Familia Leblanc [COMPLETA]

Capitulo 30

Marie.

...

En mi cabeza todo es un lío, todo está tan raro, Paris anda rara junto Luca, últimamente van muy seguido a una habitación solos, no sé si sentir celos u otra cosa, algunas veces me he acercado a esa habitación mientras ellos están dentro pero no se escucha absolutamente nada, a veces solo murmullos y quejidos, es algo raro. Mark cada vez se me acercaba más, no quería tener ningún tipo de contacto con él, menos con Luca, ni siquiera sé porque sigo pensando en alguien que realmente no lo merece.

Sigo paseando por la bodega de Taylor, los vinos cada vez se veían mejor y olían bien, algunas veces tenía la necesidad de beber un poco pero no lo hacía, no era como Paris que bebía cuando quería porque quería. Camino entre los estantes revisando las fechas de cuando se hicieron algunos.

—¿Qué haces acá? —de lejos escucho la suave voz de Taylor, me giro rápido buscándola con la mirada.

—¿Taylor? —murmuro saliendo del pasillo para comenzar a buscarla, la veo meterse en un pasillo caminando rápido, corro para alcanzarla, se mete a otro y río un poco siguiéndola.

—Marie, ven. —alza la voz y corro por donde se metió, escucho una puerta cerrarse de golpe y sobresalto un poco.

—¿Taylor? —miro a mi alrededor, mi corazón comienza a acelerarse un poco, hay una puerta frente a mi, dudo en abrirla, es la puerta del sótano, desde pequeña me daba miedo ir acá cuando me mandaban a buscar algunas cosas, suelto aire por mis labios y abro la puerta mirando hacia adentro, frente a mi está la escalera, a un lado está el interruptor de luz, intento encenderlo verías veces y doy unos pasos atrás chocando con algo duro, me giro rápido viendo a un hombre.

Ay... no, es el tipo con el que he choque en el bosque, rápidamente recuerdo que se me cayeron las llaves de la casa... mierda.

—Hola... —susurro con una pequeña sonrisa, su expresión es seria, mi respiración se pone pesada al sentir sus manos en mis hombros empujándome con fuerza por las escaleras cayendo al frío suelo, siento un dolor punzante en mi frente, al tocarme siento líquido. Sangre.

Me siento de a poco sintiendo un leve mareo, miro hacia las escaleras y está el mismo tipo. Lo miro con odio y desprecio, seguramente lo mandó alguien que debe odiarme, aunque lo dudo porque no he salido de casa.

Paolo. No, imposible, él no me conoce ni yo a él, sería obviamente imposible que hubiera mandos a alguien a amenazarme o golpearme. Es estúpido, detrás de aquel hombre veo una silueta femenina que reconozco muy bien.

—¿Por qué le hiciste eso a Lucy? —habla enojada, frunzo el ceño confundida—¡Se que fuiste tú! —grita golpeando la pared con la palma de su mano—, todos te ven como la niña tranquila, buena, que no puede matar ni siquiera a una hormiga, pero sé que estabas celosa y enojada por lo que planeó Paris y Lucy sobre tu novio, ambas estaban celosas porque tú estabas siendo feliz y ellas no, sé que tú mataste a Lucy. —el sonido de sus tacones bajando por la escalera retumban en mis oídos dándome dolor de cabeza insoportable. ¿Cómo es que puedo vivir bajo el mismo techo que está loca? Mi padre tenía razón, debí haberme ido con él cuando me lo dijo.

—No sé de qué hablas, Taylor. —murmuro realmente confundida, que no entiendo nada de lo que está hablando.

—Claro, ya entiendo, finges no saber nada, típico de ti. —ríe de mala gana, se agacha frente a mí y me agarra del cabello haciendo que la mire.

—¿Qué te pasa, Taylor? —hago una mueca de dolor—, ¿por qué me haces daño? Yo no he echo nada. —la miro directamente a sus ojos rojizos, claramente estuvo llorando pero no sé porqué me culpa a mi, si no he echo nada malo.— Taylor, sabes que yo nunca mataría a alguien, no soy como... —ella me empuja y se levanta rápido volviendo a subir las escaleras, me levanto sintiéndome más mareada de lo que estaba.