abraza por los hombros—, ¿y si la muerte de Polo fue por culpa de Zaid? —Marie se tensa de inmediato.

—No lo nombres, Zaid no tuvo nada que ver con la muerte de Polo, Adonis fue quien mató a su propio hermano

—Y Zaid pronto lo hará con nosotros si seguimos confiando en él. —le replico.

—Estás completamente ciega. —Ashton niega suavemente.

—¿Acaso no lo ven ustedes también?, ¿se les hace normal que un hermano, de sangre, los traicione?, con el hombre más malo y manipulador que ha perseguido a nuestra familia por años y años.

—Sigo acá. —Zaid levanta su mano a la altura de su pecho, mientras con la otra sostiene un trozo de papel contra su nariz.

—Tú cállate. —le doy una mirada de desprecio, vuelvo a mirar a Ashton y Marie, quienes siguen sin ver mi punto de vista.

Traicionar a un familiar es lo peor que se puede hacer, la familia se apoya, puede que discutan o no se lleven de lo mejor, pero una traición es mucho más fuerte y dolorosa que cualquier otra cosa. Me siento sobre el escritorio de Paolo mientras miro mis zapatos, paso ambas manos por mi cara frustrada, la puerta se abre, veo los elegantes zapatos de Paolo entrar, poniéndose frente a mi con los brazos cruzados pero lo ignoro, no tengo ganas de ver a nadie, quiero estar sola por un momento, quiero que todos desaparezcan, me ahogo.

—Entiendo como te sientes, Hija. —Paolo pasa una mano por mi mejilla y la quito rápido.—La traición es horrible, sobre todo cuando no hay razón por hacerlo.

—No soy tu hija, y no me llames así. —lo miro molesta, frunciendo el ceño, me alejo de él bajando del escritorio caminando hacia la puerta, ya es hora de irnos.

Tomo la manilla de la puerta y la abro para irme, pero no lo hago, me detengo bruscamente. ¿Razón por la que me detengo? No lo sé, solo me detengo, algo en mi mente me dice que me detenga, finalmente mi cerebro junto mi neuronas se pusieron de acuerdo con mis músculos. ¿Acaso me detengo por Paolo? ¿Por que lo haría? ¿Por que me trató como hija o...?

El sueño, vi sus ojos en uno de mis sueños. Tenía miedo, pero... ¿que carajos hacia él ahí?, si tan solo lo vi una vez, cuando llegaron los trillizos.

—¿Te irás o no?, me inquietas que estés ahí parada. —me giro para mirar a Paolo, y luego a mis hermanos.

—Vámonos. —les ordeno, los tres se dirigen a la puerta y solo puedo ver a Paolo negar con una desagradable sonrisa en sus labios, haciendo que marcas de arrugas se hagan a los lados de sus labios y la grasa de debajo de su mentón se note aún más. Zaid y Marie salen de los primeros, y Ashton espera a que yo salga para que él salga de los últimos. Pone una mano sobre la mía y quitándola despacio sobre la manija de la puerta.—Ashton, afuera.

Él solo me mira y asiente saliendo cabizbajo.

—Estaré acá cuando vuelvas. —camina hacia detrás del escritorio y se sienta, acomoda su saco y apoya los codos sobre la mesa. Frunzo el ceño confundida, hace un gesto con su mano para que me vaya—, cuando salgas cierra la puerta por favor. —ruedo los ojos saliendo cerrando la puerta de golpe.

Familia Leblanc [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora