Aaron.
Aburrimiento, es lo qué tengo en este instante. Tirado en la cama, sin nada que hacer. Sopló pesadamente, sin ánimos, con fastidio. Odio está tranquilidad, este aburrimiento. Es fastidioso.
Quisiera estar en el Instituto, burlarme de las personas que se reían de mí, de las que me trataban cómo basura, de todos. Me encantaría volver pero mis ánimos no me dejan, no quiero verla con ese estúpido, que el la acaricie en el baño, la bese, le haga chupones... Sería una enorme pesadilla.
Aveces me preguntó ¿Por qué me enamoré de ella?¿Por qué la amo?¿algún día me pertenecerá?. Muchas preguntas sin respuestas rodean mi cabeza. Nunca pensé en qué esto pasaría, en estar interesado en alguien más, de sentir un montón de emociones con tal solo pensar en ella, en sus ojos verdosos e inocentes, en sus labios llamativos qué siempre muestran una sonrisa contagiable, su cabello castaño con rayos rubios caer por sus hombros todo lacio, su piel blanca y a la vez bronceada tan suave, su cuerpo delgado y desarrollado, qué te dan ganas de tocarlo, morderlo, acariciarlo, besarlo...
Sentía todos esas necesidades, unas ganas inmensas de tenerla sólo para mí, hacerle saber que es mía y nadie ni nada va a cambiar eso.
Me levanté de la cama, dispuesto a ir al Instituto y observarla por un buen tiempo, sólo hasta que llegue a su casa.
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-Megan...- susurró, con asombró. Esto no puede estar pasando, ella no me debió ver. Todo por distraerme con un niño que me hacía preguntas.
En sus labios se forma una enorme sonrisa de alegría, no sé el motivo de su sonrisa, no ha dejado de mirarme a través de los lentes. Estoy paralizado, después de dos meses la vuelvo a ver, mi corazón empieza a latir con desesperó, mi respiración poco a poco se vuelve acelerada, solo escuchó mi corazón latir desenfrenado, es cómo si sólo los dos estuviéramos solos, sin personas pasando, sin nada a nuestro alrededor.
Su piel tocando la mía me deja aún más paralizado, no sé qué hacer, mis brazos están al aire, dudando si apoyarlos en su espalda para responder su abrazo. Lo hago y la aprieto fuerte contra mí, anhelaba esto, de poder sentirla, verla...su toque me hace estremecer. Aspiró su aroma a flores, acarició su sedoso cabello mientras ella soba mi espalda con delicadeza haciéndome estremecer por los toques. Coloca su mano en mi nuca, aprieta el cabello que está ahí mostrando lo mucho que me extrañó, qué me nesecitaba.
- Te extrañé, Aaron...-susurra en mi oído. Una corriente de felicidad recorre todo mi cuerpo, sonrió dejando a la vista mis dientes, la aprieto más a mí de la felicidad qué siento, de lo qué acaba de decir, de que ella me extrañó durante estos dos meses.
-Yo también, Megan, y cómo no te imaginas -confieso. Aunque la vigile un mes, pero la extrañé, todo lo de ella. La nesecite cerca de mí, hablándome, mirándome...tanto cómo respirar.
Se separa de mí, clava sus ojos verdosos en los mios, sonríe tímida, toma mis manos con las suyas y las balanzea.
- Aaron, siento mucho lo qué dije en el hospital - dice. Me cruzo de brazos, esperando qué se arrepienta de como me trató - Nunca debí decir esa mentira, sólo no estaba de humor.
- Tranquila, ya pasó - habló, serio y con poco interés de ese tema - Realmente ya no me importa - alzó los hombros. Es la verdad, sólo dure unas semanas dolido por eso.
- Eres genial - me da un abrazo rápido con alegría - Vamos - me toma de la mano y me obliga a caminar a su lado.
- ¿A dónde? - preguntó.
- A la heladería, al parque y muchos lugares más.
Sonrió, sigue siendo tan tierna.
(♡☆♡☆♡☆♡)
Saboreo mi helado de dulce de leche, están delicioso.
Estamos sentados en el parque, disfrutando, sólo hemos hablado de todo lo qué hicimos estos dos meses, aunque ninguno dijo nada interesante, ni siquiera mencionó al patán de Thomas.
- Quiero -la miró confundido. Señala mi helado, abre la boca sacando la lengua como perrito y se la señala.
Rió ante sus gestos. Parece una niña, mi niña.
- Está bien, angelito - iba a tomar una porción del helado pero lo alejó negando. Se cruza de brazos haciendo pucheros - Yo te lo daré, mi niña - tomo la cuchara con helado, la acerco a sus encantadores labios, adentro la cucharra a su boca.
Observó cómo lo distruta, cierra los ojos. Miró sus labios cómo se aprietan, unas ganas inmensas de besarla me atientan, de poder saborear sus labios junto con el helado.
- Lico - dice con una voz de niña queriendo decir "rico". Reímos.
Está será una maravillosa tarde junto a Megan, mi dulce Megan.
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¡Hi!
¿Les gustó el capítulo?
¿Qué les pareció el cambio de Aaron?
¿Qué creen que pase en el próximo cap.?
¡Hasta la vista, baby!
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La Obsesión Del Nerd
Random- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...