Aaron
Le había dicho qué se vaya, ella no tenía la culpa de los golpes qué me dieron. Pero...prometí ser frío, tratar a las personas como me traten o como se merecen ser tratados.
Me siento de la peor manera posible, tengo una enorme carga de culpa y dolor.
Mis ojos están entrecerrados, deben estar morados, mi cuerpo está todo adolorido, tenso por su presencia, mi cara...ni hablar, esa debe de estar peor.
Todo lo veo moroso, mi cara está a un punto fijo del cuarto, un lugar mejor que su increíble rostro del que me enamoré.
– Aarón...yo, no me voy – dice, pero no sé si su voz es dulce o firme.
Mi cabeza empieza a doler otra vez, me mareo, todo da vueltas a mi alrededor, mi respiración se agita, no siento mi cuerpo, intentó respirar pero no puedo...
– Aaron... – no siento más.
(×××××)
Veo como ella llora, llora con tanto dolor, me siento una basura pero ella me provoco, ella provoco que yo la golpee. No fue mi intención, no quería hacerlo.
–Lo siento... - un susurró sale de mis labios, toco su hombro con delicadeza, levanto mi cabeza para verla pero...ya no está, ella no está, soló estoy tocando una pared – ¿Megan? –la llamo pero nadie contesta.
Camino por la desolada casa, no sé como rayos llegue aquí, todo está oscuro, lo único qué da luz es la luna.
Observo cada rincón vacío, no hay nada ni nadie, soló un idiota qué golpeó al amor de su vida...
– Aaron...– una voz suave y femenina suena en toda la casa. Me giró pero no hay nadie. Esa es su voz, la de Megan– Te estas obsesiónando.
El olor a medicina invade mi naríz, intentó abrir mis ojos pero la molesta luz no me deja, no siento mi cuerpo, muevo mi cabeza incomódo.
– No hagas fuerzas – su voz...esa voz qué hace acelerar mi corazón, qué con tan soló oirla me tenso – Tienes muy pocas y no quiero qué las gastes –sonrió.
Es inevitable sonreir con ella a mi lado.
Mi sonrisa desaparece, le dije qué se fuera y no me hizo caso. No debo ser amable, ahora soy frió y por su culpa.
– Te dije qué te fueras – dije seco.
– Si me fui, pero a buscar ayuda
– ¿Qué?... –me interrumpe.
Maleducada.
– Aarón, te desmayaste y tuve qué pedirle ayuda a los profesores, te trajimos al hospital
¿Ella me ayudo?¿Después de lo mal qué la traté?
– Gracias... –susurró, avergonzado – No debiste hacerlo.
– Claro qué sí, todo por mi amigo.
Maldita palabra, maldito amigo, maldita amistad.
Odio esto, pero no hay forma de cambiarlo ¿o sí?...
Un silencio incomódo se apodera en dondé sea qué estoy, sé qué ella quiere preguntar muchas cosas, pero sabe qué no quiero hablar de eso.
Abró mis ojos, giró lentamente mi cuello, sonrió al verla, siempre lo diré, ella es hermosa. Está sentada en un mueble cerca de mi camilla, leyendo un libro.
Observo el lugar, es blanco, estoy conectado a una maquina qué no recuerdo su nombre, vuelvo mi vista hacía ella.
Ella me mira, con sus hermosos ojos qué no dejó de adorar, están dulce.
–¿Pasa algo? ¿Necesitas algo? –pregunta.
–Supuse qué me preguntarías...– vuelve a interrumpirme
–Si, quiero preguntarte sobre qué pasó pero prefiero qué tú me lo digas.
– Yo...– abren la puerta dejando ver a una enfermera, es actrativa pero no más qué Megan, mi Megan.
– Disculpa jovén, pero necesitó qué salga. –dice la enfermera, mirando a Megan.
– Claro –se levanta – Después hablamos – me señala con una mueca de una niña haciendo pucheró, sale y me rió, se vió tan tierna y adorable.
Ella es tierna, es adorable, es la hermosa Megan, mi hermosa Megan.
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¡Hey!
Maratón navideño 1/2
Bueno...este maratón es por año nuevo, querid@s.
Muaa.
¡¡Feliz año nuevo!!
😜.
Creó qué subo el otro mañana, CREÓ.
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La Obsesión Del Nerd
De Todo- Yo...- duré segundos pronunciando la 'o'. Suspiré. - Siento cosas por ti, Meg. Y no son pocas - giró su cabeza para no verme, suspiré y bajé mi mirada. - Aarón, no puedes, no debes sentir cosas por mí... - Ya es tarde, Meg. Ya lo hago y desde que...