¿Aaron bueno...
O malo?
(Pregunta para los lectores/as)
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Aaron.
Todo lo que dije se me había escapado, el coraje se apoderó de mí, diciendo unas de las muchas verdades. No me sentía arrepentido, al contrario, estaba totalmente alegre.
Despegue de forma brusca mis labios, sonreí, curvando mi boca. Me gustaba esta manera ruda de poder tratarla, así ella podía entender que me pertenece. Y, no la dejaría ir. No podía. No quería.
Megan es mi tesero, mi preciado tesoro; que encontré en un momento de distracción, en donde me hallaba solo, vacío. Ella es lo que nunca busqué pero siempre necesité, encajó perfectamente, y, perdón si la quise tan rápido, si la ame a velocidad; pero, ella me notó cuando nadie lo hizo, sin importarle el tipo de persona que soy. No me juzgó. Y eso, me encantó.
El hecho de que Megan estuviera con el bastardo de Oliver; no me impedía nada, no hacía que dejará mi amor por ella; para mí, ellos no eran nada, ni lo serían. Yo no lo iba a permitir, ni siquiera muerto.
- Será mejor que me vaya - se levantó e intentó caminar pero lo evité, halé de su muñeca hasta que cayera sentada sobre mi regazo - Déjame, Aaron. Quiero irme - pidió, hizo fuerza pero la sostive.
- Shh...- susurré. Acomodé su cabello sobre un sólo hombro, aspiré el olor de esté, acaricié su cuello y hombro con una sola mano. Y, probé una de las muchas cosas que amaba de ella; su cuello, paseando mi lengua por su piel, dejaba reciduos de baba por él, lo mordisquié, succioné y besé. Megan reaccionó, se alejó de mí levantándose, negó y salió trotando. Reí fuerte. Me levanté; decidido de ir a casa.
- Veo que no entiendes las advertencias, Aaron - dijieron tras mis espaldas, me giré y sonreí al ver de quien se trataba, solté una carcajada.
- ¿Creíste que iba a obedecer? Ni que fuera tu jodido perro, Oliver - especté sin dejar de sonreir con burla.
Su semblante serio no cambio. Noté como hombros sus crecieron más, apretó sus brazos cruzados y su mandíbula por igual. No le había gustado lo que dije.
Oliver está verdaderamente enamorado de Megan, aunque no lo quiera hacer presente, me e dado cuenta. Por unas de estas razones no lo soporto, lo odio, lo detesto.
- Pensaba que con los golpes estaba claro que te alejarás de Megan pero, tendré que demostrartelo de otra forma.
Uy, sí. Que miedo.
- No me importa lo que hagas. Mi amor por Megan no dejará de existir.
- No estés tan seguro, nerd - fueron sus últimas palabras, seguí su sombra con la mirada, soplé y rodé los ojos. Idiota.
Sus palabras se repitieron en mi cabeza: "No estés tan seguro, nerd". ¿A qué se refería?¿ Iba a matarme? No lo creo, eso hubiera hecho el día de los golpes en el baño. Negué, no quería pensar en ello.
Anduvé hasta llegar a casa, faltaba poco para las once, y mi abuela siempre tenía las luces de adentro apagadas, sin embargo, estaban encendidas.
Algo andaba mal.
Abrí la puerta tratando de no hacer ruido, se escucharon voces diferentes, no comprendía lo que decían; unas de esas voces le pertenecían a mi abuela y la otra era masculina. ¿Un hombre? No lo creo.
Caminé sigilosamente hasta la cocina, las voces se escuchaban más cercas, me posición en la pared.
- Debo verlo, quiero verlo - dijo aquel hombre. Malinterpreté lo dicho.
- Después de tantos años lo dejaste solo, él te nesecitaba - fue un tipo de reprocho que dijo mi abu. ¿A quién se referían? Un silencio gobernó la casa completa, nadie decía nada, era como si no estuvieran.
- Aaron, cariño, pasa - dijo mi abuela. Fruncí el ceño, ¿como sabía que estaba allí? Me adentré a la cocina. Realmente Alicia estaba con un hombre, no se veía viejo ni nada, era alto, ojos azules, cabello castaño; en conclusión, era idéntico a mí. Y, tuve miedo, mi corazón latió fuerte y se estrujó, mi respiración se agitó, me sentía raro, extraño. Nunca me había sentido así. Pensé en Eduard.
Entonces, lo recordé; los momentos que pasé con él, los regalos que nos traía, los dulces a escondidas de mamá que me daba, el día de los cigarrillos y de hay, su desaparición.
Me cruzé de brazos, alcé un poco la cabeza; demostrando intimidación hacía él.
- ¿Aún te acuerdas de mí...- me costó decir lo último -, papá?
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Hellousshh.
¿Me extrañaron? :3
Yo sí, eh 7uu7.
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La Obsesión Del Nerd
Diversos- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...